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Depresión. Síntomas, historia y clases de depresión

    Depresion Sintomas Mujer triste

    En nuestra sociedad existe una notable confusión sobre el uso que le damos a la palabra depresión. A nivel de la calle se utiliza como sinónimo de tristeza. A nivel de médicos, psicólogos y psiquiatras, el concepto de depresión está bastante claro y se refiere a un trastorno del estado de ánimo frecuente y que conlleva un gran sufrimiento para el paciente.

    Depresión. Significado.

    La palabra “depresión” hace referencia a un trastorno emocional, que provoca en la persona tristeza y desgana. Se acompaña de un malestar interior y provoca dificultades para relacionarse con el entorno.

    Su origen etimológico proviene de los vocablos latinos “depressio” (opresión, abatimiento) y “depressus” (abatido o derribado).

    ¿Depresión o tristeza?

    A nivel de la calle, el ciudadano utiliza indiscriminadamente la palabra depresión, muchas veces como sinónimo de pena o tristeza. En los últimos 30 años el término depresión se ha ido popularizando e incluso banalizando. No es raro oír: “Hoy tengo la depre” o “Estoy un poco depre”.

    Probablemente, esto sea debido a que no está de moda “estar triste”. En nuestra civilización estar triste se ve como señal de abatimiento y debilidad. Por este motivo, con frecuencia, recurrimos a eufemismos, en lugar de llamar a determinados sentimientos, como la tristeza, por su nombre.

    La tristeza es un sentimiento fisiológico normal, propio de los seres humanos. No es sinónimo de depresión. La depresión es una alteración del estado de ánimo, que va mucho más allá de estar triste durante unos días por algún problema cotidiano.

    La depresión es muy frecuente en nuestra sociedad
    La depresión es muy frecuente en nuestra sociedad.

    Depresión. Concepto y definición.

    Desde el punto de vista médico, el término depresión se refiere a un trastorno del estado de ánimo, que se caracteriza por sentimientos de desesperanza, infelicidad, vacío, soledad, decaimiento y culpabilidad. No es raro que aparezcan ideas suicidas.

    El enfermo con depresión no es capaz de disfrutar de los sentimientos cotidianos, se siente vacío. Los sucesos no provocan en él, ninguna reacción emocional. Este estado se conoce como “anhedonia” y es característico de la depresión. Muchos pacientes depresivos, presentan a su vez síntomas de ansiedad.

    En la literatura médica el término depresión es propuesto por los psiquiatras de finales del siglo XIX para reemplazar al término “melancolía” (bilis negra) que todavía sobrevivía desde que fue descrita por Hipócrates en el siglo IV a.C. 

    ¿Qué es la depresión?

    Pero ¿qué es realmente la depresión?  La depresión es una alteración psicobiológica producida por un fallo de las estructuras y los neurotransmisores cerebrales, que se encargan de regular las emociones, la memoria, la actividad motora y cognitiva y el estado anímico.

    En el ser humano, cada emoción se halla íntimamente relacionada con zonas y núcleos cerebrales específicos. Tienen especial relevancia en el procesamiento de las emociones el lóbulo frontal y el sistema límbico.

    Mediante las modernas técnicas de neuroimagen podemos estudiar, en el ser humano normal, que áreas cerebrales se activan, ante la visión de imágenes que generan simpatía, rabia, amor, odio, tristeza o alegría. Podemos así configurar una especie de mapa cerebral, que nos muestra que zonas son activadas por cada emoción específica.

    Estas mismas técnicas usadas en el enfermo con depresión, nos muestran estas mismas áreas, apagadas, casi sin actividad. Las modernas técnicas de imagen traducen el estado de anhedonia en una especie de mapa en blanco y negro, en lugar del colorido dibujo del cerebro de la persona sana.

    Podemos concluir diciendo, que en el enfermo depresivo no predomina la tristeza, sino la falta de sentimientos y respuestas emocionales ante estímulos ambientales.

    La actividad cerebral está alterada en la depresión
    La actividad cerebral está alterada en la depresión

    Causas de la depresión.

    El origen de la depresión no es conocido, aunque se sabe que puede estar condicionado por diversos factores. No existe un único factor determinante, sino que la aparición de la enfermedad, dependería de la suma de varios de estos factores:

    • Factores dependientes de la personalidad del enfermo: Algunos rasgos de carácter pueden actuar como factores que predisponen a padecer depresión: la autocrítica excesiva, la inseguridad, el perfeccionismo exagerado, la dependencia y la hipocondría.
    • Factores del entorno: problemas de salud, familiares, económicos, laborales.
    • Alteraciones cerebrales sin lesiones visibles en el área frontal y el sistema límbico. Existe una alteración funcional en las neuronas de estas zonas cerebrales.
    • Alteración de los neurotransmisores cerebrales. Los neurotransmisores son las sustancias químicas que comunican entre sí a las neuronas cerebrales. En el enfermo depresivo, parece existir una alteración de estas sustancias: serotonina, noradrenalina y dopamina.
    • Factores genéticos: La depresión es más frecuentes en pacientes con antecedentes familiares de depresión. A este respecto se han identificado numerosos genes que pueden predisponer al padecimiento de la depresión.

    Epidemiología de la depresión.

    La depresión es la más frecuente de las enfermedades psiquiátricas. Dos de cada diez personas padecerán en algún momento de su vida un cuadro depresivo. Es mucho más frecuente en las mujeres, pues de cada diez pacientes depresivos, siete son mujeres.

    La depresión origina un número muy elevado de bajas laborales y de incapacidad, y su incidencia como grave problema social aumenta cada día. La OMS estima que en 2020 la depresión será la segunda enfermedad más incapacitante. La depresión afecta a todas las razas y ha acompañado al hombre en todas las épocas.

    La depresión a través de la historia.

    A pesar de su gran trascendencia social, la depresión no es una enfermedad nueva, específica de nuestra sociedad. La depresión ha estado presente a lo largo la historia y el hombre ha tratado de combatirla con distintos métodos y desigual fortuna.

    Los antidepresivos son los fármacos utilizados para el tratamiento de la depresión. Existe un antes y un después en la historia de la depresión, que viene marcado por el descubrimiento de la iproniazida, el primer antidepresivo, que empezó a usarse clínicamente en 1957.

    Por lo tanto haremos un repaso de la historia de la depresión desde el neolítico hasta la aparición de los antidepresivos, pues éstos serán tratados con más detalles en otro capítulo.

    Historia de la Depresion - Tristeza
    Historia de la Depresión.

    Neolítico.

    Los primeros vestigios sobre la existencia de la depresión en la antigüedad tienen más de cinco mil años. Se trata de una pequeña escultura, conocida como “El Dios Melancólico”, y guarda bastante parecido con la conocida obra “El Pensador de Rodin”. Por este motivo, también es conocida como el “Pensador de Hamangia”. La figura corresponde a la época neolítica y muestra a un dios con una profunda actitud de tristeza. Hemos de suponer, que los enfermos de depresión, realizaban sacrificios a este dios protector, buscando su curación.

    Los egipcios.

    Los egipcios (2000 a.C.) usaban diferentes términos para referirse a la depresión: “Fiebre del corazón” y “Corazón seco”. Los antiguos egipcios, ubicaban en el corazón  la parte anímica o psíquica de la persona. La enfermedad para ellos tenía un carácter sagrado o mágico.

    Es conocido un caso de depresión, que aparece documentado en un texto de la época: “Diálogo del desesperado con su alma”. En él, un hombre deprimido cuenta su pesimismo y su sufrimiento:

    “Mi alma se indigna contra mí, porque no la he escuchado y porque me arrastró hacia la muerte antes de llegar el tiempo y me arrojó al fuego”.

    El tratamiento de la depresión en el antiguo Egipto, consistía en una especie de terapia del sueño. El depresivo pasaba un día en el templo, se le daban hierbas medicinales y sustancias que le inducían el sueño. Entonces los sacerdotes interpretaban las visiones y los sueños del paciente. A estas interpretaciones, se le sumaban actividades terapéuticas, como la danza, la pintura o la música.

    Gozaron de una gran popularidad en la época, algunos templos usados para el tratamiento de los trastornos mentales, como el templo de Philae y el de Imhotep, en la ciudad de Menfis.

    Hititas y judíos.

    Los hititas usaban un ritual religioso para luchar contra la depresión y la desesperanza. El enfermo se daba un baño nocturno, se afeitaba todo el cuerpo, se purificaba con ungüentos, y ofrecía alimentos dentro de un círculo mágico.

    Los judíos aluden a la depresión en varios de los libros de la Biblia (Job, Lamentaciones y el libro de los Salmos). Para ellos el origen de la enfermedad depresiva es el pecado y la curación sólo puede venir dada por Dios.

    La antigua China.

    Para los chinos, la depresión era producida por un calentamiento excesivo de la sangre. Esto originaba una alteración del meridiano del corazón, o una obstrucción de los canales de energía del hígado, del bazo o del riñón. Estos canales de energía eran conocidos como “Chi”.

    La alteración del meridiano del corazón o la obstrucción del “Chi” se manifestaba en forma de síntomas depresivos e insomnio. Usaban, como tratamiento, un bebedizo compuesto de nueve plantas medicinales, llamado “Jia Wei Xao Yao Wan”. Algunos de sus ingredientes eran el rábano, el jazmín y la menta.

    Estas teorías, sobre el origen de la depresión, aparecen recogidas en el libro “Clásico de Medicina del Emperador Amarillo”, escrito hace 2.300 años.

    Hipocrates - Depresion - Melancolia
    Hipócrates llamaba melancolía a la depresión.

    Hipócrates y la teoría de los humores.

    Para los griegos la enfermedad es el resultado de la alteración de alguno de los cuatro humores (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra). El precursor de esta “teoría humoral” fue Empédocles (siglo V a.C.), aunque con Hipócrates (460-377 a.C.), alcanzó su apogeo.

    Para Hipócrates la alteración de estos humores produce cuatro temperamentos: colérico, flemático, sanguíneo y melancólico. La melancolía (así llamaba a la depresión) sería una alteración de la bilis negra. Para Hipócrates el melancólico es sensible, pasivo y pesimista.

    El tratamiento consiste en la expulsión del exceso de humor (o “crisis”) en el momento adecuado, a través del sudor, la orina, las heces o los vómitos. Era misión del médico provocar la expulsión de los malos humores en el momento “crítico” mediante la aplicación de hierbas o medicamentos.

    Edad Media.

    La teoría de los humores y el concepto de melancolía, persistirán hasta el siglo XVII. En la época medieval, el término “Melancolía” convive con el de “Acedía”. Este vocablo fue propuesto por un monje, Jean Cassien, en su libro “Sobre el espíritu de la tristeza” (siglo V). Para Cassien, la acedía es sinónimo de angustia o tristeza, y considera que es una enfermedad producida por la pérdida de la fe en Dios. El tratamiento es la oración para recobrar la fe.

    Medicina árabe.

    La medicina árabe supone un importante avance. En el siglo X, el médico árabe Isaac ibn Imram, escribe en su libro “Tratado de la Melancolía” que la enfermedad es un trastorno del espíritu, no del cuerpo, y realiza una descripción de la depresión y sus síntomas, muy similar a la utilizada hoy en día.

    Propone tratamientos medicinales y una rudimentaria psicoterapia. Otro médico de Bagdad, amplió esta psicoterapia, indicando lo conveniente de evitar actividades ociosas y la necesidad de dialogar con personas juiciosas.

    El Renacimiento.

    El Renacimiento aporta pocas novedades, pues las teorías humorales de Hipócrates se mezclan con la concepción planetaria y el estudio del firmamento. Para los médicos renacentistas el “melancholicus” es una persona influida por el planeta Saturno. Consideran que melancólico y saturnino son sinónimos.

    En el siglo XVI, se observa una marcada influencia religiosa en la medicina. Pedro de Mercado en su libro “De Melancolía” afirma que es el teólogo quien debe diagnosticar la melancolía.

    De la Ilustración al siglo XX.

    Con la llegada de la Ilustración, en el siglo XVIII, comienza una época de modernización y desarrollo científico. Juan Bautista Helmont inicia la química moderna y desmantela la teoría hipocrática de los humores.

    En el siglo XIX, Esquirol, psiquiatra francés, define la melancolía y la manía como enfermedades mentales independientes.

    A principios del siglo XX, Emil Kraepelin describe la psicosis maniaco depresiva, hoy conocida como trastorno bipolar, y sustituye el término melancolía por el de depresión.

    No se debe confundir la tristeza con la depresión
    No se debe confundir la tristeza con la depresión.

    Depresión. Síntomas.

    Los principales síntomas que podemos encontrar en el paciente depresivo son:

    • Sentimientos de tristeza patológica, anhedonia o vacío, mantenidos en el tiempo.
    • Pesimismo, soledad y desesperanza.
    • Ideas de culpa, ruina, inutilidad o enfermedad.
    • Inquietud, mal humor, irritabilidad.
    • Pérdida de interés en las actividades cotidianas. Dejan de disfrutar con sus hobbys. Pierden la ilusión por todo lo que antes les motivaba.
    • Falta de interés en las relaciones sexuales.
    • Cansancio, abatimiento, falta de energía.
    • Dificultad para decidir.
    • Falta de concentración.
    • Pérdida de memoria. No recuerdan los detalles.
    • Alteración en el sueño, que puede aparecer como dificultad para iniciar el sueño, o bien se despiertan muy pronto y ya no pueden reanudar el sueño.
    • En otras ocasiones existe somnolencia y se pasan todo el día durmiendo.
    • Ideación suicida, que puede conllevar conductas suicidas o intentos de suicidio.
    • Alteración en la ingesta, bien como anorexia o comiendo en exceso.
    • Síntomas físicos: cefaleas, palpitaciones, dolores abdominales.
    • Es bastante frecuente la asociación de la depresión con la ansiedad, pudiendo aparecer cualquier síntoma derivado de la ansiedad.

    Clases de trastornos del estado de ánimo.

    Clásicamente se establecen tres tipos de trastornos del ánimo:

    Depresión mayor: Los síntomas depresivos son bastante intensos y aparecen en forma de brotes de duración variable (meses).

    Trastorno bipolar donde se alternan periodos de depresión con periodos maniacos.

    Distimia: Los síntomas depresivos son más leves pero más duraderos en el tiempo (al menos dos años).

    Aún podríamos hablar de un cuarto tipo que es el trastorno adaptativo, donde los síntomas son leves,  y han sido causados por un problema estresante concreto y puntual. Generalmente ceden en poco tiempo.

    Aquí nos centraremos en los trastornos de tipo depresivo y dejaremos al margen los trastornos bipolares por tratarse de una entidad psiquiátrica con diferente sintomatología y abordaje terapéutico.

    Diagnóstico de depresión mayor.

    Para llegar al diagnóstico de depresión mayor se necesita que se cumplan, durante más de dos semanas, cinco de los siguientes síntomas:

    1. Animo depresivo durante casi todo el día (se siente triste o vacío, o bien está llorando frecuentemente).
    2. Pérdida de interés por todo lo que le ilusionaba anteriormente, durante gran parte del día.

    Uno de estos dos criterios debe estar presente forzosamente para llegar al diagnóstico de depresión mayor.

    1. Bruscos cambios del peso y/o del apetito
    2. Insomnio o sueño excesivo durante todo el día
    3. Inquietud o inhibición psicomotora.
    4. Fatiga durante todo el día.
    5. Sentimientos injustificados de inutilidad, de culpa y a veces de ruina o enfermedad.
    6. Pérdida de concentración, gran indecisión durante casi todo el día.
    Depresión - Tristeza - Agotado
    El depresivo se siente triste o vacío de sentimientos (anhedonia).

    Diagnóstico del trastorno distímico o Distimia.

    A) Estado de ánimo depresivo, durante casi todo el tiempo, mantenido durante dos años.

    B) Presencia de al menos de dos de estos síntomas:

    1. Pérdida o aumento de apetito
    2. Insomnio o sueño excesivo
    3. Falta de energía
    4. Baja autoestima
    5. Falta de concentración
    6. Sentimientos de desesperanza
    7. Durante dos años, el paciente no ha estado nunca más de dos meses sin síntomas del tipo A y B.
    8. Los síntomas originan un deterioro familiar, laboral o social importante.

    Riesgo de suicidio.

    Ante un paciente depresivo siempre hay que estar alerta ante la posibilidad de un intento de suicidio. Los pacientes depresivos suelen tener una serie de pensamientos monótonos y recurrentes en torno a la culpabilidad, la ruina, la enfermedad o la baja autoestima.

    Los pensamientos suicidas son frecuentes en los depresivos y son una señal de atención urgente.

    Estas ideas suicidas pueden variar en intensidad y pueden ir desde el fantaseo sobre lo que pasaría si el paciente muriese hasta el acto suicida consumado.

    En general el posible suicida nos da siempre pistas sobre sus intenciones, pues no es tanto acabar con su vida lo que busca, sino más bien salir de una situación que le resulta insufrible, y en ese contexto el suicidio le parece la mejor salida.

    En este interesante artículo se hace una amplia revisión de los factores asociados al riesgo de suicidio.

    Son indicadores que nos tienen que poner en alerta:

    1. Verbalizar fantasías, ideas o planes suicidas.
    2. Dejar notas escritas por el paciente donde cuenta que piensa quitarse la vida.
    3. Cuando hay una evidencia clara de que el paciente tiene una depresión grave
    4. Un intento fallido de suicidio reciente.

    Ante estos síntomas de alarma extrema es aconsejable derivar directamente al paciente de forma urgente a los servicios psiquiátricos y en muchos casos llegar al internamiento hospitalario.

    Ser negligente en estas situaciones puede ocasionar una muerte que se podría haber evitado.

    Suicidio. Formas. Sobredosis de medicamentos
    El suicidio por sobredosis de medicamentos es muy frecuente.

    Tratamiento de la depresión.

    El tratamiento precoz de la depresión es fundamental y debe ser abordado en su doble vertiente farmacológica y psicológica. Dependiendo del tipo de trastorno depresivo del paciente, puede tener más peso la psicoterapia o el tratamiento farmacológico.

    Dada la importancia y peculiaridades del tratamiento de la depresión  se tratará en otro capítulo: Los antidepresivos. Tratamiento de la depresión.

    Referencias bibliográficas.

    – La depresión – Mental Health Information

    – Depresión – Wikipedia

    – Breve historia de la depresión – Gerardo Castaño Recuero

    – Enfermedades mentales en el antiguo Egipto – Egipto en Imágenes

    – Historia de la depresión y su tratamiento – Slideshare

    Autor.

    Gerardo Castaño Recio

    Gerardo Castaño Recio está licenciado en Medicina y Cirugía, especializado en Medicina de Familia. Estudió Psicoanálisis en el Centro Peña Retama de Madrid. Aficionado a la informática se ha dedicado a la programación sobre inteligencia artificial. Ha sido varias veces campeón de España de programas de ajedrez . Aficionado a la historia y la literatura. Es colaborador en el Blog de Nuestro Psicólogo en Madrid.

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