No son pocas las personas que acuden a terapia buscando cómo superar la necesidad de aprobación que les ha llevado a la renuncia personal y a verse atrapadas en relaciones tóxicas. Por ello, en la presente entrada se explicará el origen de dicha necesidad a fin de comprender la propia conducta y así, partiendo de este autoconocimiento, poder adoptar una serie de cambios. Además, se expondrán una serie de estrategias para superar la necesidad de aprobación.
¿Qué se esconde bajo la necesidad de aprobación?
Normalmente, las personas que acuden a terapia son conscientes de que su necesidad de aprobación se ha vuelto un lastre del que no han sido capaces de deshacerse. Su origen puede deberse a distintos factores, que veremos a continuación.
Miedo a fallar o a decepcionar.
El miedo a fallar muchas veces se debe a un conjunto de creencias limitantes relacionadas con la autoexigencia y el perfeccionismo, ideas que llevan a pensar que no podrá estarse a la altura. Por otra parte, dar a conocer la propia opinión o negarse a hacer algo supone un riesgo, incertidumbre que no todo el mundo es capaz de gestionar.
Miedo al rechazo y a la soledad.
A veces, las personas con necesidad de aprobación se descubren a sí mismas fantaseando con dar su opinión de una forma clara y directa. El problema es que el imaginarse a uno mismo contestando de una manera tan abrupta lleva a plantearse si sería posible que alguien quisiera mantener una relación actuando de manera tan cortante.
Miedo a la crítica.
Aunque a nadie le gusta ser objeto de crítica, las personas con necesidad de aprobación son especialmente sensibles a la misma, pues creen que si se muestran frágiles y vulnerables los demás no le querrán.
Baja autoestima.
El miedo a que lo demás descubran los propios defectos es lo que más teme una persona con baja autoestima, pues no los considera como una parte más de las personas, sino como el núcleo central de su personalidad. De esta manera, las personas con baja autoestima tienden a ocultar sus defectos a fin de ser apreciadas.
“La necesidad de aprobación desaforada se sustenta en la idea de que uno sólo es apreciado cuando se muestra como los demás quieren que sea y no como verdaderamente es”.
Invalidación parental.
Cuando la figura de apego proporciona afecto al niño únicamente cuando éste cumple con sus expectativas, el niño aprende que no es aceptado cuando algo falla, que hay algo malo en él. Asimismo, tratar de moldear al niño imponiéndole los propios deseos y sin respetar su personalidad o sentir lleva al niño a concluir que su opinión no es importante y, por ello, tratará de buscar siempre a alguien que le oriente para saber qué debe hacer en lugar de confiar en su propio criterio.
(1) – Los padres autoritarios fomentan la necesidad de aprobación.
Aprendizaje vicario.
Aunque es normal preocuparse por la propia reputación, no son pocas las familias cuya máxima preocupación es dar la mejor impresión posible, aún a costa de exagerar, manipular u ocultar la verdad como forma de conseguir la aprobación social. Estos mensajes inculcados y repetidos por parte de los distintos miembros de la familia, terminan por hacer creer que si uno muestra su realidad tal y como es los demás no le apreciarán.
Sentirse valioso versus sentimiento de culpabilidad.
Se trata de personas que suelen sentir gran compasión por el resto y que se sienten valiosas ayudando a los demás. Además, las personas terminan adoptando estas conductas a fin de que no se moleste nadie.
El origen filogenético y social de la necesidad de aprobación.
Además de las experiencias vitales determinadas por el entorno familiar y los miedos personales, la sociedad y la genética tienen un peso importante en el desarrollo de la necesidad de aprobación.
El origen filogenético de la necesidad de aprobación.
“La necesidad de aprobación no es un fenómeno nuevo: evitar el rechazo es algo que, como seres sociales, llevamos grabado en nuestro ADN y se debe a la tendencia innata a la afiliación”.
La afiliación es la tendencia humana a buscar compañía a fin de garantizar la supervivencia del individuo y de la especie, de manera que esta necesidad de pertenencia garantiza tanto la supervivencia como la propia reproducción. Dicha predisposición para las relaciones también se ve marcada por el apoyo emocional y el sentimiento de aceptación que proporcionan las mismas, redundando en la autoestima personal, reduciendo la inhibición conductual y las emociones negativas (ansiedad, depresión, rabia u hostilidad).
De estos resultados de Russell o Caplan se deduce el origen filogenético de la necesidad de aprobación ajena para incrementar la autoestima, pues el sentir el rechazo está relacionado con la disminución de la probabilidad de supervivencia, ya que uno quedaría a merced de los peligros propios de la antigüedad (animales, grupos rivales, etc.).
De esta manera, cuando uno experimenta el rechazo sigue contactando con esos miedos a las amenazas que supone no contar con ciertos apoyos, invadiéndole pensamientos negativos –y, en ocasiones, un tanto catastrofistas– como “me voy a quedar solo” o “nadie me va a querer”, incrementando el malestar emocional. Lo cierto es que, aunque éstos son pensamientos que cualquiera podría experimentar fruto del momento, la inadecuada gestión de estas emociones puede llevar a las personas excusar y justificar ciertos comportamientos ajenos (“quizás tiene razón y realmente no es para tanto” o “el problema es que me lo tomo todo muy a pecho”), llegando a cuestionarse sus propias emociones y comportándose tal y como el otro desearía en pos de evitar afrontar emociones negativas como la tristeza o el miedo a la soledad.
(2) – El temor a quedarse solo induce la necesidad de aprobación.
El origen social de la necesidad de aprobación.
En el reino animal, el ser humano es el único que precisa la atención y el cuidado de sus progenitores durante tantos años antes de aprender a valerse por sí mismo. Durante este proceso, la necesidad de afecto y protección condiciona la propia existencia, construyéndose la identidad y conformándose la propia visión del mundo según las interacciones sociales y la propia experiencia emocional, fruto de las propias reflexiones.
“La necesidad de aprobación se gesta mediante las interacciones sociales y la experiencia emocional sobre las mismas: alrededor de los 5 o 6 años, el niño desarrolla el autoconcepto, regulando su conducta a fin de autoprotegerse”.
Pero, ¿qué mensajes se dan durante este proceso para desarrollar esta necesidad de aprobación? En primer lugar, debe tenerse en cuenta que el actual ambiente cultural tiende a reforzar este comportamiento de búsqueda de aprobación, pues el pensamiento poco convencional o antipopular es frecuentemente tildado de extravagante y extraño, es decir, de poco deseable (ya sea por tradicional o por moderno). Claro ejemplo de ello es la educación escolar, en la que aquel alumno que no se sale de las normas es el mejor considerado por el profesorado y, normalmente, obtiene mejores resultados.
De esta manera, el autoconcepto (lo que piensa cada uno sobre sí mismo) y la autoestima (el valor que uno concede a su autoconcepto) se van forjando a través de las interacciones –fundamentalmente con las figuras de apego, pero también con las personas importantes–, de forma que, cuando no se construye adecuadamente la autoestima, se siguen necesitando la aceptación y el reconocimiento que ya no pueden obtenerse en el entorno social adulto, condicionando el comportamiento por la inseguridad emocional.
Estrategias para superar la necesidad de aprobación.
A continuación, se explican algunos pasos necesarios para superar la necesidad de aprobación:
Tener en cuenta la historia vital.
Las conductas propias de una necesidad de aprobación desaforada se mantienen porque la persona ha asociado la entrega personal desmedida con la única forma de obtener el afecto ajeno. Cuando se ha crecido en un entorno de excesiva crítica o descuido parental, es habitual que la carencia de gestos afectuosos o de palabras alentadoras lleven a intentar llenar ese vacío como adulto, procurando agradar a los demás. En este sentido, es importante recordar que dicho vacío no puede llenarse a través de los demás, sino que el cambio tiene que venir de dentro.
Transformar la heteroestima en autoestima.
La autoestima se desarrolla a través del reflejo que devuelven los demás durante la infancia y la juventud. Esta percepción del valor que los demás tienen de uno mismo es lo que se conoce como heteroestima. Aunque al principio de la vida se depende de los demás para descubrir el mundo y quién es uno mismo, durante la edad adulta ya se ha desarrollado esta capacidad y se pueden redescubrir los aspectos positivos que hay en uno mismo sin depender de nadie.
(3) – La necesidad de aprobación se asocia a baja autoestima.
Aprender a aceptar las críticas.
Las emociones son, en gran medida, el resultado de la interpretación que se dan a los hechos y de la confianza en los propios recursos para hacer frente a la situación. Parte del problema de las personas con necesidad de aprobación es que perciben la crítica como algo intolerable, reflejo de algo negativo que no puede cambiarse, lo que incrementa el propio malestar. En este sentido, es necesario aprender a tener una visión positiva de las discrepancias y verlas como una oportunidad para mejorar, hacer que funcionen como un motor de superación en lugar de ser un motivo de tristeza y vergüenza que desemboque en la inmovilidad y el estancamiento.
Confiar más en el propio criterio.
Las personas con necesidad de aprobación dependen de los demás para sentirse bien, por lo que reflexionar sobre cuáles son sus propios objetivos y necesidades, así como replantearse sus prioridades desligándose de la necesidad de aprobación de los demás es imprescindible para el bienestar personal.
“‹‹ No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo›› – Woody Allen.”.
Trabajar la asertividad.
Al ser complaciente con los demás se pierden ocasiones de hacer lo que uno realmente quería, obligándose a estar con personas con las que no se desea estar y reiterándose comportamientos molestos por parte de los demás. El poner límites y aprender a decir que “no” se traduce en una mejora de la autoestima, pues se gana independencia y lleva a desligarse de planes o personas que no son convenientes para uno, manteniéndose aquellas relaciones más profundas y planes que despiertan verdadero interés para la persona.
Cuidar el diálogo interno.
Cambiar el propio diálogo interno es muy importante en este proceso, pues imponerse el deseo de agradar como una obligación genera frustración (“tengo que caer bien” en lugar de “me gustaría caer bien“). Ser consciente del propio diálogo interno –p. ej. si se tiende a preguntar más que a afirmar– e intentar cambiarlo ayudará a mejorar la confianza en uno mismo y a reducir el malestar que pueden ocasionar ciertas situaciones. Etiquetar la desaprobación con respuestas que empiecen por la palabra ‹‹tú›› puede ser el primer paso para recordar que la crítica o la desaprobación pertenecen al otro, es decir, es su opinión y no tiene porque coincidir con la propia.
(4) – Hay que procurar no obsesionarse con caer bien.
Aprender a escuchar el propio cuerpo.
Normalmente, las personas que buscan complacer a los demás suelen mantener distancia respecto a sus sensaciones físicas, pues han aprendido a desconectar para evitar el dolor y la angustia de no sentirse apreciadas. El problema es que esa insensibilidad o entumecimiento separa de las propias necesidades, pues no se llega a conectar con las emociones o se ignoran los mensajes que invitan a cuidarse.
Mostrarse tal y como uno es.
Dado que es imposible agradar a todo el mundo, es importante que ese afecto provenga de cómo es uno realmente, pues si no se sentirá que esas relaciones sólo se mantienen fingiendo que se es otra persona, lo que genera incomprensión, malestar y resentimiento.
En este sentido, es importante recordar que lo que puede despertar rechazo en una persona puede atraer a otra y que cuanto más se busca la aprobación más difícil es encontrarla, pues los demás suelen percibir estas contradicciones, despertando desconfianza.
Ser consciente de quién apoya el cambio.
Cuando se comunica ese deseo de ganar mayor independencia, las personas más próximas pueden reaccionar de distintas maneras; contribuyendo a fomentar la autonomía, haciendo reproches en ciertos momentos hasta que asumen el cambio o, en el caso más radical, no aceptando dicho cambio. Al final quien quiere lo mejor para uno no obliga a hacer cosas que no se quieren hacer sólo para agradar a los demás, al igual que no daña la autoestima para conseguir sus propios objetivos.
Redefinir el concepto egoísta.
Priorizar el propio bienestar debería ser entendido como un egoísmo positivo, pues, salvo que este derecho sea ejercido de forma tiránica, lleva a sentirse más libre y conectar con uno mismo y con los demás, no centrándose en las apariencias. No se trata de adoptar una actitud egoísta o indiferente, sino de preocuparse por uno mismo en igual medida que se preocupa por los demás.
Vigilar la tendencia al perfeccionismo.
El perfeccionismo puede llevar a confundir la autovalía con los resultados. En este sentido, es importante recordar que la opinión ajena no tiene más valor que la propia, pues entonces, cuando no se logra la aprobación de los demás, uno se sentirá ansioso, triste, culpable e incluso indigno.
¿Cuándo acudir a terapia?
Algunas de las estrategias anteriormente mencionadas no son sencillas de aplicar, especialmente aquellas que requieren un nivel de introspección más profundo y la transformación de creencias muy arraigadas. De hecho, hay personas que no saben cómo introducir estas pautas en su vida o lo han intentado sin terminar de culminar su proceso.
El proceso de transformación terapéutico consiste en favorecer el autoconocimiento e implementar estrategias personalizadas para poder culminar el proceso de crecimiento personal, recuperando el bienestar psicológico al no basar la propia identidad en los demás.
De esta manera, uno comienza a implicarse más en su propia vida y a seguir aquellos valores que le dan significado y alegría, volviendo a tener relaciones más equilibradas y estrechas, sin miedo a ser cuestionado, llegando a seguir el consejo de Oscar Wilde:
“‹‹Sé tú mismo. El resto de papeles ya están cogidos››”.
(5) – Hay que procurar mostrarse tal y como uno es.
Referencias bibliográficas.
- Carmona, R. (2019). Libérate de la necesidad de complacer a los demás. La Vanguardia. Enlace.
- La necesidad de ser aprobados por los demás. (2013). Mejor con Salud. Enlace.
- Morgado, M. A. (2021). Necesidad de aprobación: ¿cómo afrontarla? Mejor con Salud. Enlace.
- Necesidad de aprobación: por qué la tienes. Tu Psicología. Enlace.
- Pinilla, M. (2019). Tengo la necesidad de gustar a todos: 5 trucos para ser más independiente. Yass. Enlace.
- Roda, C. (2019). El precio de intentar agradar a todo el mundo es alto: no encontrar lo que buscas. La Mente es Maravillosa. Enlace.
- Soler, A. (2020). No intentes gustar a todo el mundo: es un error. Centro de Psicología Alberto Soler. Enlace.
Autora.
Mª Victoria Orbe Valls es psicóloga general sanitaria. Está graduada en Psicología por el CES Cardenal Cisneros (Universidad Complutense de Madrid), cuenta también con los másteres de Psicología General Sanitaria (Universidad Antonio de Nebrija) y Sexología Clínica y Terapia de Parejas (Instituto Superior de Estudios Psicológicos), así como con formación en Mindfulness y grafopsicología. En la actualidad compagina su actividad como psicóloga con la divulgación científica. Ha colaborado en el Blog de Nuestro Psicólogo en Madrid.
Otros artículos de la misma autora.
- Síndrome post-aborto: ¿Mito o realidad?
- El duelo y sus fases.
- Falta de concentración en los estudios.
- Alexitimia.
- El síndrome del impostor.
Galería de imágenes.
- Imagen de Portada de Dana Tentis en Pixabay.
- (1) – Imagen de Espartacus en Midjourney.
- (2) – Imagen de Enrique Meseguer en Pixabay.
- (3) – Imagen de Лечение Наркомании en Pixabay.
- (4) – Imagen de Espartacus en Midjourney.
- (5) – Imagen de Victoria_Regen en Pixabay.
Artículos relacionados.
- La necesidad de aprobación.
- ¿ Cómo superar la soledad?
- ¿Cómo superar el sentimiento de culpa?
- Miedo a enamorarse: La filofobia
- Síndrome de Peter Pan.
- ¿Qué es la autoestima?
- La personalidad controladora.