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El maltrato infantil. Tipos, causas y señales de alerta.

El maltrato infantil

¿Qué es el maltrato infantil?

Un buen punto de partida para el análisis del tema que nos proponemos compartir hoy en el blog de Nuestro Psicólogo en Madrid, podría ser el concepto de maltrato infantil que publica la OMS en su sitio web.  Allí se define textualmente al maltrato infantil, como:

 “los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, incluyendo todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.”

La sensación que nos queda al leer una definición como ésta, tan amplia como contundente, es abrumadora. Esta definición abarca demasiadas cosas fuertes, desgarradores testimonios y brutales historias, muy difíciles de asimilar, pero que todos hemos oído más de una vez.

La importancia de la detección precoz.

El propósito de este artículo es realizar un abordaje que nos permita conocer más acerca de este problema. Podemos partir de algunas preguntas básicas. A partir de estas respuestas, cada uno de nosotros podrá construir no sólo un concepto más realista y completo, sino formas de detectar y ¿por qué no? lidiar con algún caso cercano que se nos pueda presentar.

Como primer paso, es importante asumirlo: ninguno de nosotros está ajeno a un problema como éste. Podría tocarnos de cerca de muchas maneras, para empezar, porque es un asunto mucho más frecuente de lo que se cree.

Es muy frecuente que los abusos en la infancia se produzcan en el hogar. El niño conoce al abusador por ser alguien de su entorno familiar y esto le obliga a guardar silencio por temor a no ser creído.

El abusador puede ser cualquier persona cercana al niño, sus padres, sus profesores de colegio, familiares o amigos de la familia. Cualquier persona cercana al niño y que pueda entrar frecuentemente en contacto con él puede ser un maltratador. Por suerte éstos son una minoría, pero aunque sea así, debemos estar alerta para detectar posibles señales que sugieran un abuso infantil.

Detectar el maltrato, visibilizarlo, abordarlo con herramientas y metodologías adecuadas es mucho más importante que mirar a otro lado e ignorarlo. El fenómeno del abuso infantil es transversal: está presente en todos los países, en todos los niveles socioeconómicos y culturales.

La detección precoz del maltrato infantil es fundamental
La detección precoz del maltrato infantil es fundamental.

¿Cuáles son los tipos de maltrato infantil?

Todo maltrato implica una situación abusiva y un abuso es, por lo tanto, todo aquello que impide el crecimiento armonioso de un niño o de un adolescente, no respetando sus necesidades y desprotegiéndolo en todo sentido tanto a nivel físico como emocional.

En una primera clasificación de los tipos de maltrato infantil encontramos estas actitudes:

  • Comportamientos o situaciones de naturaleza omisiva (para ser claros, es aquello que se omite, es decir “no se hace”), entre los que se encuentra incapacidad o no disposición de los adultos responsables para brindar atención, contención y cuidados a las necesidades físicas, psíquicas y emocionales del niño
  • Comportamientos o situaciones de naturaleza comisiva (es lo contrario a la omisión. Es decir, cuando el abusador realiza una acción o “hace algo”) dentro de las cuales se destacan el maltrato físico, sexual o psicológico.
Los abusos pueden ser por acción o por omisión
El maltrato en la infancia puede ser por acción o por omisión

 ¿Cómo detectar si un niño es maltratado?

En la mayoría de los casos donde se detecta algún tipo de abuso o maltrato infantil, no se llega a la certeza del mismo a través de las confidencias del niño con un adulto de su confianza. Lo más frecuente es encontrar señales o pistas que nos muestran que algo está trastornando al niño. Este estrés se manifiesta a través de conductas o comportamientos de los que ellos mismos no son conscientes en muchas ocasiones.

Un cambio aislado en su comportamiento puede ser una señal inespecífica, pero el punto clave es la coincidencia de más de uno de estos signos preocupantes. Si la coexistencia de varias señales de alerta se verifica, puede ser el momento de pedir ayuda o consejo profesional. Así, podremos buscar con el niño un diálogo esclarecedor, que promueva un ámbito de confianza donde pueda hablar de lo que le sucede.

¿Qué observar en los niños? ¿Cuál o cuáles podrían ser estas señales de alerta?

Señales de alerta.

  • Pesadillas, problemas para dormir.
  • Actuar de manera sexual inapropiada con juguetes u objetos.
  • Cambios repentinos e inexplicables de humor, de personalidad especialmente con signos de inseguridad.
  • Regresiones a comportamientos claramente infantiles, por ejemplo, incontinencia urinaria, o succionarse los dedos.
  • Miedo inexplicable a lugares o personas particulares.
  • Estallidos de ira.
  • Dificultad o imposibilidad para concentrarse en el estudio.
  • Descenso de calificaciones escolares (en el caso de adolescentes es muy notorio).
  • Cambios en los hábitos alimenticios.
  • Nuevas palabras para partes del cuerpo que revelen vocabulario adulto sin que se detecte ninguna fuente obvia.
  • Aparición de dinero o regalos inexplicables.
  • Autolesiones (cortes, quemaduras u otras actividades dañinas).
  • Signos físicos, como, dolor inexplicable o hematomas alrededor de los genitales o la boca.
  • No querer estar solo con un niño o persona en particular.
Señales de alerta para identificar el abuso en la infancia
Ante varias señales de alerta de maltrato hay que consultar a un profesional.

 

El maltrato infantil psicológico ¿es maltrato propiamente dicho?

Sin duda que así es y sus consecuencias pueden ser impresionantes. ¿Por qué? Para empezar porque el niño maltratado, que no es ayudado o tratado a tiempo, en su adolescencia o edad adulta podría manifestar tendencia a replicar lo que ha sufrido e incluso a cometer acciones con sesgos de venganza. Esto se traduce en adoptar conductas que originan más sufrimiento aún del que él o ella habían padecido en su infancia.

En la vida diaria, el abuso psicológico sobre un niño es un patrón de acciones verbales o de comportamiento que revelan desprecio, indiferencia absoluta, desvalorización profunda o desaprobación permanente.

También, en la misma línea, el abuso psicológico lo configuran la ausencia de acciones que transmiten al niño mensajes positivos y de seguridad o refuerzo emocional. ¿Los clásicos? El mensaje continuo y repetido de que él o ella carece de valor, que es defectuoso, que no es querido, que “no sirve para nada”.

En otras palabras: la ausencia de apoyo emocional, el aislamiento o aterrorizar a un niño son formas de abuso psicológico. Por último y desgraciadamente muy frecuente: la violencia doméstica que es presenciada por un niño también se considera una forma de abuso psicológico.

Situaciones de abuso psicológico infantil.

  • Rechazo: rechazar a un niño, alejarlo, hacerle sentir inútil o sin valor, socavar el valor de sus ideas o sentimientos, negarse a ayudarlo.
  • Desprecio: degradar al niño, ridiculizarlo, humillarlo, avergonzarlo, criticarlo, insultarlo.
  • Aislamiento: aislar física o socialmente a un niño, para limitar sus oportunidades de interactuar con otros.
  • Corrupción o explotación: tolerar o alentar conductas inapropiadas o desviadas, exponer al niño a modelos de conducta antisociales, considerar al niño como un sirviente, animarlo o forzarlo a participar en actividades sexuales.
  • Ausencia de respuesta emocional: mostrarse inatento o indiferente hacia el niño, ignorar sus necesidades emocionales, evitar el contacto visual, besos o comunicación verbal con él, no felicitarlo nunca.
  • Exposición a la violencia doméstica: exponer a un niño a palabras violentas y actos entre sus padres.

Nos hemos acercado a comprender con algo más de profundidad el maltrato infantil. A pesar de ello, seguramente nos quedan muchas preguntas, como, por ejemplo: ¿es posible saber cuáles son las causas del maltrato infantil? ¿Cuáles son las consecuencias del maltrato infantil? ¿Existen estadísticas de maltratos infantiles en el mundo? ¿Qué incidencia tiene este problema a nivel de nuestro país?

Para tener una comprensión más profunda del problema podemos analizar con qué frecuencia aparecen estos casos, acercarnos a las estadísticas y a otros datos interesantes relacionados con el tema del maltrato en la infancia.

El abuso psíquico es una forma de maltrato
El abuso psíquico es una forma de maltrato infantil.

Causas, consecuencias, detección, estadísticas que vale la pena conocer.

Como todo lo que tiene que ver con el comportamiento humano, no es posible ni razonable intentar cuantificar o clasificar ni las causas ni las consecuencias del maltrato infantil. No es posible realizar una lista detallada, como hicimos antes con los ítems que vimos al detectar el maltrato.

Lo cierto, es que el maltrato infantil tiene muchas causas y produce muchas consecuencias. Por si esto fuera poco, en ocasiones forman entre sí un entramado, un círculo vicioso. Vemos, muchas veces que la causa de que alguien maltrate a un niño es que haya sido previamente una víctima de abusos infantiles. Es decir, la causa es la consecuencia de haber sido maltratado en su infancia.

Así las cosas, lo que es posible hacer es un análisis para buscar y definir las causas en cada caso. Los expertos en este tema, consideran cinco enfoques distintos para comprender la etiología del problema.

Enfoques sobre las causas del maltrato infantil.

  • Enfoque sociológico, que considera que la mayoría de situaciones de maltrato, abuso o violencia física y emocional, se producen como consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de aislamiento social.
  • El enfoque cognitivo sostiene que las distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de los adultos, progenitores o cuidadores son la causa principal de las manifestaciones abusivas hacia los menores a su cargo.
  • Enfoque psiquiátrico, que postula que el maltrato infantil es consecuencia de la existencia de patologías psiquiátricas en los padres o adultos a cargo.
  • Otro enfoque valora al procesamiento inadecuado de la información. Considera ésta como una de las principales causas para que se produzcan estilos peculiares de abandono físico o de negligencia severa en los cuidados básicos hacia los niños: higiene, alimentación y abrigo entre muchos otros.
  • Finalmente, hay un enfoque vinculado al mal manejo del estrés. Creen que distorsiona toda forma de percibir, evaluar y procesar las situaciones y/o sucesos cotidianos por parte de los adultos o familias a cargo de menores. Ello, sin duda, es un punto de partida que propicia situaciones de maltrato y violencia en el entorno familiar y los niños suelen ser las víctimas más vulnerables.

Consecuencias del maltrato infantil.

En cuanto a las consecuencias del maltrato, es igualmente complejo (por no decir imposible) reseñarlas una por una. En función de que es un problema multifactorial que a su vez se agrava o se modula en relación al entorno del niño que lo padece, se traduce en consecuencias diversas y a veces impredecibles. Lo que sí podemos hacer, al igual que planeamos con las causas, es agruparlas en matices o aspectos, que en este caso son: consecuencias físicas, de conducta, emocionales, médicas, psicológicas, psiquiátricas y de desempeño intelectual.

Los niños que han sido objeto de maltrato infantil en su edad adulta tienen más posibilidades de desarrollar trastornos serios de conducta. Entre ellos podemos reseñas por su frecuencia e importancia:

  • Agresiones violentas. Pueden convertirse en maltratadores.
  • Trastornos depresivos y tendencias suicidas.
  • Adicción al alcohol, al tabaco o a otras drogas.
  • Conductas de alto riesgo, incluyendo conductas sexuales peligrosas.
  • Sobrepeso y obesidad.
La violencia infantil se produce con frecuencia en los hogares
La violencia infantil se produce con frecuencia en el hogar de los niños.

El maltrato infantil en el mundo

Si hablamos de estadísticas reveladoras, podemos citar nada menos que a uno de los últimos informes de la UNESCO basado en datos provenientes de 190 países, el informe se titula: “Ocultos a plena luz”. Se recomienda leerlo con detenimiento en caso de estar interesado profundamente en el tema, pero podemos adelantar algunos datos impactantes, por ejemplo:

  • La violencia se produce mayoritariamente en aquellos lugares donde los niños deberían estar seguros: sus hogares, sus escuelas y sus vecindarios.
  • Aproximadamente 120 millones de niñas menores de 20 años en todo el mundo (1 de cada 10) han experimentado relaciones sexuales por la fuerza u otros actos sexuales forzados.
  • Al menos el 20% de las víctimas de homicidio en todo el mundo son niños y adolescentes menores de 20 años. Esto representó aproximadamente 95.000 muertes en 2012.

El maltrato infantil en España

España no es ajena a este problema y a pesar de que se trabaja en el mismo desde hace muchos años las cifras estadísticas no son nada alentadoras.

Vale la pena mencionar la existencia a partir de 2012 del RUMI, siglas del Registro Unificado de casos de sospecha de Maltrato Infantil, que se ha constituido en la principal herramienta para medir estos casos, por parte del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales.

A pesar de no abarcar la totalidad del territorio español como sería deseable, el último informe del RUMI nos da cuenta de 13.818 menores víctimas de algún tipo de maltrato, lo que se traduce de esta otra forma: en España se detectan al día al menos 37 posibles víctimas de maltrato infantil en el ámbito familiar.

Ese mismo registro reconoce que la mayoría de los malos tratos detectados (8.088) son clasificados como «leves o moderados», pero otros 5.730 se catalogan como graves. El 55% de las víctimas fueron niños, a excepción del delito de agresión sexual, en cuyo caso las niñas son el doble de víctimas que ellos.

Vale señalar que el RUMI también recoge datos del ámbito educativo más allá del familiar, por lo que en estas cifras también está contemplado el último punto que abordaremos.

Stop al abuso en la infancia
Stop al abuso en la infancia.

El bullying y el maltrato infantil.

Éste es un capítulo amplio y complejo, que va mucho más allá de la dimensión que con frecuencia todos nosotros otorgamos al escuchar el término bullying, reduciéndolo sólo al acoso entre estudiantes en un centro educativo.

Para ello, podemos volver al informe de la UNESCO que además de arrojar datos globales, consigue también ampliar nuestra visión sobre este terrible problema.

Algunos de estos datos impactantes son:

  • Algo más de 1 de cada 3 estudiantes de entre 13 y 15 años en todo el mundo sufren actos de acoso escolar.
  • Casi el 33% de los estudiantes de 11 a 15 años de Europa y América del Norte dijeron que habían intimidado a otros.
  • No todo sucede entre estudiantes: alrededor de un 17% de niños en 58 países están sujetos a formas graves de castigo físico (golpes repetidos en la cabeza, cara o cuerpo de forma violenta), como parte de la “disciplina” en su centro educativo.

El tema del bullying, por sus estadísticas en aumento y por su trascendencia merece ser estudiado en un capítulo aparte.

Conclusión.

En suma y a modo de conclusión: los casos de maltrato infantil alrededor del mundo son demasiados, nos abruman, nos alteran, nos indignan. Pero parte del reto es reaccionar ante todo tipo de violencia hacia los niños. No hay que ser indiferentes ante cualquier caso de abuso infantil, aunque tan sólo lo sospechemos. Debemos estar atentos a todas las señales, porque esta es una lucha en la que debemos participar todos nosotros.

No podemos quedarnos de brazos cruzados. Es mejor equivocarse ante una sospecha que ser indiferente, pues nuestra acción puede marcar la diferencia para siempre en la vida de un niño maltratado.


Autor:

Gerardo Castaño Recuero

Gerardo Castaño Recuero trabaja como psicólogo y psicoterapeuta en el Centro “Nuestro Psicólogo en Madrid”. Ha estudiado Psicología en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Posee el título de Máster en “Terapia Focalizada en las Emociones” (TFE). Ha realizado el curso Master de “Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica”.


Referencias bibliográficas.


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Gerardo Castaño Recuero trabaja como psicólogo y psicoterapeuta en "Nuestro Psicólogo en Madrid". Ha estudiado Psicología en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid y también ha cursado dos Máster, uno sobre Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica y otro sobre TFE: Terapia Focalizada en las Emociones.