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Importancia de la familia en el desarrollo infantil

Importancia de la familia en el desarrollo infantil

Pocas personas podrán dudar de la importancia de la familia en el desarrollo infantil. La familia es el núcleo principal donde se lleva a cabo el crecimiento y el aprendizaje de los niños. Aunque sólo esté compuesta por tres personas, la familia ya se presenta como una estructura muy compleja. Además, la presencia de no uno, sino ambos progenitores influyen notablemente en cómo se construirá la psique del niño. Cambios como la llegada de un nuevo hermanito, separaciones o divorcio implican nuevas reestructuraciones en la familia.

Existen muchos métodos de crianza y modelos familiares distintos, cada uno tiende a tener una influencia diferente en el desarrollo infantil. En el siguiente artículo veremos las características fundamentales y estructurales de la familia, como estas pueden afectar al proceso adaptativo del niño, a su entorno y las consecuencias que éstas pueden tener en su futuro.

La familia nuclear y la familia extensa

Tradicionalmente, la sociología considera a las familias como un sistema social donde se ejercen tres roles básicos:

  • Esposa/madre
  • Marido/padre
  • Hijos/hermanos

Estos roles conforman normalmente lo que se conoce como familia nuclear. Los miembros de esta familia conviven juntos y por ende tienen más interacción los unos con los otros. Pero la familia como tal no se queda ahí. La familia extensa es aquella conformada por muchos más roles familiares: tíos, abuelos, sobrinos, primos… La diferencia principal es que la familia extensa suele tener una influencia más puntual que la nuclear, ya que no se suele convivir con estos miembros de la familia en el mismo hogar (aunque, por supuesto, hay excepciones).

«El modelo más tradicional de familia es el biparental con hijos»

Ahora bien, como hemos comentado anteriormente este modelo “tradicional”, no es el único modelo de familia existente. En nuestra sociedad actual se observa que la familia es una estructura social diversificada. A continuación, mencionaremos otros modelos familiares actuales.

Otros tipos de familia

Siempre que existan hijos, la importancia de la familia en el desarrollo infantil va a ser enorme, independientemente del tipo.

Familia sin hijos

En estos casos la familia no cuenta con descendencia, es decir, que esta está formada únicamente por los miembros de la pareja. Hoy día es más común encontrar este tipo de modelo familiar en la sociedad por múltiples razones: ya sea porque la pareja decide no tener hijos, no pueden por temas económicos, médicos, personales, etc. Lo importante es tener en cuenta de que el hecho de no tener hijos no hace que el núcleo sea “menos familiar”.

Familia homoparental

Son aquellas familias compuestas por una pareja homosexual (ya sea de dos hombres o dos mujeres) que tienen uno o más hijos. No siempre ha sido un modelo familiar aceptado por la sociedad y este tipo de familias han tenido que luchar mucho contra prejuicios homofóbicos. Por fortuna, su consolidación en España como modelo familiar legítimo se ha hecho posible gracias a los avances sociales de los últimos años.

La importancia de la familia en el desarrollo infantil no depende del tipo
(1) – Existen diversos tipos de familia, además de la tradicional

Familia reconstituida o compuesta

Es un modelo familiar muy habitual hoy día dado el mayor número de separaciones y divorcios que existen en nuestra sociedad. Aquí, los hijos de una pareja separada pueden vivir con la nueva pareja de sus padres y con los hijos que esta tuviera en una relación anterior.

Familia monoparental

Estas familias están compuestas formadas por un único adulto con hijos, ya sea porque así lo ha decidido la persona (madres/padres solteros), debido a un divorcio, fallecimiento de uno de los progenitores, etc.

Familia de acogida

Estas familias se componen bien de una pareja o un único adulto, los cuales acogen temporalmente a uno o más niños que están a la espera de que se les encuentre un hogar permanente. Estas familias intentan ofrecer el mejor entorno para los niños durante su proceso de adopción definitiva.

Familia adoptiva

Las familias adoptivas están formadas por una pareja o un único adulto que adoptan a uno o más hijos de forma definitiva. Cabe señalar que aunque no exista un vínculo de sangre propiamente dicho son familias cuyas funciones, roles, vínculos… son exactamente iguales a aquellas familias consideradas “biológicas”.

Funciones básicas de la familia

El número de hijos que normalmente se tiene en una familia ha ido variando a lo largo de los años. Debido a las condiciones educativas y económicas actuales, tanto el número de hijos como la edad a la que se tienen ha cambiado. Hoy día normalmente se suele tener uno o dos hijos y, además, éstos se tienen a edades más avanzadas que antes.

Esta situación implica la formación de familias muy poco numerosas, niños sin hermanos (hijos únicos) y la necesidad de implementar instituciones educativas que se encargan de los pequeños (ambos progenitores suelen trabajar).

Esta serie de funciones ya eran cumplidas en su día por la familia extensa, pero ahora es el Estado o las iniciativas privadas quienes se ocupan de una buena parte de ellas. Las funciones básicas que cumplen las familias y estas instituciones son:

  1. Supervivencia: Crear las condiciones físicas y de salud que permita vivir a los más pequeños hasta que ellos mismos tengan la posibilidad de tener hijos.
  2. Económica: Proveer de habilidades y capacidades que permitan a los niños autoabastecerse económicamente cuando sean adultos.
  3. Auto actualización: Uso de prácticas educativas en las que los niños desarrollen capacidades cognitivas. Aquí son protagonistas los procedimientos que permiten maximizar los propios valores de la cultura.
Las funciones de la familia han evolucionado en el tiempo
(2) – Hoy las funciones de la familia son distintas a las de hace décadas

Años atrás el orden prioritario de las funciones que los padres aplicaban sobre sus hijos era éste. Sin embargo, hoy día las prácticas educativas se centran más bien en dotar de autonomía e independencia a los niños. Actualmente, podríamos decir que la familia:

  • Proporciona cuidados, sustento y protección.
  • Socializa al niño en relación a los valores y roles adoptados por la familia.
  • Respalda y supervisa su desarrollo y le prepara para la escolarización.
  • Apoya el desarrollo del niño para que pueda convertirse en una persona personal y socialmente sana.

Importancia de la familia en el  desarrollo infantil

Hoy día se sabe que los efectos de la familia sobre el desarrollo infantil no dependen tanto del tipo de familia, sino de las relaciones que el niño establece con sus cuidadores. Es decir, por el tipo y la calidad de las interacciones que los progenitores mantienen con su descendencia. Se cree que los componentes emocionales y afectivos son la clave que explica tanto el desarrollo como el aprendizaje de las personas.

Los padres influyen en la conducta de sus hijos, pero a la vez, estos tienen un papel importante en modelar las prácticas de cuidado y crianza que utilizan sus padres. Existe una gran diversidad de reacciones infantiles, y cuando los padres no saben cómo actuar ante estas, se produce un desajuste y pueden surgir conflictos. La relación padre-hijo es asimétrica, es por ello que los primeros son los responsables de ajustar la relación e intentar llevarla por el buen camino.

La atención y cuidados consistentes que los hijos necesitan son fundamentales. Se ha demostrado que la inestabilidad emocional a lo largo de la infancia es perjudicial para el desarrollo (por ejemplo: diferentes cuidadores, divorcios, cambios radicales en el ambiente…). No se trata de que el niño “viva en una burbuja”, sino que hay que intentar no forzar situaciones que vayan más allá de la capacidad de adaptación que posee.

«Igualmente, las desavenencias de los familiares (peleas, gritos, rupturas…) tienden a crear niños desobedientes, agresivos y con dificultades de adaptación social».

Por eso, la protección de los niños a nivel internacional (derechos del niño) surgen por la consciencia de que las implicaciones psicológicas en la infancia repercuten en el futuro, es decir, cuando sean adultos.

Bidireccionalidad en las influencias familiares.

Las relaciones entre los miembros de la familia no sólo les afectan de manera indirecta a los demás componentes de la familia. El niño influye en sus padres y hermanos mayores antes de nacer (le buscan un nombre, habitación, ropa…). Cuando viene un nuevo niño a la familia los padres tienden a sentirse y actuar de manera más “atenta y cariñosa” con el infante.

Las relaciones entre padres e hijos son bidireccionales
(3) – Las relaciones en el seno de la familia son bidireccionales

Ahora bien, como la pareja posee menos tiempo para estar juntos y modifica sus horarios y hábitos debido al cuidado del bebé, pueden sufrir de más estrés y tener menos horas de sueño. Esto suele resentir la relación de pareja. Sin embargo, los estudios han comprobado que las parejas más mayores y las que llevan más tiempo juntas no suelen tener tantos problemas en este ámbito.

«El carácter del hijo (si es temperamental, tranquilo, ha nacido con trastornos, etc.) influye igualmente en la relación de los padres».

Se puede ver que la familia es el primer microsistema donde los niños experimentan el crecimiento de sus capacidades morales, afectivas, intelectuales, sociales… Cada familia es diferente y aplica unas prácticas educativas distintas. El afecto y la sensibilidad de los progenitores son las variables más fundamentales en la infancia. Promueven un funcionamiento psicológico saludable no sólo en la infancia, sino que asientan las bases del niño para un futuro.

Pautas de conducta, tipologías familiares y desarrollo infantil

Los adultos deben intentar limitar las conductas de sus criaturas, con el fin de promover su autocontrol y adecuación social. Los cuidadores deben procurar promover la iniciativa y la curiosidad de los hijos y animar en ellos sentimientos de competencia personal. Existen dos dimensiones de las conductas paternas relativas a la socialización e individualización de los niños:

  • Permisividad-Restricción: Hace referencia a la cantidad de autonomía que ceden los cuidadores a sus hijos. Los progenitores restrictivos normalmente imponen normas y reglas que limitan las expresiones de sus hijos. Aquellos que son permisivos no suelen colocar restricciones y aceptan las decisiones de los niños en el curso de sus actividades.
  • Proximidad-Distancia: Relativo a la cantidad de afecto y aprobación que un progenitor dirige a su criatura. Los que son más próximos sonríen y animan a sus hijos, realizan pocas críticas y castigos sobre las conductas. Los distantes son menos afectivos y sí suelen emplear juicios y castigos.

Hay que tener en cuenta que ambas dimensiones son independientes. Y deben comprenderse desde un plano general de situaciones. Estas, a su vez se han organizado en cuatro dimensiones:

  • Grado de control: Conductas paternas dirigidas a que los niños dominen patrones de comportamiento estándar (ej: afirmar el poder, no dar afecto, inducir al niño reflexiones sobre su conducta…).
  • Comunicación padres-hijo: Dinámica introducida por los progenitores según la cual es posible (o no) razonar sobre las normas y decisiones que afectan a la familia.
  • Control de la madurez: Retos y exigencias que los progenitores imponen a sus criaturas.
  • Afecto en la relación: Grado de interés y afecto explícito por el niño y su bienestar.
Importancia de la familia en el desarrollo infantil: Demostrar afecto
(4) – La importancia de demostrar el afecto explícito al niño

 

Estilos Educativos y su influencia en el desarrollo infantil

Los padres poseen un “poder potencial” para influir en la conducta de su hijo en una dirección distinta a sus deseos. Hay dos áreas donde generalmente se manifiesta dicho “poder potencial”:

  • Poder de recompensa-castigo: Habilidad de los progenitores para modificar la conducta de sus hijos con recompensas y castigos.
  • Poder experto-legítimo: Se refiere respectivamente al conocimiento de los progenitores y al ejercicio de la autoridad paternal. El experto hace referencia a las habilidades que los padres pueden enseñar a los hijos. El legítimo es aquel poder que los padres poseen por el hecho de ser los adultos encargados de cuidar a su descendencia. Una especie de “sabiduría inherente” que se asume que los adultos deberían poseer.

La aceptación del poder de los padres por parte de los jóvenes se asocia con elevados niveles de identificación con los progenitores. Existen además tres tipos de comportamiento (estilos educativos) que tienen los padres con respecto al control que ejercen sobre sus hijos:

  • Autoritario: Implica muchas reglas y normas. Los niños han de obedecerlas de manera estricta y no se explica por qué se deben cumplir o por qué están ahí esas reglas. Los niños de padres autoritarios suelen ser conflictivos o irritables dada la alta frustración que sufren en sus hogares.
  • Democrático: Los padres promueven la autonomía de sus hijos. Imponen reglas y normas también, pero explican el por qué de las restricciones y se aseguran de que se cumplan. Los niños de padres democráticos suelen ser enérgicos y cordiales.
  • Permisivo: No se imponen o existen muy pocos límites, normas o reglas. Además, se solicita pocas veces la obediencia del niño y el acatamiento de las normas. Los niños de padres permisivos suelen ser impulsivos y/o agresivos como consecuencia de esa falta de límites.

Creencias y expectativas de los progenitores, pautas de crianza y su influencia en el desarrollo infantil

El comportamiento de los progenitores debe entenderse desde numerosos factores, no únicamente desde las creencias e ideas. Pero estas influyen igualmente en cómo puede desarrollarse la crianza en el ambiente familiar. Dependiendo de las ideas que la familia tenga sobre la crianza podemos encontrarnos con familias:

  • Tradicionales: Los padres han tenido poca información sobre el embarazo, cuidado de hijos, desarrollo, educación… En la crianza no ponen especial atención en los aspectos psicológicos que afectan al niño. No creen que puedan influir gran cosa en el desarrollo infantil (apelan al innatismo y temperamento genético). Suelen ser pesimistas sobre las habilidades infantiles y tienen ideas estereotipadas sobre los niños (ej. que como son más pequeños “no se enteran de las cosas”). El resultado es una crianza en un entorno poco estimulante y desapegado, lo cual afecta negativamente en el desarrollo del pequeño.
La presencia de estímulos favorece el desarrollo infantil
(5) – La falta de estímulos afecta negativamente al desarrollo
  • Modernas: Son familias que poseen una información variada y completa sobre el embarazo, cuidado de hijos, desarrollo, educación… Es decir, que son conscientes de las implicaciones psicológicas que estas tienen en su pequeño. Estos padres son muy conscientes de la importancia de la familia en el desarrollo infantil. Interpretan las diferencias individuales de sus hijos por factores ambientales y de herencia genética. Tienen grandes expectativas sobre sus hijos y saben que su influencia para con ellos es fundamental para su desarrollo de. Además, poseen pocas ideas estereotipadas sobre la etapa infantil.

«Los niños crecen en entornos donde se les tiene en cuenta y pueden experimentar con libertad y cuidado su entorno».

  • Paradójicas: Comparten rasgos de los dos tipos anteriores. Los padres son conscientes de las implicaciones psicológicas que la crianza va a tener en sus hijos, pero creen que su influencia en el desarrollo infantil es más bien limitada. Han recibido educación sobre el embarazo, cuidado de hijos, desarrollo… pero pocos tienen en cuenta lo estudiado.

Conclusiones sobre la importancia de la familia en el desarrollo infantil

La educación de los hijos es muy compleja, tanto que han aparecido instituciones, expertos… que se dedican a estudiar y divulgar sobre la crianza de los mismos. A lo largo de los años, según se le ha ido dando más peso a la crianza infantil, han ido apareciendo dudas en los progenitores sobe cómo educar a los niños.

Los niños requieren de un acompañamiento adecuado durante su crecimiento para garantizar un desarrollo psíquico y físico óptimo.

«La familia constituye una parte fundamental en el aprendizaje del niño desde que nace».

Son sus cuidadores los que le enseñarán las ideas y conductas más esenciales y básicas del entorno (lenguaje, movilidad, socialización, normas, hábitos, etc.).

Independientemente del tipo de familia que sea, todos los niños deben aprender este tipo de adaptaciones para poder manejar su día a día. Ahora bien, hay modelos que promueven mucho más este tipo de comportamientos que otros. Por fortuna, los tiempos están cambiando y cada vez la sociedad es más consciente de la importancia de una crianza adecuada y sostenida para los hijos.


Referencias bibliográficas.


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Sofía Rodríguez Pantoja

Sofía Rodríguez Pantoja es Graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid.
Ha cursado el Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster en Psicoterapia Humanista Experiencial y en Terapia Focalizada en la Emoción en la Universidad Pontificia de Comillas.
También está formada en psicoterapia EMDR y terapia breve por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP). Fue voluntaria en el Centro Joven de Atención a la Sexualidad en Madrid (CJAS Madrid).
Actualmente está cursando el Experto en Trastornos Alimentarios por la SEMPyP.