La ansiedad, en sus diversas manifestaciones, es la responsable última de un buen número de las consultas de psicología y psiquiatría, que se realizan cada día en todo el mundo. En este artículo trataremos de estudiar la ansiedad en profundidad.
Definición y naturaleza.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es la respuesta fisiológica del organismo, que se pone en marcha para anticiparse a situaciones o estímulos, que el sujeto considera como una amenaza o un peligro. Esta respuesta tiene un carácter involuntario.
“Es decir, la ansiedad es una señal de alerta del organismo ante situaciones potencialmente peligrosas”.
Naturaleza de la ansiedad.
El ser humano durante miles de años ha ido evolucionando y adaptándose para sobrevivir en un medio hostil. Nuestros más remotos antepasados vivían en un entorno que nada tiene que ver con nuestra actual sociedad.
Para el hombre primitivo sobrevivir era una cuestión primordial. Debía conseguir sus alimentos mediante la caza. Estaba acechado por peligrosos animales y estaba expuesto al frío y a los rigores de la naturaleza.
Vivir en esas extremas condiciones era estar expuesto a un peligro externo permanente. Para poder sobrevivir tuvo que desarrollar un complejo sistema de mecanismos de alerta que le previnieran ante cualquier peligro inminente.
Ante la amenaza del ataque por parte de un animal sólo tenía dos soluciones: huir o luchar.
Pues bien, la ansiedad es la señal de alarma de este sistema. Así, el organismo se prepara para reaccionar ante el peligro, huyendo o luchando para poder sobrevivir.
Tipos de ansiedad.
Podemos considerar que existen dos tipos de ansiedad:
– La fisiológica, normal o adaptativa que nos alerta de una situación real de riesgo.
– La anormal o patológica, que analizaremos más tarde.
Ansiedad Adaptativa.
Nuestro hombre de las cavernas fue evolucionando. Desarrolló interconexiones neuronales muy complejas, para mejorar y perfeccionar las respuestas ante el peligro.
Conforme avanzaba la civilización, estas respuestas se fueron modulando para ser proporcionales a los riesgos y las nuevas amenazas.
Hoy, en pleno siglo XXI, no estamos preparados para luchar contra un mamut. Sin embargo, nuestro organismo reacciona con celeridad, cuando oímos el sonido de un claxon al atravesar una calle. De la misma forma, nuestro cerebro se activa al ver una señal de stop, cuando conducimos un vehículo.
El entorno que nos rodea es completamente diferente, pero la naturaleza es sabia y ha ido evolucionando. Nos hemos ido adaptando a los cambios, preparándonos para hacer frente a los riesgos actuales.
Desde este punto de vista, la ansiedad no es algo nocivo. Es más bien algo que nos mantiene a salvo de las amenazas externas. Así, podemos decir, sin temor a equivocarnos que
“un cierto grado de ansiedad nos beneficia“.
Esta ansiedad fisiológica aumenta nuestra concentración. Nos protege y promueve nuestro afán de superación. Un nivel aceptable de ansiedad es el motor que nos impulsa a progresar y a superarnos. A esta clase de ansiedad fisiológica la denominamos ansiedad adaptativa.
Ansiedad Patológica.
El problema surge cuando ese sofisticado mecanismo que ha desarrollado el ser humano se desequilibra y emite señales de alarma injustificadas.
Si el sistema se hace tan sensible que a todas horas se disparan las señales de peligro, la persona se siente amenazada continuamente y experimenta una gran cantidad de síntomas que son el reflejo de un temor constante.
Podemos decir que
“la ansiedad se convierte en un problema cuando los mecanismos de alerta se disparan de forma injustificada”.
Cuando esto sucede con una frecuencia muy elevada o con una intensidad desproporcionada ante mínimas situaciones de peligro, hablamos de ansiedad patológica.
En “Nuestro Psicólogo en Madrid” realizamos un tratamiento eficaz de los trastornos de ansiedad.
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad son trastornos mentales, en los que predominan síntomas como el miedo o la ansiedad patológica. Incluyen una amplia variedad de enfermedades. A grandes rasgos los podemos clasificar como:
– Trastornos agudos (donde los síntomas de ansiedad aparecen de forma aislada).
– Trastornos crónicos (en estos casos el miedo o la ansiedad patológica está presente de forma continua en la vida del paciente).
Terminología.
Existen algunos términos, relacionados con la ansiedad, que pueden inducir a error y que en ocasiones, sobre todo a nivel popular se suelen usar indiscriminadamente: ansiedad, angustia, estrés, ansiedad generalizada, ansiedad social. Veamos cada uno de ellos.
Angustia.
Etimológicamente la palabra ansiedad deriva de la palabra latina “anxietas” que significa angustia o aflicción.
La palabra angustia deriva del término alemán “angst”. Este término fue utilizado por Freud para referirse a un estado afectivo penoso, que aparecía sin estar relacionado por ningún objeto. Es decir, no tenía un origen concreto o determinado.
El concepto original de angustia (“angst“) de Freud fue evolucionando a lo largo de los años. En su concepción original (1984) considera la angustia como el resultado de la acumulación de energía sexual o libido no satisfecha.
Esta formulación inicial fue variando y adaptándose a sus teorías psicoanalíticas. En 1932 acabó definiendo la angustia como un estado afectivo y distinguiendo entre angustia real y angustia neurótica.
El concepto de angustia freudiano, su desarrollo y formulación, son demasiado amplios para ser tratados en este artículo y merecen por su complejidad un capítulo aparte.
Los anglosajones tradujeron el término alemán “angst” como “anxiety”. En castellano se adoptaron los términos ansiedad y angustia como sinónimos. A nivel coloquial podemos decir que ambos términos (ansiedad y angustia) son equiparables.
Se suelen aplicar a los estados de ánimo que cursan con desasosiego e intranquilidad o inquietud, motivados por situaciones imprecisas y que dan lugar a un miedo patológico.
A nivel científico la angustia sería un tipo específico de los trastornos de ansiedad: el ataque de pánico. También se usan los términos crisis de angustia, crisis de ansiedad o “Panik Attack”. Esta diferenciación aparece recogida en el DSM-V. Se verá con más detalle al tratar esta patología específica.
Definición del concepto de angustia.
Estrés.
Al hablar de “estrés” nos encontramos con un término que a nivel popular se suele utilizar a menudo con el mismo significado que “ansiedad”. Sin embargo, veremos que no necesariamente significan lo mismo.
El estrés está más relacionado con una alteración que aparece en un sujeto a la hora de relacionarse con su entorno.
Podemos decir que el estrés aparece cuando los factores ambientales superan la capacidad del individuo. De esta forma, el sujeto no es capaz de adaptarse al entorno que le rodea.
Cuando esta situación se perpetúa en el tiempo puede dar lugar a trastornos de ansiedad o incluso a situaciones de angustia (ataque de pánico).
La sociedad actual, con su vértigo, sus exigencias profesionales y su competitividad desmedida sería el paradigma de una sociedad estresante, pues genera una sobrecarga de factores ambientales que supera los recursos adaptativos del sujeto.
Definición del término estrés
Ansiedad generalizada.
Ansiedad generalizada es otro de los nombres por los que es conocido el trastorno de ansiedad generalizada o TAG, que consiste en una preocupación o ansiedad excesiva y constante durante todo el día, sin justificación aparente.
Esta situación tiene carácter de cronicidad en el tiempo. Se estudiará en profundidad en otro artículo.
Ansiedad Social.
La terminología no siempre es muy clara cuando hablamos de la ansiedad. Por ejemplo muchas personas hablan de ansiedad social para referirse al trastorno de ansiedad social, más conocido como fobia social.
Se trata de un trastorno de ansiedad donde el paciente tiene un miedo constante a determinadas actividades sociales por temor a ser observado y juzgado por otros, sintiendo vergüenza y sensación de estar haciendo el ridículo.
Epidemiología de la ansiedad.
Los trastornos de ansiedad son quizás el principal motivo que lleva a los pacientes a las consultas de atención primaria. Cada día son más las personas que buscan un psicólogo especializado en la ansiedad y su tratamiento.
Los resultados de los distintos estudios epidemiológicos pueden variar bastante, dependiendo de los criterios diagnósticos empleados (DSM-IV-R, DSM-V, CIE-9 o CIE-10). Así mismo, influye el procedimiento metodológico y el periodo de observación (meses o años). A pesar de estas diferencias, que existen,
“podemos asegurar que los trastornos de ansiedad son un grave problema de salud”.
Veamos algunos datos para hacernos una idea aproximada del problema. Ya en el año 1994 se realizó en USA un estudio sobre más de ocho mil personas. El dato más relevante fue que más del 17% de la población había sufrido en el último año algún trastorno de ansiedad.
La OMS abordó el tema de la ansiedad con un estudio sobre 26.000 sujetos de 14 países. Tomaron como guía para el diagnóstico la clasificación CIE-9. Realizaron las observaciones en las consultas de atención primaria y sacaron una cifra de prevalencia de la ansiedad del 10%, destacando un 8% de ansiedad generalizada.
Otros estudios posteriores, realizados en nuestro país, usando el DSM-III, han dado cifras superiores al 13%. Sin temor a exagerar las cifras,
“podemos afirmar que en España el 20% de las personas padecerán algún trastorno de ansiedad a lo largo de la vida”.
Esta cifra nos da una idea de la magnitud del problema que representan estos trastornos. Pero antes de abordar el tratamiento de esta patología, veamos sus causas, cómo se manifiesta y qué síntomas presenta.
La ansiedad y sus causas.
Las causas de la ansiedad son muy variadas:
- Los factores genéticos no son determinantes, pero cada día se van conociendo más factores hereditarios que pueden predisponer a la aparición de trastornos de ansiedad.
- Los factores traumáticos, físicos o emocionales, pueden tener una enorme importancia, siendo de hecho decisivos en algunos trastornos como el estrés postraumático.
- El consumo de productos nocivos puede ser el origen de episodios de ansiedad: medicamentos, drogas, alimentos psicoactivos pueden inducir cuadros de ansiedad.
- Episodios y vivencias de gran relevancia vital, que comportan importantes cambios en la vida del sujeto pueden ser origen de no pocos trastornos de ansiedad.
Causas de la ansiedad patológica.
Los síntomas de la ansiedad dependen en gran medida de la hiperactividad de los sistemas de alarma del individuo. En este sentido el sistema adrenérgico (la descarga de catecolaminas: adrenalina y noradrenalina) juega un papel importante y es responsable de gran parte de la sintomatología.
Podemos dividir estos síntomas en dos grandes categorías:
Síntomas físicos: sudores, palpitaciones, taquicardias, temblores, sequedad de boca, sensación de falta de aire, opresión en el pecho, sensación de “nudo en el estómago”, nauseas, vómitos, diarreas, polaquiuria (necesidad de orinar muy a menudo) y muchos otros síntomas.
Síntomas psicológicos: preocupaciones infundadas, miedo, sensación de volverse loco, temor a sufrir una muerte repentina, olvidos, despistes, pérdida de concentración y memoria, irritabilidad y nerviosismo, obsesiones, conductas de evitación, etc.
Como hemos visto hasta ahora, la ansiedad patológica es un síntoma que puede manifestarse de muchas formas. No siempre resulta evidente trazar una línea de separación entre la ansiedad normal o adaptativa y la ansiedad patológica.
Esta diferencia ha sido abordada por la APA (Asociación Americana de Psiquiatría), que en las últimas revisiones de su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV y DSM-5) establece que
“la ansiedad se considerará patológica, cuando el temor, la preocupación o sus síntomas somáticos asociados interfieren de forma importante en diversas áreas de la vida del sujeto o bien le producen un significativo malestar”.
Así, con el fin de poder facilitar esta diferencia y ver si la ansiedad se ha convertido en un trastorno, se han realizado múltiples test y escalas diagnósticos, entre los que sobresalen la escala de ansiedad de Hamilton y la escala de ansiedad y depresión de Goldberg.
Escala de Ansiedad de Hamilton.
Una de las herramientas psicológicas más utilizadas para valorar el grado de ansiedad es la Escala de Ansiedad de Hamilton (HEAR). Fue diseñada por Max R. Hamilton y publicada en el British Journal Medical of Psychology en 1959.
La escala consta de 14 items o preguntas que el paciente debe contestar en una escala que va del 0 al 4. En esta escala, cada pregunta hace referencia a la intensidad de los síntomas (de menor a mayor gravedad) o a la frecuencia de los mismos (de menos a más frecuentes). El valor 4 corresponde a la mayor intensidad o frecuencia.
La suma total de las catorce cuestiones (en la escala original eran 15, pero más tarde se eliminó una) nos da el grado de severidad de la ansiedad del individuo.
Trastornos de Ansiedad: Clasificación.
Siguiendo los criterios establecidos en el DSM-IV, podemos considerar varios trastornos de ansiedad:
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
- Ataque de pánico o Ataque de Ansiedad (con o sin agorafobia).
- Fobias simples o fobias específicas.
- Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social (TAS).
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
- El Trastorno por estrés postraumático (TEPT).
- Trastorno por estrés agudo.
- Trastorno de ansiedad por consumo de sustancias y otros no especificados.
Como conclusión, ya que su naturaleza y sintomatología es bastante diferente serán analizados por separado.
Ataque de Ansiedad o ataque de pánico.
Tratamiento de la ansiedad.
El tratamiento de la ansiedad variará según la naturaleza del trastorno, pero en la mayoría de los casos refiere un abordaje desde dos vertientes:
Tratamiento farmacológico.
El grupo de fármacos usados para el tratamiento de la ansiedad se denominan ansiolíticos. Incluye una variedad de psicofármacos, que se han ido utilizando a lo largo de la historia. Muchos de ellos ya no se utilizan como tales o son empleados para otros fines. Veamos algunos de los más utilizados:
- Barbitúricos: Barbital (Veronal), Fenobarbital (Luminal), Secobarbital (Seconal). Hoy en día están en desuso por el riego de sobredosis.
- Meprobamato, Fue desplazado por las benzodiacepinas.
- Benzodiacepinas: Clodiacepóxido (Librim), Diazepam (Valium), Cloracepato dipotásico (Tranxilium). Lorazepam (Orfidal), Bromazepam (Lexatin), Alprazolam (Trankimazin) y otros muchos. Las benzodiacepinas son uno de los fármacos más recetados y consumidos en el mundo. Pueden producir dependencia tanto física como psíquica. Presentan síndrome de abstinencia si se retiran de forma brusca. Sólo deben consumirse por prescripción médica y durante cortos periodos de tiempo.
- Antidepresivos del tipo ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina): Fluoxetina (Prozac), Paroxetina (Seroxat). Sertralina (Besitran), Citalopram (Prisdal). Escitalopram (Cipralex). Aunque son antidepresivos han demostrado un claro efecto ansiolítico. Carecen de los efectos secundarios de las benzodiacepinas.
- Últimamente se están usando fármacos estabilizadores de membrana, de la familia de antiepilépticos, como la Gabapentina (Neurontin), Pregabalina (Lyrica) y Lamotrigina (Lamictal) por su acción ansiolítica secundaria.
Tratamiento psicológico.
- Terapias cognitivo-conductuales: Han sido una de las técnicas más usadas. Trabajan sobre dos componentes: los pensamientos y la conducta del paciente. Mediante el trabajo dual sobre estos dos aspectos se busca disminuir los niveles de ansiedad.
- Terapias psicodinámicas: las terapias psicodinámicas, como el psicoanálisis, han estado ampliamente difundidas en América y algunos países europeos. En España su implantación ha sido más tardía.
- El psicoanálisis explora el inconsciente del sujeto, mediante la interpretación de los sueños, la libre asociación de palabras y los actos fallidos. Su finalidad es hacer emerger a la conciencia traumas psíquicos que permanecen enquistados en el inconsciente y desde allí generan los síntomas de ansiedad.
Tratamiento farmacológico de la ansiedad.
- Psicoterapia humanista: esta corriente terapéutica trabaja con las experiencias presentes y con las emociones y sentimientos derivados de la complejidad de las situaciones actuales. Esta psicoterapia tiene como pilares fundamentales la experiencia, la evolución, el aprendizaje y el autodesarrollo del paciente. Da una importancia capital a la relación terapeuta y paciente, pues es la base para la reconstrucción del proceso vital del sujeto.
Así mismo, una forma de terapia humanista que cada vez tiene mayor aceptación es la Terapia Focalizada en las Emociones o TFE. Es conocida también por otros nombres como Terapia de Regulación Emocional.
Esta terapia fue desarrollada por el psicólogo canadiense Leslie S. Greenberg. Centra su atención en el manejo de las emociones por parte del paciente. Es un nuevo modelo de psicoterapia de sólida base científica que reúne aspectos de la teoría de las emociones y de las terapias cognitivas.
En nuestra consulta de psicoterapia en Madrid, la ansiedad, según el tipo de trastorno, es tratada con preferencia mediante la TFE, por ser un tipo de psicoterapia con muy buenos resultados en un corto plazo de tiempo.
Referencias Bibliográficas.
- Cano Vindel, A. SEAS. (2013). Epidemiología de los trastornos de ansiedad – Enlace.
- Cuevas, Alejandra & Martínez-Rebollar, Alicia & Sánchez, Fabiola. (2019). Detección automática de ansiedad: Una revisión sistemática del trastorno de ansiedad generalizada. Enlace.
- Escala Hamilton de Ansiedad – Enciclopedia US.
- Martínez Verdú, J.G. (1995). “La Angustia en Freud” – Universidad de Valencia: Master de Psicología.
- Ozamiz-Etxebarria, Naiara, Dosil-Santamaria, Maria, Picaza-Gorrochategui, Maitane, & Idoiaga-Mondragon, Nahia. (2020). Niveles de estrés, ansiedad y depresión en la primera fase del brote del COVID-19. Cadernos de Saúde Pública, 36(4). Enlace.
- Reyes Marrero, R., de Portugal Fernández del Rivero, E. (2019). Trastornos de ansiedad. Servicio de Psiquiatría. Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España. Enlace.
Vídeo sobre los Trastornos de Ansiedad
Autor.
Gerardo Castaño Recuero trabaja como psicólogo y psicoterapeuta en el Centro “Nuestro Psicólogo en Madrid”. Ha estudiado Psicología en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Posee el título de Máster en “Terapia Focalizada en las Emociones” (TFE). Ha realizado el curso Master de “Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica”.