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Trastorno histriónico de la personalidad

Trastorno histriónico de la personalidad

El trastorno histriónico de la personalidad despierta la curiosidad de la población debido a sus características particulares. Son sujetos que buscan ser el centro de atención. No obstante, por muy “excéntrico” que pueda llegar a ser su comportamiento, estamos hablando de una organización de la personalidad muy compleja que causa dolor y sufrimiento tanto a la persona que lo padece como a su entorno.

Los rasgos de personalidad se forman a partir de factores genéticos (temperamento) y ambientales (cultura, estilo de crianza…) y terminan consolidándose en el ámbito social. El desarrollo del trastorno histriónico depende de estas variables. Diferentes estudios han estudiado su etiología, desarrollo, consecuencias bio-psico-sociales y, por supuesto, los tratamientos más eficaces dirigidos a personas con este trastorno. En el siguiente artículo haremos un repaso sobre la definición y características propias del trastorno histriónico de la personalidad.

Trastornos de personalidad

Todos tenemos nuestros rasgos de personalidad, es decir, las formas de percibir, pensar y relacionarnos de manera recurrente con los demás y el entorno. Se ponen de manifiesto en todo tipo de situaciones, tanto sociales como personales. La personalidad forma parte de nuestra identidad personal. Ahora bien, si este modo de actuar, sentir y pensar nos afecta negativamente en nuestra vida diaria, podemos estar hablando de un trastorno de personalidad. Esto ocurre cuando tenemos rasgos de personalidad rígidos, desadaptativos y que suelen perdurar en el tiempo. El inicio de estos trastornos suele ser precoz (derivado de los estilos de apego, educativos, factores genéticos, traumas…). Originan deterioros a nivel personal y social, sufrimiento y además suelen ser muy resistentes al cambio.

«Los trastornos de personalidad son bastante resistentes al cambio»

En el DSM V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) los trastornos de personalidad se clasifican y definen en tres subgrupos denominados “clusters”. Su criterio de clasificación viene dado por una serie de características comunes que comparten. Los veremos a continuación.

Clasificación de los trastornos de personalidad

  • Clúster A: Los trastornos de personalidad de este clúster tienen en común la realización de conductas poco comunes y extravagantes. La manera de pensar e interpretar los acontecimientos del entorno está distorsionada: las interpretaciones suelen ser excéntricas y poco reales (pudiendo caer en rasgos psicóticos). En este clúster se hallan los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad.
  • Clúster B: Estos trastornos de personalidad se caracterizan por su alta labilidad emocional y su incapacidad para mantenerse en la ventana de tolerancia emocional (sostener emociones propias y ajenas) por mucho tiempo, lo que desencadena mucha inestabilidad, desconfianza en el entorno y sufrimiento. Se considera como “exageradas y dramáticas” a las personas que lo sufren. Aquí se hallan los trastornos: antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad.

Trastornos de personalidad
(1) – Hay 3 grupos de trastornos de la personalidad

  • Clúster C: En este clúster se hallan aquellos trastornos caracterizados por elevados niveles de miedo, ansiedad y una baja tolerancia a la frustración y la incertidumbre. Es muy común que estas personas se alejen de aquello que les provoca temor, lo que limita mucho sus vidas. Aquí se hallan los trastornos de la personalidad evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo.

«El Trastorno histriónico de la personalidad pertenece al clúster B (gran labilidad emocional)»

Trastorno histriónico de la personalidad: Definición y rasgos

Antes de que fuera clasificado en el DSM como un trastorno de la personalidad, el trastorno histriónico se ha concebido de otras formas. Por ejemplo, en los orígenes del psicoanálisis se usaba el término “histeria” para definir a aquellas mujeres inestables, neuróticas e “impredecibles” a nivel emocional. Gracias a los avances en investigación, hoy en día tenemos una idea más clara de lo que es y no es un trastorno histriónico de la personalidad.

«Las personas con rasgos histriónicos suelen tener un comportamiento llamativo y teatral».

Existe una gran dificultad y miedo a la experiencia y expresión de las propias emociones, las cuales intentan “manejar” en el ámbito social.

Su objetivo principal a la hora de interactuar con los demás es ser el centro de atención en todo tipo de reuniones sociales. Y si además esta atención suscita halagos, comentarios positivos y alabanzas hacia su persona, mucho mejor, ya que los buscan activamente. Existe una fuerte necesidad de atraer la atención social y de ser piropeados. ¿Y cómo suelen satisfacer este deseo? Normalmente ,consiguiendo una apariencia física (ropa, peinado, maquillaje, gestos…) atrayente y llamativa. Las “apariencias” y la seducción son armas clave para las personas con rasgos histriónicos, pues les facilitan conseguir esa atención que tanto reclaman.

De hecho, a estas personas se les suele definir como “seductoras” por naturaleza. Tienen una gran habilidad para “engatusar” y manipular al resto. Cuando lo hacen sienten cierto alivio, pues su búsqueda de control y poder se define por la posibilidad de seducir a aquellas personas del género del que necesitan más aprobación. Este uso de la sexualidad (a menudo impulsivo y poco estable) se ha interpretado como una defensa. Es decir, cuando la persona posee esta sensación de control sobre el otro, el miedo y la sensación de vulnerabilidad disminuyen.

Características emocionales del trastorno histriónico de la personalidad

En el trastorno histriónico de la personalidad existen grandes dificultades a la hora de sentir y regular emociones. Se tiende a la hiperactivación emocional, es decir, estímulos no demasiado fuertes pueden provocar grandes reacciones emocionales. Esto origina, como consecuencia, un miedo crónico a la propia experiencia emocional y una creencia de ser incapaz de controlar el mundo interno. Los sentimientos, deseos, necesidades… provocan grandes reacciones de ansiedad.  Este temor por verse sobre estimulado y descontrolado por los afectos puede derivar en conductas “dramáticas” y exageradas de expresión.

Realmente, esto sería una forma de defensa: Al exagerarlas, las emociones se “ridiculizan” (no se toman en serio) inconscientemente. Es decir, la inhibición afectiva se suele alternar con unas expresiones emocionales excesivas.

Trastorno histriónico y seducción
(2) – El histriónico recurre a la seducción para ser el centro de atención

Con esto, la persona con trastorno histriónico consigue obtener la atención de los demás. Una gran parte de la energía del sujeto se invierte en la evaluación del entorno y conseguir una respuesta positiva ante estos comportamientos dramatizados.

La intimidad sexual en este tipo de personas puede ser fuente de conflicto. Al sentirse inseguros con su mundo emocional tienen mucho miedo a causar rechazo, pues los sentimientos resultantes de éste (vergüenza, tristeza…) serían difíciles de manejar.  Se tiene un gran miedo a ser dañado por el otro. Como resultado, se dan conductas dirigidas a exagerar la sexualidad de forma exhibicionista, competitiva e impulsiva. También se evitan las relaciones afectivas profundas (aunque existan competencias para generarlas y mantenerlas), en un esfuerzo inconsciente por compensar estos sentimientos y preocupaciones.

«El sujeto con trastorno histriónico de la personalidad tiene relaciones afectivas muy superficiales por temor a ser dañado».

Características cognitivas del trastorno histriónico de la personalidad

Debido a sus dificultades para gestionar las emociones, las personas con trastorno histriónico tienden a inhibir el procesamiento de la información para contener emociones muy intensas. Esto termina siendo una estrategia crónica inconsciente difícil de modificar puesto que estas personas no saben cómo manejar sus sentimientos de otra manera. De hecho, una de las creencias irracionales más comunes que suelen tener es la idea de un yo inadecuado e incapaz de vivir satisfactoria y equilibradamente su vida. Los individuos con este trastorno están convencidos de que necesitan al otro para sobrevivir. Es por ello, que utiliza múltiples estrategias para convencer de que es un ser que necesita y merece que le cuiden, admiren, protejan, atiendan… Así la persona se asegura de que todas sus necesidades puedan ser atendidas.

Otra creencia muy arraigada es la de que, si el otro no le ama, admira, presta atención… todo se derrumba. Es absolutamente necesario que todo el mundo muestre simpatía por este tipo de personas. Como esto sabemos que no es posible, muy a menudo entran en estados de pánico, irritabilidad, desesperación… que les provoca una gran inseguridad y afianzan las creencias sobre su vulnerabilidad.

No obstante, para las personas con trastorno histriónico es más importante la valoración de las otras personas que lo que el individuo con este trastorno piensa de sí mismo. Es decir, que la identidad del sujeto depende más de los otros que de sí mismo.

«Todo lo anterior demuestra que el autoconcepto del sujeto depende mayoritariamente de las respuestas que le dan los que le rodean».

Como deben ser unos “seductores constantes” para atraer la atención del resto, suelen tener ideas sobrevaloradas de su aspecto físico, talento, habilidades… Viven en una fantasía donde se dicen a sí mismos que son importantes, trascendentes y magníficos en lo que dicen/hacen.

¿Cómo se desarrolla el trastorno histriónico de la personalidad?

Las situaciones vividas en la infancia temprana son un elemento fundamental a la hora de desarrollar (o no) cierto tipo de trastornos. Los trastornos de la personalidad se van forjando a lo largo del tiempo. Aunque pueda existir cierta predisposición genética, el ambiente donde el niño se cría es clave para su desarrollo bio-psico-social.

Trastorno histriónico de la personalidad - Origen
(3) – Los trastornos de la personalidad se desarrollan lentamente

El apego cumple igualmente un papel muy importante: personas con apego ansioso son más sensibles al rechazo y a la ansiedad, y por lo tanto son propensos a desarrollar trastornos de personalidad tales como el histriónico.

Si el niño crece en un entorno familiar donde los padres sufren dificultades emocionales y/o relacionales (por ejemplo: padres negligentes, deprimidos o abrumados por las necesidades del niño) es más probable que desarrolle en el futuro algún tipo de trastorno.

«En el caso del trastorno histriónico, el niño tiene grandes dificultades en reconocer y gestionar su propia experiencia emocional».

Acaba por fracasar repetidamente en los intentos de manejar los estados afectivos más intensos y dolorosos (puesto que no ha podido aprenderlo de sus padres). Como consecuencia, puede presentar además mecanismos de defensa tales como la represión y la disociación.

Si se parte de esta base, los vínculos afectivos que el sujeto generará con otras personas también serán problemáticos. El estado anímico de la persona es extremo y variable, es muy dependiente de que los otros lo “salven” y regulen. Pero la persona con trastorno histriónico crea vínculos afectivos mediante la búsqueda de atención, celebración de los éxitos personales, teatralidad, seducción… Esto, unido a la baja tolerancia al fracaso y la frustración, origina una problemática que da lugar a un autoconcepto sobrevalorado (pero, en el fondo, frágil), relaciones inestables, dificultades en el ámbito laboral, etc.

Género y prevalencia

Por lo tanto, se distingue por lo que se concibe como sexo masculino o femenino. Se han realizado estudios de género para indagar sobre la prevalencia de diferentes trastornos de personalidad entre hombres y mujeres. Los trastornos de personalidad presentan una prevalencia general de 9.1% dentro de todos los trastornos mentales. En general, las investigaciones han hallado que las mujeres suelen experimentar una mayor prevalencia de trastornos de personalidad como el trastorno límite, histriónico y por dependencia. Los hombres, sin embargo, suelen padecer de trastornos de personalidad como el esquizoide, esquizotípico, antisocial, narcisista y obsesivo compulsivo.

«El trastorno histriónico de la personalidad es más frecuente en mujeres»

La prevalencia del trastorno histriónico en la población general es de un 2-3% aproximadamente. En la población clínica esta prevalencia es mayor y se sitúa alrededor del 2 al 15% El trastorno histriónico de la personalidad  suele tener puntuaciones altas en extroversión y neuroticismo. Esto coincide con los resultados de otros estudios que han hallado que las mujeres suelen puntuar mucho más alto en esas dos dimensiones de rasgos de personalidad que los varones. Además, el deseo de agradar al otro (rasgo importante en los trastornos histriónico y dependiente) también es mucho mayor en mujeres que en hombres. Esto es debido a que ellas normalmente puntúan más alto en la dimensión de agradabilidad. Ahora bien, todos estos datos tienen una influencia cultural importante y no se trata tanto de cuestiones genéticas, sino ambientales, educativas, etc.

Trastorno histriónico de la personalidad - Prevalencia
(4) – El Trastorno histriónico es más frecuente en mujeres

Tratamiento del trastorno histriónico de la personalidad

En general, no existen datos concluyentes sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos para los trastornos de personalidad. Muchas veces estos pacientes no acuden a consulta debido a la baja conciencia que tienen de sus dificultades, el miedo al cambio, la baja adherencia al tratamiento, etc. Como ya comentamos en otro artículo sobre los factores comunes en terapia, no existe una terapia psicológica que por sí sola sea más eficaz que las otras. Aunque no se han hallado datos que demuestren la eficacia de un tratamiento específico para los trastornos de personalidad, sí se han observado resultados en relación a ciertas técnicas que comentaremos más adelante. En cuanto al tratamiento con fármacos, no se ha visto que sea eficaz por sí mismo, sino que su uso se reserva para aliviar algunos síntomas en momentos puntuales.

Los pacientes con trastorno histriónico rara vez acuden a consulta. Cuando lo hacen suele ser por motivos afectivos o por situaciones relacionales problemáticas (ej. problemas de pareja).  No es extraño que se impacienten rápido con la terapia debido a que suelen quedarse siempre en lo superfluo y les cuesta profundizar en temas emocionales (recordemos que esto es un mecanismo de defensa y es normal que estén asustados o reticentes).

«Los individuos con trastorno histriónico de la personalidad en muy pocas ocasiones van  a la consulta del psicólogo».

Igualmente, intentan reclamar la atención del profesional (como por ej. con la seducción) y necesitan de su admiración y apoyo. Tampoco es de extrañar que genere dependencia con el psicólogo, por lo que es importante trabajar el tema del duelo con estos pacientes. Es importante que el terapeuta tenga todos estos factores en cuenta para el buen manejo del desarrollo de la terapia.

Objetivos y estrategias del tratamiento

El objetivo principal con las personas que tienen un trastorno de la personalidad histriónico es que desarrollen una identidad personal que vaya más allá de las relaciones interpersonales. Deben entender de dónde viene su conducta, defensas, etc. y trabajar los miedos y creencias irracionales que tienen.

Si se cree conveniente puede combinarse la terapia psicológica con la farmacológica, pero siempre deben darse juntas e intentar evitar la cronificación de la toma de medicación en todo lo posible. Establecer buenos hábitos es básico para cualquier tipo de terapia e iniciar tratamientos de autocuidado (sueño, comida, ejercicio, dejar de tomar drogas, et.) será fundamental para establecer una buena base de trabajo.

Del mismo modo, el entrenamiento en técnicas terapéuticas como la respiración diafragmática para los momentos de ansiedad que viven estos individuos junto con el entrenamiento en habilidades sociales son estrategias muy útiles para las personas con este tipo de trastorno. Recordemos que una de los rasgos principales de sus relaciones es la superficialidad (a pesar de que ellos las perciben como “intensas”) y no suelen tener en cuenta a la otra persona o no tienen herramientas con las que relacionarse de una manera más adaptativa. Por todo esto, el entrenamiento en empatía es fundamental.

«Es importante fomentar la empatía en los pacientes con trastorno histriónico».

Tratamiento del trastorno histriónico de la personalidad
(5) – Psicoterapia del trastorno histriónico de la personalidad

Técnicas del tratamiento

  • Es muy importante identificar y tratar los procesos defensivos del paciente.
  • La terapia cognitiva señala la importancia de trabajar con las creencias irracionales y contradicciones en los que pueda entrar el paciente.
  • Se pueden anotar los pensamientos que provocan sufrimiento en una hoja de registro. Esta es una forma de aprender a identificar y cuestionar los pensamientos con el fin de modificarlos. Es útil para el control de impulsos y el fomento de la reflexión antes de la acción.
  • Dedicar un tiempo a la psicoeducación para que el paciente entienda qué le ocurre, con qué fin hace las tareas, etc.
  • Entrenamiento en habilidades de solución de problemas, habilidades sociales y asertividad.
  • Entrenamiento en habilidades emocionales para gestionar el rechazo del otro, diseñando por ejemplo experimentos donde la persona deba enfrentarse a pequeños rechazos.
  • Si el paciente tiene pareja es posible que deba realizarse terapia de pareja para ambos.
  • Establecer un buen vínculo terapéutico que no refuerce la conducta histriónica.
  • Enseñar técnicas de relajación para gestionar la ansiedad.
  • Emplear (prudentemente) el sentido del humor. Estas personas se suelen tomar “todo a pecho”, son muy dramáticas.

«El humor puede usarse como herramienta para gestionar situaciones desagradables con más facilidad».

  • Mantener al paciente en contacto con la realidad para que no tenga expectativas erróneas sobre sí mismo y el mundo que lo rodea (incluida la terapia).
  • Trabajar la comunicación verbal y no verbal para ayudar al paciente a relacionarse desde un lado más adaptativo y sano.

Conclusiones sobre el trastorno histriónico de la personalidad

El trastorno de personalidad histriónico no consiste simplemente en “llamar la atención” o comportarse de forma “dramática” en público. Su etiología, desarrollo y las dificultades que causan en el día a día, demuestran que es una patología de la personalidad. Puede tratarse en consulta terapéutica y combinarse con medicación llegado el caso. Aunque este tipo de perfil no suele acudir a sesión, cuando lo hace es fundamental que entendamos que estamos ante una persona con una identidad muy poco fortalecida, con miedo a experimentar las propias emociones y una dependencia exacerbada de la opinión y de la atención de los demás.

La detección temprana de este trastorno podría facilitar en gran medida el proceso terapéutico. Con esto se evitaría gran parte del sufrimiento y la cronificación de las dificultades personales y sociales.  El tratamiento ha de incluir trabajo con el autoconcepto, gestión emocional, desarrollo de habilidades sociales, aumentar la tolerancia al fracaso y el rechazo, fomentar la autonomía e independencia personal, entre otras cosas.

Tratamiento del trastorno histriónico
(6) – La detección temprana ayuda en el tratamiento


Referencias Bibliográficas


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Sofía Rodríguez Pantoja

Sofía Rodríguez Pantoja es Graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid.
Ha cursado el Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster en Psicoterapia Humanista Experiencial y en Terapia Focalizada en la Emoción en la Universidad Pontificia de Comillas.
También está formada en psicoterapia EMDR y terapia breve por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP). Fue voluntaria en el Centro Joven de Atención a la Sexualidad en Madrid (CJAS Madrid).
Actualmente está cursando el Experto en Trastornos Alimentarios por la SEMPyP.