En un artículo anterior tratamos el tema del sueño y sus principales patologías (Insomnio, narcolepsia, etc.). Ahora bien, los trastornos del sueño abarcan un abanico más amplio de patologías. En el artículo de hoy vamos a analizar otras formas de trastornos del sueño que aparecen asociados a otras alteraciones.
Trastornos del sueño relacionados con la respiración
Los sujetos que padecen este tipo de trastorno sufren dificultades respiratorias durante el sueño. En esta categoría de trastornos podemos encontrarnos con tres tipos de patologías diferentes:
Síndrome de Apnea e hipoapnea obstructiva del sueño (SAHS).
Este síndrome implica que la vía aérea superior se ve obstruida de manera intermitente y repetitiva durante el sueño. Es decir, que la respiración se altera y obstruye parcial (hipopnea) o totalmente (apnea) mientras se está dormido.
El Síndrome de apnea/hipoapnea del sueño o SAHS es bastante frecuente en la población. Acarrea consecuencias negativas para el individuo que lo padece. Da lugar a que el sueño no sea reparador y el individuo se duerma durante el día.
“El SASH es responsable de un gran número de accidentes de tráfico por la somnolencia diurna que conlleva”.
Puede provocar trastornos neuropsiquiátricos a medio-largo plazo, así como respiratorios y cardíacos.
Es una patología cuyo origen es multifactorial. Es muy posible que estas personas presenten alteraciones anatómicas y/o funcionales relacionadas con el sistema respiratorio.
Su tratamiento normalmente consiste en el uso de ciertos tratamientos médicos (por ejemplo, bombas de presión positiva, conocidos como CPAP, que permiten respirar mejor) y en establecer hábitos saludables. En casos más extremos puede ser recomendable la cirugía.
Apnea central del sueño.
Este tipo de apnea es distinta a la obstructiva del sueño. La respiración no se detiene por problemas en las vías respiratorias. En este caso, es el cerebro quien envía señales erróneas a los músculos responsables de la respiración. El tratamiento suele consistir en aparatos que ayudan a la respiración durante el sueño.
Hipoventilación relacionada con el sueño.
Consiste en una disminución de la respiración durante el sueño y aumento del CO2. Las causas de este trastorno pueden ser muy diversas (obesidad, fármacos, síndromes médicos, accidente cerebrovasculares, etc.).
Debido a esto, su tratamiento puede ser muy variable, desde crear buenos hábitos hasta hacer uso de la ventilación mecánica.
Trastornos del ritmo circadiano de sueño-vigilia
En este tipo de trastornos los ritmos circadianos y el ciclo sueño-vigilia están alterados. Debido a esto la persona no descansa todo lo bien que debería y pueden existir repercusiones negativas en su vida diaria. Dentro de este tipo de trastornos podemos encontrarnos:
-Tipo de fase de sueño retrasada: En este caso la persona suele tardar más de dos horas en dormirse o en despertarse. Sus horas de sueño-vigilia no coinciden con sus horarios, lo que causa durante el día somnolencia y sensación de malestar.
“De todos los trastornos del sueño, este tipo es el que más se da en la población, sobre todo en jóvenes y adolescentes”.
-Tipo de fases de sueño adelantada: Este fenómeno se caracteriza por exactamente lo contrario que el caso anterior. Aquí los ciclos de sueño-vigilia van adelantados respecto a lo que la persona desea. Esto también puede acarrear dificultades en el día a día de la persona para seguir horarios convencionales.
Existen diversos trastornos del ritmo del sueño
-Tipo de sueño-vigilia irregular: La persona suelte tener problemas para descansar adecuadamente. En ocasiones tiene insomnio por la noche, no puede dormir del tirón, su sueño no es reparador, etc. Esto puede causar somnolencia excesiva durante el día y malestar.
-Tipo de sueño-vigilia no ajustado a las 24 horas: La persona presenta dificultades para adaptarse a los ciclos/horarios de noche-día de su entorno. El sujeto sufre irregularidades en su descanso debido a esta desadaptación.
-Tipo asociado a turnos laborales: Este tipo suele ser característico de personas cuyos turnos laborales no coinciden con un horario diurno (de 6 de la mañana a 6 de la tarde). Esta desregulación en sus horarios puede afectar a su descanso (ej. dificultad para dormir por el día). Las consecuencias que de ello se deriva son síntomas de somnolencia durante el horario en el que deben estar despiertos.
Parasomnias o trastornos del despertar del sueño no MOR/no REM.
Estos trastornos implican experiencias indeseables en el sueño. Dentro de estos podemos encontrarnos con tres principales:
Sonambulismo.
Las personas afectadas de sonambulismo tienen conductas complejas durante la fase 3 del sueño no MOR. Normalmente implica que el sujeto deambule por el entorno donde concilió el sueño en un estado de consciencia alterado.
Dichos comportamientos pueden ser muy variados (gesticular, caminar, vestirse/desvestirse, hacer tareas de la casa, etc.).
“La duración de los episodios de sonambulismo es muy variable, pudiendo durar desde segundos hasta media hora”.
Las consecuencias que de ello se deriva pueden dar lugar a confusión mental, ansiedad, lesiones (en algunos casos), amnesia del evento, etc. Se ha visto que el estrés y la ansiedad ayudan a propiciar estos episodios. La genética también influye notablemente.
El tratamiento suele consistir en crear buenos hábitos de sueño, uso temporal de benzodiacepinas, etc.
Terrores nocturnos.
Se trata de un conjunto de experiencias nocturnas donde la persona siente un pánico importante. Esto es acompañado además de gritos de terror, movimientos bruscos, activación corporal excesiva, etc.
Los terrores nocturnos aparecen durante el primer tercio del sueño nocturno (no MOR/no REM). Suele conllevar estados de confusión, ansiedad, pánico y dificultades para despertar. Muchas veces estos episodios no se recuerdan.
No deben confundirse con las pesadillas. Éstas, suelen darse durante el sueño MOR/REM (por lo que es normal recordarlas) y no dan lugar a tantos espasmos, vocalizaciones, etc.
Parálisis del sueño.
Es la incapacidad de poder hacer movimientos voluntarios durante el inicio, transcurso o despertar del sueño.
“La persona en estos episodios sufre intenso pánico y estrés. Es consciente de todo lo que pasa a su alrededor, pero no puede moverse ni emitir sonido alguno”.
Además, es normal la aparición de alucinaciones de carácter amenazante o espeluznante durante estos eventos. Los factores que favorecen su aparición son muy variables: privación de sueño, horarios irregulares, trastornos psicológicos, etc.
Trastorno del comportamiento del sueño MOR/REM
El trastorno del comportamiento del sueño MOR/REM consiste en que la persona se despierta repetidamente durante esta fase de sueño. Este despertar normalmente viene acompañado de vocalizaciones y conductas motoras complejas.
Este tipo de comportamiento suele responder al contenido de los sueños del sujeto. Por ejemplo, si la persona está soñando con una huida, sus movimientos se corresponderán a los que hacemos al correr. En cuanto a las vocalizaciones, suelen ser ruidosas y alarmantes.
Estas conductas pueden ser un problema tanto para el sujeto como para aquellos que comparten cama o habitación con él. No es raro además que su comportamiento sean de naturaleza agresiva o potencialmente dañina durante el episodio (saltos, manotazos, patadas, empujones…).
El trastorno del comportamiento del sueño es un tipo de parasomnia.
Cuando la persona despierta de este estado, suele sentirse desorientada, agitada y en alerta. Es muy normal que sea capaz de recordar aquello con lo que estaba soñando.
El malestar ocasionado por este trastorno es muy variable de unos sujetos a otros. Depende mayoritariamente de la frecuencia, intensidad y vivencia de los episodios y si estos afectan a otras personas o no.
“Las consecuencias de estos episodios pueden conllevar lesiones, sentimientos de vergüenza y malestar general (tanto en el caso del sujeto como de otros miembros de la casa)”.
En cuanto al tratamiento, si hay riesgo de lesiones y malestar se suele recetar clonazepam o melatonina. Algunas personas no necesitan debido a la baja intensidad y repercusiones de dichas conductas. También se puede modificar el entorno (dormir separados, mover muebles, colocar algo acolchado en el suelo…) como posible solución.
Trastorno de pesadillas
En este trastorno la persona tiene de manera repetida pesadillas durante el sueño.
“Las pesadillas son creaciones oníricas (sueños) de naturaleza terrorífica y/o amenazante para el sujeto. El contenido de las mismas se vive de una manera muy intensa, como si de una experiencia real se tratara”.
Normalmente, las pesadillas suelen implicar emociones desagradables. Normalmente, la persona experimenta ansiedad y pánico en este tipo de sueños. Su contenido suele asociarse a situaciones donde la persona debe hacer frente a algún peligro.
En ocasiones, las situaciones que han supuesto un trauma para el sujeto se reviven en forma de pesadillas. Pero no todo el mundo tiene por qué experimentar dicho fenómeno.
El sujeto suele poder recordar la pesadilla (ocurren durante la fase MOR/REM) y describirla con todo lujo de detalles. Una vez que el sujeto despierta su estado de alerta y emociones negativas suelen irse aplacando. Ahora bien, pueden existir dificultades a la hora de volver a dormir a causa de la intensidad de la experiencia onírica.
Puede incluso suceder que la persona arrastre las emociones negativas que le invadieron en el sueño durante el resto del día. Esto puede causar somnolencia, malestar, irritabilidad, etc. Las pesadillas terminan siendo un problema cuando afecta a la persona en su día a día.
El tratamiento para las pesadillas puede ser muy variable. En psicología pueden utilizarse varios métodos para reducir el impacto negativo que tienen sorbe la persona. Por ejemplo, mediante la desensibilización sistemática.
La relajación junto a la exposición progresiva de estímulos relacionados con la pesadilla (ya sea en imaginación o no), suele ayudar a que las pesadillas desaparecieran. Técnicas similares como la inundación o la autoexposición han resultado igual de útiles que la desensibilización sistemática.
Estrategias basadas en la relajación o en la hipnosis han demostrado ser eficaces también en este tipo de tratamientos.
Síndrome de las piernas inquietas
El síndrome de las piernas inquietas se caracteriza porque la persona siente la necesidad de mover las piernas. Normalmente, la persona se levanta y camina para responder a dicha necesidad.
Todo esto viene acompañado por molestias en las piernas, las cuales incomodan a la persona. Una vez que la persona consigue moverse, las sensaciones remiten paulatinamente. Suelen volver a parecer cuando la cuando la persona vuelve a encontrarse en estado de reposo o descansando.
Este tipo de sensaciones pueden experimentarse durante cualquier hora del día. Hay personas que sólo lo sufren por la tarde o la noche.
Síndrome de las piernas inquietas
Se trata de un problema del Sistema Nervioso que induce a la persona a tener estos movimientos.
“Las causas de este síndrome aún no están del todo claras y se sigue investigando qué factores pueden provocarlo”.
Sin embargo, se ha visto que afecta en mayor medida a personas de edad avanzada. También es comórbido con otras enfermedades como la diabetes, la esclerosis múltiple o la enfermedad de Párkinson.
También puede aparecer en momentos concretos de la vida del sujeto, como el embarazo. Este síndrome suele dificultar tener un descanso reparador durante las horas de sueño. Las consecuencias que de ello pueden derivarse son: falta de energía, alteración en los horarios de la persona, malestar físico, bajo estado de ánimo, etc.
Todo esto puede implicar un deterioro en las áreas afectiva, social, laboral y conductual del sujeto.
Tratamiento.
El tratamiento del síndrome de las piernas inquietas se basa principalmente en tratar de implantar medidas de higiene del sueño.
No se recomienda tomar sustancias como alcohol o cafeína que podrían agravar más el problema. En este caso tampoco es recomendable el tomar fármacos antidepresivos.
Si la persona presenta déficits vitamínicos o de hierro es importante que tome medidas para compensar dicho déficit. También pueden recetarse tratamientos farmacológicos que ayuden a disminuir el problema (agonistas dopaminérgicos, algunos antiepilépticos…).
Trastorno del sueño inducido por sustancias/medicamentos.
Este trastorno implica alteraciones en el sueño debido al uso y efecto farmacológicos de una sustancia. Estas alteraciones se dan por intoxicación de la sustancia, síndrome de abstinencia o durante la administración del fármaco.
Benzodiacepinas y fármacos inductores del sueño.
Los fármacos son necesarios en algunas ocasiones, pero éstos deben estar siempre controlados por el personal sanitario. Como ya se ha comentado anteriormente, el tomar fármacos inductores del sueño sin prescripción médica puede resultar peligroso.
“Algunos fármacos con efectos hipnóticos son altamente adictivos y pueden crear dependencia, tolerancia y abstinencia”.
Además, algunas personas pueden sufrir efectos secundarios debido a la toma de los mismos. Las benzodiacepinas, por ejemplo, así como algunos sedantes, antihistamínicos, hipnóticos, etc. pueden tener dichos efectos.
Su uso está indicado para períodos cortos. Es decir, para emergencias o como sustituto mientras se implanta otro tipo de tratamiento cuyo efecto no es tan inmediato. Medicamentos como los antidepresivos o antihistamínicos tampoco son recomendables como primera opción de tratamiento para un trastorno del sueño. Suelen estar contraindicados para patologías como el síndrome de apnea-hipoapnea obstructiva del sueño.
Otras sustancias.
Otro tipo de sustancias de uso más común (alcohol, cafeína, bebidas estimulantes, cannabis), tampoco son buenas para intentar resolver el problema. Pueden ocultar los problemas de sueño que padece el sujeto. Debido a las consecuencias negativas de estas sustancias, pueden llegar incluso a agravarlo. Además pueden provocar otra serie de contraindicaciones (dependencia trastornos físicos y psicológicos por su consumo, insomnio, fatiga…).
Muchas veces, otro tipo de tratamientos son más recomendables en el medio-largo plazo. En el caso de algunos trastornos del sueño, la implantación de hábitos saludables, educación sobre la higiene del sueño, terapia psicológica, etc. han resultado muy útiles y eficaces. Aunque dichas medidas resultan insuficientes cuando el problema tiene una base más bien fisiológica. Si se necesita de tratamientos médicos, los profesionales deberían revisar en todo momento el estado del paciente.
Trastorno del sueño inducido por sustancias.
Conclusiones
Los trastornos del sueño son un conjunto de patologías de muy diversa naturaleza. En general, impiden que la persona pueda tener un descanso satisfactorio durante las horas de sueño.
Se sabe que el sueño es una de las funciones vitales más importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo. Sin éste, las consecuencias que se deriven pueden incluso llegar a ser mortales.
“Por eso es importante que atendamos a nuestras horas de descanso. Nuestro sueño debería ser lo más reparador posible, pues nuestro rendimiento dependerá mucho de la calidad del mismo”.
La psicología y la medicina han investigado estos trastornos y ambos han intentado desarrollar tratamientos para hacerles frente. Algunos de ellos tienen un origen más bien biológico, mientras que otros dependen más de nuestros hábitos y experiencias vitales.
Lo que está claro, es que un buen descanso es fundamental. Nuestro ritmo de vida muchas veces impide que podamos tener un sueño reparador. Es más, la intensidad y frecuencia de los trastornos del sueño se está incrementando en la población de manera alarmante. El sueño influye definitivamente en nuestra calidad de vida y un buen descanso puede llegar a ahorrarnos muchas patologías (físicas y psicológicas) en el futuro.
Referencias bibliográficas
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Autora.
Sofía Rodríguez Pantoja es Graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha cursado el Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster en Psicoterapia Humanista Experiencial y en Terapia Focalizada en la Emoción en la Universidad Pontificia de Comillas. Fue voluntaria en el Centro Joven de Atención a la Sexualidad en Madrid (CJAS Madrid). Actualmente está cursando el Experto en Clínica e Intervención en Trauma con EMDR en la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP).
Twitter: @Sofia_psico.
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