El síndrome del trabajador quemado (también conocido como burnout) fue estudiado en una entrada anterior del blog. En el presente artículo, se abordará cómo prevenir dicho síndrome, el cual se estima que afecta a aproximadamente el 30% de los trabajadores.
Síndrome del trabajador quemado y factores laborales de riesgo.
El agotamiento emocional debido a la sobrecarga de trabajo no surge de manera abrupta. Muy al contrario, su aparición sino se debe a un estrés laboral crónico que va haciendo mella en el trabajador de forma lenta y progresiva.
«La causa del síndrome del trabajador quemado es multifactorial, desarrollándose lentamente».
Existen múltiples factores que pueden influir en el bienestar del trabajador. A continuación, se enumeran los más comunes, que serán detallados más adelante:
- Aquellos relacionados con la empresa.
- Factores que guardan relación con el puesto de trabajo.
- Los que tienen que ver con los cambios supra-organizativos.
- Aquellos propios de las relaciones interpersonales a nivel laboral.
- Los factores dependientes de la personalidad del trabajador.
¿Cómo influye el estilo de dirección en el rendimiento y el bienestar del trabajador?
En primer lugar, el hecho de que la estructura de la organización sea sumamente jerarquizada, rígida y autoritaria supone un factor de riesgo. Es decir, se trata de una característica que suele aparecer asociada al burnout. Además, este tipo de estructura suele conllevar un exceso de burocracia que también genera malestar en el trabajador debido a lo compleja que puede volverse cada gestión, tornándose estresante.
En este sentido, tanto la falta de coordinación entre las distintas unidades como un estilo de dirección inadecuado redundan negativamente en el bienestar del empleado. Esto pone de manifiesto que no sólo influyen negativamente la escasa participación de los trabajadores o las relaciones conflictivas en el desarrollo del burnout.
«La falta de reconocimiento en el trabajo o de apoyo son factores de riesgo en el síndrome del trabajador quemado».
Otras de las cuestiones que incrementan el malestar del empleado son la percepción de desigualdad en la gestión de recursos humanos. Así mismo, influye el sentimiento de falta de recompensa o de reconocimiento por el trabajo bien hecho. Como es lógico, la imposibilidad de desarrollo profesional también puede suponer un factor de riesgo para el síndrome del trabajador quemado.
(1) – Síndrome del trabajador quemado y falta de reconocimiento laboral
¿Cómo es el puesto de trabajo que suele desencadenar el síndrome del trabajador quemado?
El trabajo más estresante es aquel en el que hay disfunciones en el rol, esto es, un conflicto o ambigüedad en el rol laboral. Esto genera una sobrecarga en el trabajador y puede conducir a la acumulación de tareas inacabadas que no finalizan nunca. Asimismo, una pobre autonomía decisional suele terminar produciendo una descompensación entre la responsabilidad y la autonomía percibidas, lo que incrementa la probabilidad de desgaste laboral.
«La falta de control sobre los resultados puede generar estrés y favorecer el desgaste laboral».
Por otra parte, la falta de tiempo para la atención del usuario o del subordinado y la falta de apoyo social son factores de riesgo para el síndrome del trabajador quemado. Además, una alta exigencia emocional en la interacción con el cliente también es otra de las causas frecuentes del burnout.
Como es de esperar, la insatisfacción con el propio rol laboral (p. ej. ante la falta de proyección) y los estresores económicos son dos factores que pueden influir en el desarrollo del síndrome del trabajador quemado. En este sentido, algunos autores han relacionado el burnout con la sensación de inseguridad en el puesto debida a crisis económicas (especialmente en jóvenes y mayores de 45 años) y a la antigüedad profesional (ciertas investigaciones hablan de los dos primeros años de carrera y de las personas que llevan más de diez años en el mismo puesto debido a las falsas expectativas sobre el puesto o a la falta de progresión, respectivamente) son dos factores que pueden incrementar el malestar laboral.
Respecto a los turnos de trabajo, algunos autores han encontrado que el trabajo de turno rotativo y el nocturno son los que más afectan a la persona, pues se ve alterado el ritmo circadiano al alterar el ciclo de sueño-vigilia, con la correspondiente influencia biológica (p. ej. a nivel cardiaco) y emocional (p. ej. influye en la excreción de adrenalina).
¿Qué cambios en la organización pueden afectar negativamente al trabajador?
Aunque es natural que los cambios sean una fuente de estrés, los cambios en la concepción del trabajo (especialmente cuando el empleado hace un trabajo emocional), suponen un factor de riesgo para el síndrome del trabajador quemado. Este malestar puede verse agravado cuando la persona percibe un escaso apoyo instrumental y/o falta de formación práctica en nuevas tecnologías o responsabilidades laborales, factores que suponen un estrés añadido que favorece la aparición y el mantenimiento del burnout debido al incremento de monitorización del desempeño, al miedo a ser desincorporado si no se cumple con las expectativas, etc.
Como es lógico, los cambios en los procedimientos (p. ej. en la legislación), tareas o funciones pueden ocasionar una sobrecarga emocional y laboral, repercutiendo negativamente tanto a la empresa como a trabajadores y usuarios. En este sentido, los cambios tecnológicos que implican una mayor demanda por parte del usuario del servicio o el cambio en la cultura del mismo supone un factor de riesgo para el síndrome del trabajador quemado.
(2) – Los cambios tecnológicos pueden producir el síndrome del burnout
«En ocasiones, los cambios de dirección laboral conllevan la pérdida de estatus del empleado, situación que puede desencadenar el burnout».
El síndrome del trabajador quemado y las relaciones laborales.
El ser humano es un animal social, por lo que su relación tanto con usuarios del servicio como con sus compañeros afecta en gran medida a su bienestar y, por consiguiente, a su rendimiento laboral. De esta manera, el atender a usuarios difíciles y problemáticos suele terminar afectando al estado anímico, lo que explica que durante un tiempo se asociara el burnout exclusivamente con los profesionales del sector servicios.
¿El burnout puede volverse contagioso?
Por otra parte, una dinámica de trabajo negativa en la que las relaciones entre compañeros son tensas, competitivas o conflictivas suele ocasionar un gran malestar en el trabajador, cuyo bienestar se resiente ante la falta de apoyo social y la falta de colaboración entre compañeros, incluso en tareas complementarias. En este sentido, la ausencia de reciprocidad en las relaciones laborales supone una fuente de malestar para el trabajador.
Una vez en ambiente se vuelve insostenible y termina afectando al bienestar psicológico del empleado, puede producirse un proceso de contagio en el resto de trabajadores:
«Cuando no se pone freno al síndrome del trabajador quemado se produce un proceso de contagio emocional del burnout que puede terminar afectando a numerosos trabajadores».
¿Qué rasgos de la personalidad incrementan la probabilidad de sufrir el síndrome del trabajador quemado?
En una entrada anterior se habló de que el perfil más habitual de personas con burnout es el de trabajadores del sector servicios (p. ej. médicos, psicólogos, docentes, etc.), normalmente mujeres de entre 30 y 50 años sin pareja o con poco apoyo familiar y sin patologías previas. Pero, ¿a qué obedece este perfil?
Rasgos de personalidad en el síndrome del burnout.
En primer lugar, la alta motivación para la ayuda (es decir, el altruismo) suele provocar una tendencia a la sobreimplicación emocional, lo que suele llevar a la sobrecarga de trabajo, especialmente cuando se trata de una persona empática e idealista. Esto explica que los primeros casos de burnout fueran detectados en voluntarios de un hospital psiquiátrico.
Respecto a los rasgos de personalidad, se ha encontrado que tener un patrón de conducta tipo A incrementa la probabilidad de padecer el síndrome del trabajador quemado. El patrón de conducta tipo A, también conocido como personalidad tipo A, describe la tendencia de estas personas a tener una alta implicación laboral debido a su propia ambición y competitividad. También son personas impacientes, autoexigentes y perfeccionistas, que precisan controlarlo todo, lo que les impide delegar al sentirse indispensables, incrementando por ello su carga de trabajo y dificultando el trabajo en equipo.
«Es más probable que las personas con pocas habilidades sociales sufran el síndrome del trabajador quemado».
Por otra parte, numerosos estudios recogen que tanto la baja autoestima como el sentimiento de baja autoeficacia son dos factores de riesgo relacionados con el síndrome, ya que la persona percibe que no va a ser capaz de hacer frente a las diferentes situaciones laborales y no tolera el error en sus tareas, inseguridad que incrementa el estrés laboral.
(3) – La falta de autoconfianza en su trabajo influye en el burnout
Asimismo, el tener un locus de control externo (esto es, creer que el resultado de los acontecimientos se debe principalmente a las circunstancias) también incrementa la probabilidad de sufrir burnout, pues la persona siente que el resultado de su trabajo no depende tanto de su propio esfuerzo como de otro tipo de circunstancias.
¿Qué pueden hacer las empresas para prevenir el síndrome del trabajador quemado?
«Las empresas tienen la obligación de cuidar de la salud del trabajador e intervenir cuando la salud de éste se haya visto afectada al no haberse identificado el riesgo a tiempo».
Por este motivo, la prevención de riesgos laborales está integrado en su sistema general de gestión, interviniendo a nivel:
- Organizacional: Fomentando la comunicación vertical (tanto ascendiente como descendiente) y horizontal, el establecimiento de objetivos y roles de trabajo claros (diversas investigaciones han encontrado que esto mejora la satisfacción y la motivación intrínseca), así como instaurando líneas claras de autoridad y responsabilidad, regulando las demandas de trabajo y descentralizando la toma de decisiones para ganar autonomía. Además, es recomendable establecer planes de promoción, incrementando las justas recompensas y facilitar la flexibilidad horaria (promoviendo los descansos), además de ofrecer la oportunidad de formación continua para su capacitación profesional y desarrollo del trabajo, informando sobre el resultado del mismo.
- Grupal: Impulsando el trabajo en equipo y el apoyo entre los compañeros, así como la formación en distintas áreas de interés (p. ej. en el desarrollo gerencial, en liderazgo, entrenamiento en el manejo de la distancia emocional con el usuario, no cayendo en la sobreimplicación ni en la indiferencia).
- Individual: Buscando mejorar los propios recursos para afrontar los estresores, potenciando la percepción de control y autoeficacia personal. Para ello, el psicólogo promueve el aprendizaje de estrategias de afrontamiento y de resolución de problemas. También fomenta la asertividad para poder abordar los problemas con sus compañeros y/o superiores, la gestión del tiempo y el establecimiento de objetivos laborales realistas.
Estrategias para superar uno mismo el síndrome del trabajador quemado.
- Reconsiderar los propios intereses: En ocasiones, las personas se mantienen en un trabajo por falta de iniciativa o por comodidad, a pesar de que no esté alineado con sus valores e intereses.
- Ajustar sus expectativas: Para poder realizar correctamente el propio trabajo es necesario contar con tiempo de desconexión. Sobrecargarse de trabajo, no realizar descansos ni desconectar sólo empeorará el propio rendimiento.
- Planificar adecuadamente: Gestionar correctamente el tiempo no sólo ayuda a alcanzar los objetivos, sino que previene el estrés laboral.
- Responsabilizarse de la situación: Evaluar las opciones y discutir las preocupaciones especificas con su superior, de manera que puedan adoptarse nuevos compromisos o soluciones.
- Cuidar las relaciones con sus compañeros y superiores:
«El apoyo social es la variable moderadora más importante de los efectos del burnout».
- Mantener un estilo de vida saludable: Mantener un ritmo adecuado de sueño, cuidar la alimentación y realizar cierta actividad física no son las únicas variables a tener en cuenta; disfrutar de tiempo de ocio fuera del trabajo también lo es.
(4) – Prevención: Vida saludable y ritmo adecuado de sueño
- Escucharse y buscar el propio bienestar: Para lidiar con el estrés y el agotamiento, a veces es necesario buscar apoyo psicológico. Además, el psicólogo puede enseñar a poner límites y a prevenir situaciones incómodas en el trabajo.
Estrategias para superar por sí mismo el burnout siendo autónomo.
La forma de trabajo del autónomo guarda ciertas diferencias con el del asalariado, destacando principalmente la incertidumbre por la continuidad de su trabajo y su nivel adquisitivo. Por ello, aparte de las estrategias citadas anteriormente, es fundamental que el autónomo adopte una serie de medidas:
Recomendaciones a seguir en el trabajo.
- Controlar los gastos e ingresos: Es importante ser consciente de que el trabajo del autónomo supone la presencia de picos de trabajo, lidiar con etapas en las que uno se ve desbordado de trabajo y otras en las que faltan clientes. Sin embargo, el miedo a perder a clientes puede llevar a la sobrecarga y posterior incapacidad para atender correctamente a ninguno.
- Establecer horarios y prioridades: Emplear una agenda y respetar el cuadrante es la primera medida para prevenir el burnout, pues muchas personas comienzan ampliando lentamente sus tardeas y terminan sin tener tiempo personal.
- Aprender a decir no, buscar colaboradores o delegar: Intentar abarcar todos los trabajos terminará convirtiendo el estrés natural en ansiedad. Por ello, es importante prevenir este tipo de episodios, ya sea ajustando las expectativas o delegando en otro trabajador de confianza.
- Cuidar el ambiente del trabajo: No sólo hay que pensar en términos económicos, cuando se trabaja durante muchas horas es importante hacerlo en un lugar cómodo y acogedor, protegiendo la salud y mejorando el propio bienestar.
Recomendaciones fuera del trabajo.
- No descuidar el tiempo libre: La conciliación laboral es esencial para no caer en episodios innecesarios de estrés o ansiedad. Mantener un estilo de vida saludable e intentar desconectar del trabajo redundará en la calidad y en el rendimiento del mismo.
- Socializar: En ocasiones, los autónomos se sienten solos en su trabajo, por lo que es recomendable intentar tener contacto con otras personas del gremio y mantener las relaciones con los allegados, para no caer en la soledad.
- Plantearse nuevas metas: Formarse en áreas de su interés y plantearse nuevos retos ayuda a huir de una rutina aburrida de trabajo, despertando nuevas ilusiones.
«El autónomo ha de ser consciente de que lo más importante es su salud, por lo que no siempre ha de primar el beneficio laboral sobre el personal».
¿Qué se puede hacer cuando se trata de un compañero?
Lo más habitual es que el círculo cercano del trabajador detecte antes que él mismo su situación de vulnerabilidad, ya que la persona suele asociar su malestar con su baja realización profesional (p. ej. a la monotonía de su trabajo o a no tener control sobre el mismo).
(5) – El afectado por el burnout puede ser el último en enterarse
«Lo más frecuente es que las personas de alrededor se den cuenta antes que el propio afectado».
Una vez se ha detectado la situación, lo más importante es establecer una relación de apoyo, escuchándole activamente y ayudándole a expresar sus preocupaciones sin que se sienta juzgado, apoyándole para que busque ayuda en su supervisor o en los compañeros. Reconocerle su trabajo y permitirle la ventilación emocional le ayudará a sentirse valorado. Además, puede ser de gran utilidad compartir cómo uno suele hacer frente a este tipo de situaciones, intentando relativizar los problemas laborales sin que la persona sienta que los están minimizando.
Referencias Bibliográficas.
- Apiquian, M. (2007). El síndrome del burnout en las empresas. Memorias del Congreso Tercer Congreso de Escuelas de Psicología de las Universidades Red Anáhuac. Mérida, Yucatán: Universidad Anáhuac México Norte. Enlace.
- Fidalgo, M. (2003). NTP 704 : Síndrome de estar quemado por el trabajo o “burnout” (I): definición y proceso de generación. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales España. Enlace.
- Ghamlouche, D. (2018). Cada vez más autónomos padecen trastornos mentales. Diario AyE. Enlace.
- Guía sobre el Síndrome de Quemado (Burnout). (2006). UGT.
- Matón, E. (s. f.). El Síndrome Burnout o trabajador quemado. Mapfre. Enlace.
Autora.
Mª Victoria Orbe Valls es psicóloga general sanitaria. Está graduada en Psicología por el CES Cardenal Cisneros (Universidad Complutense de Madrid), cuenta también con los másteres de Psicología General Sanitaria (Universidad Antonio de Nebrija) y Sexología Clínica y Terapia de Parejas (Instituto Superior de Estudios Psicológicos), así como con formación en Mindfulness y grafopsicología. En la actualidad compagina su actividad como psicóloga con la divulgación científica. Ha colaborado en el Blog de Nuestro Psicólogo en Madrid.
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