Saltar al contenido

Sexualidad en la adolescencia

    Sexualidad en la adolescencia

    La Sexualidad en la adolescencia: Educación Sexual 2ª Parte.

    La sexualidad en la adolescencia es la continuación del capítulo anterior sobre la sexualidad infantil. Allí vimos la importancia que tienen los padres sobre la educación sexual que reciben los hijos.

    Vimos como esa educación debe realizarse desde los primeros meses de vida, debe ser natural y progresiva, preguntando lo que el niño demanda sin mentiras, pero tampoco dándole de golpe una información excesiva que no pueda digerir adecuadamente.

    Acabamos el capítulo con los cambios físicos y emocionales que se producen en la pubertad.

    Ahora vamos a hablar más específicamente de la sexualidad en la adolescencia y repasaremos cómo deben actuar los padres ante distintas situaciones que pueden plantearse: Cambios socioculturales en relación al sexo, masturbación, primeras relaciones sexuales con coito, anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, homosexualidad o abuso sexual a menores.

    Cambios socioculturales en relación al sexo.

    Durante la pubertad se producen una serie de cambios físicos y psicológicos que llevan al adolescente a la madurez sexual. En esta época van a aparecer las primeras relaciones sexuales. Ahora bien el comportamiento de los adolescentes respecto al sexo, está condicionado por otros factores independientes de la madurez sexual, como son los factores socioculturales.

    En los años transcurridos en lo que va de siglo se han producido importantes cambios en la conducta sexual de los adolescentes, respecto al comportamiento sexual a finales del siglo XX. Entre los factores que pueden haber influido en estos cambios podemos señalar:

    La banalización del sexo: El sexo ha dejado de ser algo importante, que ha perdido el carácter de algo valioso para el adolescente. El sexo se ve por los jóvenes como algo intrascendente y divertido y se practica de forma irresponsable sin ser conscientes de las consecuencias.

    Los padres de hoy en día se pueden quedar estupefactos al saber que sus hijos practican “el muelle”, un juego sexual donde los chicos se colocan en círculo, con el pene en erección, y las chicas van sentándose sobre cada uno de ellos, forzando una penetración, y estando así durante 30 segundos, para luego pasar al siguiente chico. El primero que eyacula pierde. Este juego conocido en Latinoamérica hace ya algunos años, se está popularizando en España, y ya se han producido los primeros embarazos no deseados, pues generalmente se realiza en un contexto donde no falta ni el alcohol ni las drogas para facilitar la desinhibición.

    El sexo ha dejado de ser algo íntimo y personal: Hoy en día no resulta raro ver como por las redes sociales se comparten imágenes sexuales, propias o ajenas sin el menor pudor.

    Se ha perdido el miedo a enfermedades como el SIDA, que hace unos años eran una plaga mortal y hoy se han convertido en enfermedades crónicas. Esta pérdida de miedo al contagio del VIH ha hecho que aumenten las conductas de riesgo sin la protección adecuada. Estos cambios de comportamiento han supuesto un repunte de los casos de SIDA y de sífilis.

    La promiscuidad sexual se ve con naturalidad y no son pocos los adolescentes que mantienen relaciones sexuales completas con varias parejas. Al  mismo tiempo ha disminuido la edad promedio de las primeras relaciones sexuales, que ahora en España está en torno a los 15 años.

    Sexualidad: las primeras relaciones sexuales
    Sexualidad: Se inician las primeras relaciones sexuales

    Cómo fácilmente se desprende de los datos anteriores, un comportamiento sexual irresponsable puede acarrear graves consecuencias cómo embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual.

    Por esto, la misión informativa y educativa de los padres cobra mayor importancia, en un mundo donde cada vez los adolescentes, encuentran en internet y las redes sociales una enorme información, no siempre fiable, que les va a dar en muchos casos unos conocimientos sexuales a menudo equivocados.

    Ante esta situación tan desventajosa para los padres (dificultad de comunicación sobre temas sexuales y falta de interés de los hijos en pedirles información) la educación sexual se vuelve una tarea prioritaria e inexcusable, pero no solamente para los padres, sino también para los centros educativos, los medios de comunicación y los centros de salud.

    La sexualidad en la adolescencia: La Masturbación.

    Cómo ya vimos en el capítulo anterior la masturbación es un hecho y un acto natural a lo largo de la vida de los niños, que nace de la exploración y el conocimiento del propio cuerpo. El niño explora su cuerpo y sus genitales y descubre que determinadas partes al ser estimuladas le producen placer.

    ¿Qué tiene de particular que el niño repita comportamientos sobre su cuerpo que le son gratificantes? Evidentemente, no tiene nada de particular y debemos tomar la masturbación como una conducta natural, tanto en niños como en niñas, siempre que no se traduzca en un comportamiento compulsivo.

    Debemos procurar que el niño tome la masturbación como algo normal y lógico en su edad, para evitar que aparezcan sentimientos de culpa. No quedan tan lejos los años en los que, los curas amenazaban a los niños con enfermedades físicas: “se les iba a derretir al cerebro si se masturbaban” o bien amenazas espirituales como el infierno y el fuego eterno: “mira, que te mira Dios/ mira, que te está mirando/mira que viene la muerte/ mira que no sabes cuándo.”

    Cuantos padres no se habrán acostado horrorizados en su adolescencia ante el temor de morir en pecado por haberse masturbado.

    Es importante que tengáis en cuenta que no sirve de nada impedir o amenazar a vuestros hijos para que no se masturben, ya que lo seguirá realizando. Lo único que conseguiréis es que pierda vuestra confianza o que se sienta culpable por su comportamiento.

    Enseñadle que es algo natural, que debe restringir a su intimidad, pero que ni es malo, ni acarrea enfermedades físicas o psíquicas.

    Si un padre observa que su hijo se masturba con mucha frecuencia, más que regañarle o castigarle por su comportamiento, es preferible tratar de entender lo que está ocurriendo, pues en muchas ocasiones la masturbación es una forma de disminuir la angustia y la ansiedad.

    Es conocido, que ya en el siglo XVIII, y así se recoge en los libros de puericultura de la época, las niñeras masturbaban a los niños para que se durmieran pronto y tuvieran un sueño plácido.

    Ante un comportamiento masturbatorio excesivo, acercaos a vuestro hijo sin reproches, y hablad con él con naturalidad, no sólo sobre la masturbación, sino sobre su estado anímico, los problemas o inquietudes que le puedan estar alterando emocionalmente.

    Pero claro, una cosa es saber la teoría, y otra muy distinta, llegar un día a casa, cansado del trabajo y encontrarte a tu hijo o a tu hija adolescente masturbándose en el salón. En ese momento nos quedamos sin palabras y no sabemos que decir.

    Eso puede ocurrir, y entonces lo mejor es estar preparado por si eso ocurre. Como ya hemos dicho, sobra cualquier comentario de reproche, castigo o desaprobación, pero sí es necesario explicar al adolescente que esa conducta, forma parte de su privacidad, y debe hacerlo en un sitio donde no le vean, pero no porque sea malo, sino porque es algo íntimo, que debe estar protegido por el pudor.

    El adolescente debe entender que lo que hace es normal, pero que debe hacerlo en la intimidad donde no sea visto por los demás miembros de la familia.

    Sexualidad y masturbación
    En la adolescencia aparece la práctica de la masturbación

    La adolescencia y las primeras relaciones sexuales.

    Aunque como hemos referido al principio del artículo las costumbres sexuales han cambiado profundamente, y esto se traduce en una edad más temprana para las primeras relaciones sexuales, no es menos cierto, que la información de los adolescentes sigue siendo escasa e inadecuada.

    No es infrecuente en las charlas educativas de los colegios, oír a alguna chica decir, que si tiene relaciones sexuales de pie o en una piscina no se puede quedar embarazada.

    La información que llega a los adolescentes está llena de mitos y falsas creencias, que es conveniente aclarar. Ha y que pensar que la actividad sexual del adolescente va a formar parte de su vida y que además se verá influenciada por una serie de estímulos sexuales de su entorno (amigos, televisión, revistas, internet, etc).

    Es conveniente hablar a vuestro hijo sobre las decisiones sexuales que le esperan: la primera persona por la que sentirá atracción, los primeros contactos (besos, caricias, etc.) y la primera posible relación sexual con coito.

    La información se debe basar siempre en la veracidad, pero sobre todo en la responsabilidad que conlleva cualquier acto sexual.

    Por eso debéis prepararle para que sea capaz de tomar decisiones meditadas y responsables y huir de conductas alocadas, fruto muchas veces del exceso de alcohol o de otras drogas.

    Es evidente, que no sirve de nada insistir en que no mantenga relaciones sexuales, pues si ya ha tomado esa decisión, lo hará igualmente. En cambio, lo que si podéis hacer es conseguir que lo haga con seguridad y responsabilidad.

    Anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual.

    Es importante que habléis con vuestros hijos de los diferentes métodos anticonceptivos y sus ventajas e inconvenientes. No se trata de darle una conferencia magistral sobre sexualidad, sino de proporcionarle una información correcta, ya que la que obtiene de los amigos muchas veces es confusa o errónea (“la primera vez que lo haces nunca pasa nada” o “la marcha atrás es una técnica segura”).

    No es mala idea, aprovechar las charlas que los sanitarios, dan en los colegios sobre sexualidad, para hablar del tema con vuestros hijos y saber qué información maneja y corregir posibles errores que pueda tener al respecto.

    Debéis tener claro, que hablar de sexualidad con vuestros hijos, no es sinónimo de animarles o permitirles mantener relaciones sexuales.

    Se trata simplemente, de ofrecerles información, para que aprendan a enfrentarse a situaciones que acabarán presentándose a lo largo de sus vidas y sepan reaccionar de una forma responsable en esos momentos.

    Es conveniente, a la hora de dar información, diferenciar entre métodos anticonceptivos, que buscan evitar un embarazo no deseado, y métodos para prevenir enfermedades de transmisión sexual como el SIDA, la sífilis o la gonorrea.

    Sexualidad: Anticoncepción
    Los padres deben hablar a sus hijos de medidas de anticoncepción

    La sexualidad en la adolescencia: La homosexualidad.

    Aunque, actualmente, la homosexualidad está mucho más aceptada en nuestra sociedad, para los padres puede resultar todavía difícil, aceptar que su hijo o hija pueda ser homosexual.

    La identidad sexual no queda definida hasta la adolescencia y no es infrecuente que un joven pueda tener contactos homosexuales por miedo a relacionarse con personas del sexo opuesto, curiosidad por conocer el cuerpo, confusión, identificación con los amigos del mismo sexo, etc. sin que eso signifique necesariamente que es homosexual.

    Si vuestro hijo os informa que es homosexual lo principal es decirle como os sentís ante la noticia, evitando cualquier descalificación y, por supuesto, no rechazándole por su elección.

    Hablad con él y dejad que se exprese con libertad sobre sus sentimientos, dudas o miedos.

    Hacedle saber que estaréis siempre a su lado para apoyarle y que debido a su elección sexual no va a dejar de ser hijo vuestro ni vais a quererle menos.

    Abusos sexuales a menores.

    La información sexual a los hijos no sería completa si no les explica qué son los abusos sexuales. Por eso es importante explicar a los hijos, aunque sean muy pequeños, qué son y en qué consisten los abusos sexuales.

    Aproximadamente, a los cinco años de edad, el niño debe saber que su cuerpo es suyo y le pertenece y que nadie puede hacerle algo que le haga sentir molesto.

    Es bueno, explicarle, pero sin llegar a asustarle, que nadie, ya sea conocido o desconocido, o incluso un familiar, tiene derecho a tocar sus partes íntimas, ni obligarle a que sea él quien toque las partes íntimas de otro.

    Es muy importante, dejarle clara la importancia de acudir rápidamente a vosotros, si le ocurre algo parecido, explicándole que él no ha hecho nada malo y que siempre os vais a poner de su lado y protegerlo ante una situación de este tipo.

    A modo de conclusión.

    La educación sexual se obtiene, principalmente, de la observación de las relaciones familiares.

    Si queréis transmitir a vuestros hijos que la sexualidad es dar y recibir placer, ternura, afecto y comunicación, debéis ser muy conscientes de que vosotros podéis transmitírselo con vuestro comportamiento (“Obras son amores y no buenas razones”).

    Una buena información sexual debe ser equilibrada y progresiva, sin ocultar nada y teniendo en cuenta la edad del niño y lo que éste puede asimilar en cada momento.

    La información sexual debe ser veraz y progresiva
    La información sexual debe ser veraz, equilibrada y progresiva

    Referencias bibliográficas.

     

    Autor.

    Gerardo Castaño Recuero

    Gerardo Castaño Recuero trabaja como psicólogo y psicoterapeuta en el Centro “Nuestro Psicólogo en Madrid”. Ha estudiado Psicología en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Posee el título de Máster en “Terapia Focalizada en las Emociones” (TFE). Ha realizado el curso Master de “Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica”.


     

    Artículos relacionados.

    Visited 213 times, 1 visit(s) today