La sextorsión es uno de los principales riesgos asociados a la práctica del sexting. Al poner en manos de otra persona imágenes o contenidos sexuales de forma voluntaria, siempre existirá el riesgo de que estos materiales íntimos puedan ser utilizados con fines de chantaje sexual. En este artículo trataremos de darte unas pautas y consejos para minimizar este riego.
Consejos para prevenir la sextorsión.
Según Sexuality Research and Social Policy, el 28% de los adultos españoles encuestados envía imágenes o vídeos con contenido erótico o sexual, es decir, practica el sexting.
“Uno de cada cuatro adultos españoles practica sexting”.
Como ya se explicó en la entrada anterior, esta nueva práctica sexual está considerada de riesgo debido al potencial peligro de violación de privacidad y las posibles consecuencias psicológicas de ésta.
Con afán de informar sobre las ventajas e inconvenientes del sexting, en esta entrada se han recogido una serie de consejos para prevenir la posible sextorsión en caso de decidir realizar sexting:
No practicarlo con desconocidos o sintiéndose presionado a ello.
Como toda práctica sexual, ha de ser consensuada y no se debe realizar por miedo al rechazo ni bajo coacción. Por ello, antes de empezar a tener sexting con alguien, es preciso valorar los riesgos sin precipitarse en la decisión y analizar si esa persona sería capaz de velar por la intimidad de ambos llegado el momento.
Al realizar sexting con un desconocido lo más probable es que se trate de una persona sexualmente activa que suele recibir este tipo de mensajes, por lo que ha podido asumir que sus mensajes serán vistos por otros y hacer lo propio con los ajenos.
“Hay que valorar si el destinatario de las imágenes será capaz de proteger la intimidad de ambos”.
Por otra parte, conviene cerciorarse de que se envía el mensaje al destinatario correcto para prevenir situaciones incómodas o, incluso, delictivas.
Pactar previamente las condiciones.
Aparte de asegurarse de que la persona desea recibir este tipo de contenido (p. ej. puede encontrarse en el trabajo o en una reunión con amigos), es fundamental gestionar el canal y el contenido que se utilizarán.
En este sentido, es recomendable acordar eliminar las imágenes una vez haya finalizado la conversación, incluyendo capturas de pantalla. También es conveniente acordar no compartirlas con terceros.
Además, es preferible enviar imágenes de contenido sexual recíproco para no sentirse tan expuesto a un posible chantaje.
En caso de decidir guardar las imágenes -lo cual no es aconsejable-, además de acordar el tiempo y el tipo de imágenes a guardar, es importante guardarlas en una carpeta con contraseña.
“Es conveniente eliminar el material compartido, imágenes o vídeos, una vez acabada la conversación”.
Asimismo, hay que evitar subir las imágenes a la Nube. Tener en cuenta que servicios como Whatsapp, Google Photos o iCloud guardan automáticamente todas las imágenes, por lo que es conveniente desactivar el almacenamiento automático de las fotografías.
Utilizar medios de difusión seguros para evitar la sextorsión.
Es aconsejable emplear canales de comunicación donde la propia identidad no esté tan expuesta. Para ello puede ser útil:
- Crear una cuenta de correo electrónico alternativa o una red social que no se utiliza de forma habitual.
- Asimismo, se deben elegir plataformas cuyo contenido esté encriptado, como Signal o Telegram.
Utiliza aplicaciones seguras y encriptadas para evitar la sextorsión.
- Procurar buscar aplicaciones con acuerdos de privacidad que no incluyan quedarse con el contenido o los datos. Facebook y Twitter son aplicaciones poco recomendables en este sentido, mientras que otras como Skype y Hangouts ofrecen un nivel de seguridad moderado.
- Para prevenir la sextorsión es preferible el uso del móvil antes que el ordenador.
- Cabe destacar que Signal permite fijar un tiempo de autodestrucción para los mensajes, poner contraseña a las conversaciones y evita que se puedan hacer capturas de pantalla.
- Telegram o Instagram permiten hacer capturas de un chat secreto o de una imagen que sólo se puede ver una vez, aunque avisa al otro integrante de la conversación.
- Por otra parte, cuando se está sexteando con varias personas, añadir marcas de agua podría ayudar a averiguar quién ha compartido el contenido.
- Evidentemente, actualizar y revisar la ausencia de malware en ambos dispositivos antes de comenzar y evitar el uso de redes Wifi públicas durante el sexting es una forma de prevenir la intervención de posibles hackers.
No incluir información con la que pueda ser identificado.
Puede parecer obvio, pero al igual que no es necesario enviar una fotografía de cuerpo entero, (incluyendo el rostro) tampoco lo es enviar una imagen que incluya partes del cuerpo reconocibles (tatuajes, cicatrices o marcas de nacimiento).
“Conviene evitar el envío de imágenes por las que uno pueda ser identificado”.
Asimismo, es importante prestar atención al contenido de la imagen (p. ej. no se debe posar en una zona reconocible de la casa)
También se debe evitar la geolocalización o el geoetiquetado, pues facilitan una ubicación física que puede ayudar a un potencial acosador a localizar a la futura víctima (p. ej. el centro de estudios, el domicilio, etc.).
Dado que cada imagen que se saca con el móvil incluye este tipo de información, deben borrarse los datos a través del ordenador (seleccionando “borrar información” en herramientas) o utilizando aplicaciones como Photo Investigador.
Cómo prevenir el sexting y la sextorsión en menores de edad.
La práctica del sexting expone a sus usuarios al riesgo de chantaje sexual. El peligro de sextorsión es mayor en los menores de edad por su falta de experiencia, ignorancia de los riesgos y mayor impulsividad. Por este motivo, es misión de padres y educadores minimizar los riesgos con pautas de prevención como las que se exponen a continuación:
Proporcionar información sobre la sexualidad y el uso de las tecnologías.
En primer lugar, es fundamental concienciar al menor sobre las implicaciones y riesgos que acarrea el no proteger su privacidad al participar en esta práctica (alrededor del 14% envía mensajes de contenido sexual).
Se debe informar sobre cómo proceder ante el envío de contenido sexual no consentido (aproximadamente el 27% de los adolescentes lo recibe y el 12% lo reenvía sin consentimiento).
Es importante hacer consciente al adolescente de que, una vez que se han enviado los archivos, éstos se quedan en la red y en los dispositivos de quien los haya recibido, lo cual puede convertirle fácilmente en víctima de sextorsión. Según la Revista Chilena de Pediatría, alrededor del 7% de menores había recibido amenazas por esta vía.
“Una vez que se ha enviado un archivo, el menor puede convertirse en víctima de chantaje sexual”.
Los adolescentes son víctimas fáciles del chantaje sexual.
Por otra parte, es fundamental recalcar al menor que, aunque un tercio de la población ha tenido relaciones sexuales con personas a las que había conocido a través de redes sociales, el establecer contacto con una persona desconocida conlleva grandes riesgos, por lo que no es recomendable.
“El sexting con un desconocido implica asumir grandes riesgos de sufrir chantaje sexual”.
Según la Revista Chilena de Pediatría, alrededor del 15% de los menores reconocen haber tenido contacto con un adulto que ocultaba su verdadera identidad.
Control parental.
En este sentido, debe recordarse que, aunque el menor haya sido educado en la responsabilidad digital, su inexperiencia e ingenuidad pueden llevarle a cometer errores. Por este motivo, es conveniente utilizar algún tipo de control parental para filtrar el contenido sensible y configurar la privacidad de las aplicaciones o redes sociales del menor, teniendo en cuenta su nivel de madurez.
También es importante revisar la red Wifi para evitar que roben contenido sensibles de los dispositivos.
Educar en valores.
El aumento de esta tendencia a conocer parejas sexuales a través de internet no sólo se debe a la facilidad de acceso, sino también al hedonismo imperante en la sociedad actual, que fomenta que las personas busquen realizar sus impulsos placenteros sin plantearse las posibles consecuencias.
Así, el deseo de despertar interés sexual en el otro con el fin de sentirse atractivo y captar su atención convierten al sexting en una herramienta con la que conseguir validación social e incrementar la autoestima al adaptarse a un entorno hipersexualizado normalizado en el que el despertar sexual y la exploración de la propia sexualidad, unidos a la minimización de riesgos propios de la edad, dan lugar a situaciones de riesgo.
“El sexting puede utilizarse como una forma de validación social”.
Respecto a los factores que evitan la realización de sexting, Anales de Psicología publicó que el desarrollo de valores prevenía estas conductas.
Fomentar la autoestima.
Por ello, fomentar el desarrollo de la autoestima y de las habilidades sociales del menor puede ayudarle a ser capaz de afrontar la presión social sin ceder ante ella por la necesidad de aceptación de los demás.
La inseguridad es un factor de riesgo para conductas en las que se busca la aprobación social mediante la belleza, autoafirmándose a través de la sexualidad.
En este sentido, es importante aclararle al menor las posibles ideas erróneas que pueda tener sobre el amor, la sexualidad y la obligatoriedad de la belleza, promoviendo una visión crítica sobre las presiones sociales imperantes en la sociedad (p. ej. aquellas relacionadas con la sexualidad).
Otros factores.
La depresión, la impulsividad, la vulnerabilidad, la extraversión (especialmente la búsqueda de emociones) y la baja responsabilidad predecían significativamente las conductas de sexting. Asimismo, los chicos tendían a realizar más sexting que las chicas, especialmente cuando abusaban del alcohol siendo consumidores habituales de pornografía online (Sexuality Research and Social Policy).
El sexting se da más en chicos que consumen alcohol y pornografía.
Aumentar la comunicación y la relación de confianza con el menor.
El menor puede mostrar dudas acerca de cómo afrontar su sexualidad, por lo que es necesario que éste encuentre en sus padres (o en otra figura adulta) una persona con la que poder hablar libremente y poder pedirle ayuda a pesar del miedo o la vergüenza que pueda sentir por el error cometido.
“Ante un caso de chantaje sexual, el menor debe tener a un adulto de confianza al que poder recurrir”.
Es importante instar al menor a no participar en el reenvío de este de contenidos sexuales. Se le debe animar a denunciarlos, recordándole que el que ha actuado inadecuadamente es el difusor, pues lo ha hecho sin consentimiento, y que la víctima no merece ser humillada y culpabilizada por ello.
Qué hacer en el caso de que su hijo/a sea víctima de sextorsión.
Ante un caso de sextorsión los padres deben tener claro cómo proceder:
Centrarse en la búsqueda de soluciones y no en juzgar al menor.
Es importante tener en cuenta que el menor está atravesando por una situación complicada y que, con toda seguridad, le resultará muy vergonzosa.
Es el momento de apoyar y de proteger al menor, no de reprocharle su conducta, pues el dramatizar la situación no sólo no ayudará a resolverla, sino que posiblemente hará que el menor se arrepienta de haberla compartido con el adulto.
No se debe olvidar que el menor es la víctima.
Contactar con los difusores e informar al proveedor de servicios.
Recordar a los difusores y receptores del contenido que la difusión de imágenes de carácter sexual sin el consentimiento explícito de la persona involucrada es un delito puede disuadir a los implicados dejen de distribuir dichas imágenes y eliminen el contenido.
Es importante comunicar al proveedor de servicios la necesidad de eliminar estos contenidos, ya que, aunque alguien pueda haber hecho una copia, esto limitará la difusión de los mismos.
Denunciar la situación.
Esto es especialmente importante en los casos de extorsión y grooming. Se recomienda para ello hacer capturas de pantalla y guardar todas las pruebas de lo ocurrido.
Por otra parte, contactar con el centro educativo puede ser de gran utilidad no sólo en la búsqueda de difusores, sino en las labores de concienciación y prevención para que no se repita la situación en el futuro, promoviendo la elaboración de un protocolo de intervención rápido y contundente ante este tipo de casos.
Buscar apoyo psicológico.
Las consecuencias de este tipo de prácticas pueden derivar en la pérdida de confianza en los demás al sentirse humillado y avergonzado.
También puede mermar la autoestima de la víctima y menoscabar su bienestar psicológico al sentirse culpable por lo ocurrido, percibir decepción por parte de su familia y verse socialmente aislada.
Todo ello podría dar lugar a ciertas patologías mentales como depresión, ansiedad, abuso de sustancias o, incluso, conductas autolíticas, precisando por ello la ayuda de un profesional.
“Las consecuencias de la sextorsión pueden ser graves y llevar a otras patologías, incluso al suicidio”.
La sextorsión puede desembocar en otras patologías.
Sexting: ¿cómo diferenciar un hábito de una adicción?
El sexting puede surgir como una demostración natural y esporádica de la sexualidad. Así, según un estudio en Cyberpsychology, Behaviour and Social Networking, alrededor del 12% de los matrimonios se envían fotografías o vídeos.
No obstante, en ocasiones, el sexting puede llegar a convertirse en una adicción debido al alto grado de placer instantáneo, fácil y accesible que ofrece, sin limitaciones espacio-temporales. Según Clinical Psychology Review, tan sólo entre el 12-25% lo usa de manera esporádica.
De esta manera, la accesibilidad para cumplir los propios deseos sexuales puede propiciar que la persona emplee sus dispositivos electrónicos de forma compulsiva y peligrosa, pudiendo perder el control sobre el contenido o la persona que lo recibe.
Asimismo, puede no ser consciente de las repercusiones que está teniendo en su vida: reducción de tiempo de ocio, disminución de círculo de amistades, empeoramiento en el rendimiento académico, etc.
“Con el tiempo, la persona necesita aumentar dicha práctica para conseguir el mismo nivel de placer”.
Pautas psicológicas para superar la adicción al sexting.
- Identificar y reconocer que se tiene una adicción: Desgraciadamente, no son pocas las personas con adicciones que no son del todo conscientes de la relevancia del trastorno o que incluso lo niegan. Esto es un mecanismo de defensa que emplean los adictos para evitar realizar cambios en su nuevo y perjudicial estilo de vida. Por ello, es importante reflexionar sobre los efectos que ha tenido la adicción en la propia vida y que puede tener a largo plazo (p. ej. perjudicar la propia reputación en internet).
“El primer y fundamental paso es reconocer la adicción al sexting”.
- Evitar aquello que facilita el continuar con la adicción: Eliminar todas las aplicaciones o programas que desencadenan la adicción es un paso necesario y vital en este tipo de adicciones. Como es lógico, es recomendable dejar de tener contacto con aquellas personas cuyo único vínculo sea practicar sexting.
- Cultivar otras áreas vitales: Fijarse nuevas metas y realizar actividades saludables que ocupen ese tiempo que antes se empleaba en la adicción facilita evitar caer en ella. Así, fomentar la actividad física y cultivar las amistades puede llenar mucho tiempo a la vez que procura un estado anímico positivo.
“El ejercicio físico y el contacto físico con los amigos ayuda a superar la dependencia”.
Puede ser necesario acudir al psicólogo para superar la adicción al sexting.
- Consultar con un psicólogo: El especialista puede ayudar a detectar qué factores desencadenan esta conducta y aportar herramientas diferentes que fomenten el control de impulsos (p. ej. técnicas de relajación), así como trabajar áreas emocionales que pueden estar relacionadas con la adicción (p. ej. dependencia emocional, poca autoestima o falta de asertividad).
Referencias bibliográficas.
- ¿Cómo evitar el sexting y la sextorsión? Abacus Cooperativa. (2018). Enlace.
- Alabau, I. (2019). Qué es el sexting: consecuencias y cómo prevenirlo. Psicología-Online. Enlace.
- Cómo prevenir el sexting, el sexteo y la sextorsion (chantaje sexual). (2019). Gaptain. Enlace.
- Cuzzone, K. (2020). La guía para tener sexo por videollamada de forma segura durante la cuarentena. Cosmopolitan. Enlace.
- De Pedro, S. (2018). Menores y adicción al sexting, ¿cómo afrontarlo? Segureskola. Enlace.
- Rodríguez-Martín, B. C. (2019). Sexting o sexteo: una conducta de alto riesgo. Fundación Recal. Enlace.
- Schulkin, J. (2018). ¿Existe la adicción al sexting? Infobae. Enlace.
Autora.

Mª Victoria Orbe Valls es psicóloga general sanitaria. Está graduada en Psicología por el CES Cardenal Cisneros (Universidad Complutense de Madrid), cuenta también con los másteres de Psicología General Sanitaria (Universidad Antonio de Nebrija) y Sexología Clínica y Terapia de Parejas (Instituto Superior de Estudios Psicológicos), así como con formación en Mindfulness y grafopsicología. En la actualidad compagina su actividad como psicóloga con la divulgación científica. Es colaboradora en el Blog de Nuestro Psicólogo en Madrid.
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