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Ser amigo de tu ex ¿Es posible ser amigos después de una ruptura?

    Ser amigo de tu ex pareja

    Ser amigo de tu ex pareja ¿una misión imposible?

    Tras la ruptura de una relación amorosa intensa, muchas parejas intentan mantener una amistad. Llegar a ser amigo de tu ex pareja no es una tarea nada fácil. No es nada raro que los sentimientos de hostilidad hagan su aparición tras una ruptura de pareja. El resentimiento y el rencor pueden dificultar una futura amistad entre los miembros de la pareja.

    ¿Cómo ser amigos tras una ruptura sentimental?

    ¿Qué deben superar quienes fueron amantes para poder llegar a tener una auténtica amistad?

    Cuando una relación se rompe, es frecuente que uno de los miembros de la pareja le pregunte al otro: “¿Podemos ser todavía amigos?

    Por desgracia, no es fácil de responder a esta cuestión. La posibilidad de que se establezca una excelente amistad, tras la ruptura de una relación amorosa, depende en buena medida de que haya existido, o siga existiendo, entre los dos un auténtico cariño, un verdadero afecto.

    Al final de una relación de pareja es bastante probable que el cariño haya desaparecido. Pese a ello, suele ser más fácil, para aminorar la tensión de la ruptura, prometerse mutuamente amistad, tras la separación. Pero esto, no siempre es posible. Con frecuencia los problemas y las tensiones emocionales se manifiestan de forma brutal. En estas condiciones resulta imposible sentar las bases de una futura amistad.

    En otras ocasiones, un entendimiento de los problemas que supone la ruptura puede ser muy positivo. Tratar de comprender las razones que han llevado al otro a adoptar un comportamiento específico, puede permitir que de las cenizas de un antiguo amor surja una nueva amistad.

    Cuando una relación se quiebra.

    Jamás resulta fácil cortar unos lazos emocionales y la ruptura de una relación se ve a menudo acompañada por manifestaciones airadas y por violentas recriminaciones. Si durante el tiempo de la relación ambos se toleraron mutuamente y en silencio sus faltas, con objeto de mantener una relativa paz, cuando la relación empieza a desintegrarse, es posible qué, por vez primera, den rienda suelta en voz alta a todas sus quejas.

    En el calor de la discusión, tales críticas serán exageradas. Incluso, es posible que no respondan a la realidad. Cuando esto sucede, aparecen resentimientos y recelos. Estos sentimientos hostiles, por algún tiempo, o quizá para siempre, constituirán una barrera a la amistad entre quienes fueron amantes.

    Desde luego, las rupturas no siempre son tan tormentosas. A veces, transcurren por cauces de serenidad, con calma y comprensión por ambas partes. Incluso, en estos casos, alguno de los dos se sentirá agraviado o culpable.

    Si los dos pretenden constituir una nueva relación de carácter amistoso, tendrán que superar estas barreras, reconociendo previamente su existencia.

    Hostilidad en la pareja tras una ruptura
    Es muy frecuente la hostilidad en la pareja tras una ruptura sentimental.

    Las barreras ante la amistad.

    Hay varias barreras que pueden suponer un serio obstáculo para que una pareja que ha roto su relación, consigan ser amigos.

    Sentimiento de culpa.

    Especialmente, la sensación de culpa constituirá un obstáculo para la amistad. Cuando los antiguos miembros de una relación se sienten culpables o avergonzados de la forma en que se han tratado, es muy probable que en el futuro rehúyan todo contacto.

    Puede también, que intenten sobreponerse al sentimiento de culpabilidad, no rehuyendo a su ex amante, sino manteniendo un contacto derivado de su sensación de responsabilidad por la ruptura. En este caso es improbable que la “amistad” se prolongue demasiado en el tiempo. Una vez que resulta evidente que la persona “herida” puede arreglarse perfectamente por sí misma, la relación se irá debilitando progresivamente.

    Exageración del daño sufrido.

    A veces, los dos reaccionan exageradamente ante la ruptura y consciente o inconscientemente exageran el daño que el otro les ha producido. Al comportarse de esa manera, están tratando de provocar en el otro unos fuertes sentimientos de culpabilidad. No lo hacen precisamente porque deseen reanudar la relación. Más bien, recurren a ese comportamiento como una forma de castigar a su ex amante.

    El orgullo herido.

    Otro de los obstáculos que se presentan ante la amistad entre ex amantes es el orgullo herido. El rechazo, al margen del dolor emocional que provoque, puede significar también un gran golpe al ego de una persona.

    En esta situación, el humillado reaccionará rechazando la oferta de amistad de quién se la brindó. Un hombre o una mujer cuyo orgullo ha quedado herido a consecuencia de una ruptura replicará, tal vez a su antigua amante, despreciando todas sus sugerencias e incluso negándose a reconocer su presencia física en una reunión. Al conducirse de esa manera tratará de reafirmarse, fortaleciendo su herido ego, al mostrarse indiferente.

    Círculos sociales comunes.

    En ocasiones, una amistad entre ex amantes se inicia tan sólo porque resulta conveniente desde un punto de vista social. Esto puede suceder, sí la pareja comparte el mismo círculo de amigos o si los dos suelen acudir a los mismos lugares para divertirse.

    Sin embargo, cuando una amistad de ese género procede de un hábito social, más que del deseo genuino de ambos, pronto será simplemente una relación superficial. Al poco tiempo, es posible qué, a cada uno de los dos, empiece a molestarle la presencia del otro en lo que considera su propio territorio.

    Amistad con tu expareja en un grupo de amigos comunes
    La amistad con tu ex es más fácil cuando hay un grupo de amigos comunes

    Impacto emocional retardado.

    En ocasiones, la ruptura de una relación tiene efectos a largo plazo. Vemos como la separación se efectúa serenamente, con una apariencia amistososa. Ambos siguen siendo amigos durante algún tiempo. Luego, uno de ellos empieza a experimentar, por la ausencia del otro, una sensación de dolor o de ira.

    Es posible que así suceda, cuando en el pasado ambos fueron incapaces de revelar sus auténticos sentimientos y emociones, hasta tal punto que no eran conscientes de su profundidad. Si estos sentimientos surgen posteriormente, será un grave obstáculo al desarrollo de la amistad entre ambos, porque no podrán ser capaces de distinguir el amor y la amistad.

    Relación basada en el sexo.

    En algunos casos, especialmente cuando el aspecto físico de la relación ha constituido el factor dominante, cabe la posibilidad de que ambos descubran que tienen poco en común, una vez que ha concluido su relación sexual. Entonces, no existirá una verdadera base para la amistad entre ambos.

    Por desgracia, las decisiones que afectarán a la futura relación entre quienes fueron amantes, suelen ser tomadas en el periodo emocional, tenso y confuso de la ruptura. Ambos necesitan tiempo para dejar que la situación se calme, antes de tomar ninguna decisión al respecto.

    Esta es la forma más eficaz de llegar al establecimiento de una amistad consistente. El éxito depende, por lo general, de que los dos acepten dejar de verse por algún tiempo durante el periodo que sigue inmediatamente a la ruptura. Pero, debido a los problemas prácticos diarios, no siempre es posible llegar a esta solución.

    El hecho mismo de que los antiguos miembros de una pareja se vean obligados a verse, por una o por otra razón, puede retrasar el periodo de recuperación. Puede ser causa de posteriores tensiones e impedir toda posibilidad de que llegue a establecerse una amistad.

    Contacto diario.

    Cuando los dos trabajan en el mismo lugar, siempre es más difícil lograr una amistad entre ambos. El íntimo contacto diario hace aún más tenso el periodo de recuperación tras el trauma de la separación.

    Todas las amarguras que sienten se expresarán en su entorno laboral. Esto mantendrá viva su hostilidad y volverá tensas las condiciones de trabajo. Cuando sucede esto, tal vez será necesario que uno de los dos cambie de empleo. Quizás así, exista la más mínima posibilidad de que llegue a constituirse una amistad duradera.

    Compartir trabajo tras una ruptura sentimental
    Compartir trabajo tras una ruptura dificulta la posible amistad con tu ex pareja.

    Intereses económicos compartidos.

    Si durante el tiempo que duró la relación ambos han contraído mutuos compromisos económicos, esto será un problema adicional. Así sucede, cuando han iniciado un negocio juntos o han comprado una casa.

    El dinero puede ser una fuente de disgustos. Los problemas derivados de la venta de una casa amueblada y decorada con amor, generarán discusiones frecuentes. El tener que deshacerse de un negocio iniciado con entusiasmo y grandes esperanzas, crearán una situación en la que las disputas, sobre quién se queda con qué, se plantearán casi diariamente.

    Un enfrentamiento de este género provocará grandes resentimientos, no sólo de tipo emocional, sino también por la alteración de la vida en el hogar o en el centro de trabajo. En esta situación, la amistad se revelará casi imposible, hasta que los dos se hayan reafirmado en el seno de una nueva situación doméstica.

    La custodia de los hijos.

    Cuando hay niños por medio, las decisiones referentes a su custodia pueden causar problemas adicionales. Sin embargo, en ocasiones, los niños pueden contribuir a que se mantenga, al menos superficialmente, la amistad entre los padres, actuando como lazo de unión entre ambos.

    La amistad constituida de esta forma, será frecuentemente muy firme. Esto es debido, a que el amor y el afecto que ambos experimentan por sus hijos, son suficientes para establecer un vínculo sólido de unión entre los dos, aunque ya se hayan esfumado sus mutuos sentimientos de atracción sexual y emocional.

    El valor de la amistad.

    Cuando se rompe una estrecha relación entre dos personas, es natural que éstas se mantengan alejadas durante cierto tiempo. Una vez que hayan cicatrizado las heridas, si tales personas se revelan suficientemente maduras, podrán volver a verse y constituir una valiosa amistad.

    Algunas parejas, cuando su relación se aproxima a su final, no encuentran excesivos problemas. Entonces, esta relación se transforma fácilmente de amor en amistad.

    Una amistad entre ex amantes, posee frecuentemente una solidez específica, que nace del hecho de que los dos miembros hayan compartido experiencias y emociones. Es posible, que resulte particularmente fructífera.

    Cada uno conoce muy bien el carácter del otro, hasta un grado que puede resultar desconocido para otras amistades. Por esta razón, serán capaces de prestarse una ayuda mutua más eficaz que cuando estaban sometidos a las normas de una relación fija de pareja.

    En el seno de esta nueva amistad, serán capaces de expresar consejos valiosos, que no habrían formulado cuando su relación era de carácter amoroso por temor a que resultaran ofensivos.

    La amistad de una ex pareja suele ser sólida y duradera
    Cuando se logra, la amistad de una ex pareja suele ser sólida y duradera

    El futuro de la amistad con tu ex.

    Cuando, por unos u otros motivos, una pareja intenta mantener la amistad, tras haber roto como pareja, el resultado a largo plazo viene condicionado por los motivos por los que buscaban esa amistad.

    Los estudios sociológicos realizados hasta la fecha parecen concluir que las parejas que buscan la amistad lo hacen por cuatro grandes motivaciones: la búsqueda de seguridad, el deseo de reavivar la relación, los aspectos prácticos de una amistad (amigos, negocios, intereses comunes) y finalmente el deseo de no dañar más los sentimientos del otro.

    Los trabajos realizados en la universidad americana de Kansas en 2017, concluyen, que las relaciones de amistad más duraderas son las que no involucran demasiados aspectos emocionales (lado práctico de la amistad y no dañar al otro). Por el contrario, cuando entre ambos existe un fuerte componente emocional, las relaciones de amistas son más frágiles y menos positivas para ambas partes.


    Referencias bibliográficas.

    • Griffith RL, Gillath O, Zhao X et al. (2017). Staying friends with ex-romantic partners: Predictors, reasons, and outcomes. Personal Relationships. Enlace.
    • Rybak, A., & McAndrew, F. (2006). How do we decide whom our friends are? Dening levels of friendshipin in Poland and the United States. Journal of Social Psychology, 146, 147–163. Enlace.

    Autor:

    Gerardo Castaño Recuero

    Gerardo Castaño Recuero trabaja como psicólogo y psicoterapeuta en el Centro “Nuestro Psicólogo en Madrid”. Ha estudiado Psicología en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Posee el título de Máster en “Terapia Focalizada en las Emociones” (TFE). Ha realizado el curso Master de “Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica”.


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