La tanorexia o adicción al bronceado ya fue tratada en una entrada anterior. Se explicó en qué consistía, quedando claro que, dadas las consecuencias del trastorno, se trata de un problema no sólo de salud individual, sino también de salud pública.
En el artículo de hoy, se abordará el origen de la tanorexia, así como las estrategias para cuidar la piel y superar esta adicción.
¿Qué se esconde tras la tanorexia o adicción al bronceado?
El primer paso para superar la tanorexia es comprender su origen. Si bien la adicción al bronceado puede deberse a diversos factores, suele afectar a personas con tendencia a una baja autoestima y una escasa aceptación de sí mismas, que buscan la aprobación de los demás a través del modelo corporal occidental imperante. De esta manera, estas personas intentan cumplir este modelo erróneamente interiorizado, aquel que basa el éxito personal y el estatus socioeconómico en la delgadez y el bronceado.
Así, el factor socio-cultural hace que las personas terminen siguiendo una serie de cánones de belleza difícilmente alcanzables. A este respecto, no resulta sorprendente que las personas con tanorexia tengan mayor propensión a realizar un ejercicio físico excesivo. De hecho, la tanorexia guarda ciertas similitudes con la anorexia o la vigorexia, en el sentido de que nunca se alcanza la plena satisfacción con el modelo corporal que se está buscando debido a la percepción alterada de la propia imagen corporal.
Por otra parte, el padecer un trastorno obsesivo-compulsivo puede conducir a este mal hábito, pues la persona puede terminar obsesionándose con su físico o con tomar el sol (p. ej. hay personas que piensan que puede ser necesario para fortalecer sus huesos, aunque los médicos indican que basta con 15 minutos diarios para alcanzar los beneficios de los rayos solares).
“El bronceado excesivo puede ser producto del deseo de una mayor aceptación social, de un trastorno obsesivo-compulsivo o del trastorno dismórfico corporal; aunque es importante no menospreciar los efectos del sol en el organismo, especialmente en quienes han padecido un trastorno afectivo estacional”.
Exposición solar y liberación de endorfinas.
Por último, es importante no dejar de lado la influencia neurobiológica: se ha demostrado que la exposición solar (también la propia del solárium) provoca un estado de bienestar generalizado debido a la liberación de opioides endógenos: las endorfinas. Las endorfinas son sustancias naturales sintetizadas en el cerebro tienen efectos analgésicos, relajantes y placenteros. En definitiva, tomar el sol estimula los circuitos cerebrales del placer debido a la secreción de este neurotransmisor, lo que puede terminar produciendo dependencia o adicción al sol al tratarse de una zona cerebral relacionada con las conductas adictivas.
Dados los efectos positivos que tiene en el bienestar emocional, aquellas personas que han sufrido el trastorno afectivo estacional (propio de los países con pocas horas de sol) pueden desarrollar esta adicción una vez se les prescribe fototerapia para mejorar su estado anímico (la fototerapia consiste en la utilización de una lámpara especial con luz muy brillante, imitando a la luz solar).
(1) – La delgadez y el bronceado se han convertido en sinónimos de éxito
Tanorexia: Epidemiología. Personas públicas que sucumbieron a la tanorexia.
La tanorexia se ha convertido en un problema para la sociedad occidental del S. XXI, pues incluso en los concursos de belleza estadounidenses (como Miss USA y Miss América) el nivel de bronceado de las concursantes es un indicador de belleza. De hecho, no son pocas las personas públicas que terminan excediéndose con el bronceado debido a la pérdida de atractivo que experimentan bajo los focos, los cuales les hacen parecer más pálidos.
Ejemplo de ello son cantantes como Luis Miguel o Julio Iglesias, diseñadores como Valentino o Donatella Versace o, incluso, presidentes como Donald Trump.
“La adicción al bronceado, aunque afecta a ambos sexos, tiene un ligero predominio entre las mujeres de 17 a 35 años, aunque no es inusual en personas de mayor edad”.
Un caso radical de adicción al bronceado es el de la estadounidense Patricia Krentcil, quien en 2012 fue acusada de negligencia infantil por la Fiscalía de Nueva Jersey tras haber causado supuestamente quemaduras a su hija de 5 años al exponerla a una sesión de bronceado con rayos ultravioleta.
Cabe destacar que, aunque se trata de una moda fundamentalmente occidental, también ha sido adoptada de forma minoritaria por ciertos colectivos orientales. Por ejemplo, hay una tribu urbana japonesa llamada ganguro que busca emular el estilo californiano de cuando surgió esta moda (alrededor del año 2000): pelo rubio y bronceado marcado.
¿Los genes regulan la adicción al bronceado?
En un estudio publicado en Journal of Investigative Dermatology, se analizaron a 260.000 participantes, llegando a identificar hasta cinco genes clave involucrados en dicho comportamiento. Algunos de estos genes se asociaron con la asunción de riesgos y adicciones, lo que explica que estas personas también tengan una mayor tendencia a depender de sustancias como el tabaco, el cannabis o el alcohol.
Estos hallazgos guardan relación con los de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard y que fue publicado en la revista Cell. En dicha investigación, se encontró que la exposición crónica a la radiación ultravioleta provocaba la liberación de endorfinas, compartiendo la misma vía hormonal que el consumo de heroína, pues la recepción de opioides sirve de analgésico.
“Se ha observado que las personas con tanorexia tienen más riesgo de generar otras dependencias como el alcohol, el tabaco o la marihuana”.
En el primer estudio mencionado anteriormente, realizado por el King’s College de Londres, también fueron analizados 2.500 gemelos, concluyendo que los gemelos idénticos tenían más probabilidad de comportarse de manera similar respecto a la búsqueda de sol que los gemelos no idénticos. Ambos resultados fueron relacionados con la predisposición genética a la adicción al bronceado.
Dicha investigación británica demuestra la importancia de los genes a la hora de regular esta adicción, así como su posible influencia sobre los comportamientos de riesgo que siguen estas personas de manera consciente sin llegar a cambiarlos (p. ej. exponerse excesivamente al sol teniendo factores de riesgo de cáncer). De hecho, un estudio de Tripathi et al. detectó que la tanorexia tenía una heredabilidad estimada del 75,4% (mayor que el alcoholismo, un 70,6%; la nicotina, un 65%; o sustancias ilícitas, un 68,5%).
(2) – La tanorexia es más frecuente en mujeres jóvenes.
Consejos para conseguir un buen bronceado sin peligro.
A continuación, se exponen una serie de consejos para conseguir un buen bronceado minimizando los peligros de la exposición solar. A la hora de elegir correctamente la protección solar debemos tener en cuenta una serie de factores.
Fototipo.
Es importante que cada persona tenga en cuenta el fototipo (tono) de su piel:
- Fototipo I: Piel muy clara con muchas pecas que casi nunca se broncea y se quema con facilidad.
- Fototipo II: Piel clara propensa a quemarse y que puede llegar a broncearse ligeramente.
- Fototipo III: Piel clara en invierno que se broncea con facilidad, pero que pueden quemarse en las primeras exposiciones. Es la piel caucásica europea.
- Fototipo IV: Tono tostado (típica mediterránea) que rara vez se quema.
- Fototipo V: Piel morena (p. ej. hispana) que se broncea inmediatamente y que se quema sólo tras una larga exposición al sol.
- Fototipo VI: Piel de raza negra que siempre tiene el mismo tono, siendo muy raro que llegue a quemarse.
Factor de protección solar.
Es importante saber elegir el factor de protección solar adecuado: El factor de protección solar (FPS o SPF) es el tiempo estimado que precisa la piel para quemarse aún estando protegida. Por ejemplo, si una persona puede exponerse el primer día 10 minutos sin tener quemaduras, un FPS de 15 utilizado adecuadamente le protegerá durante 150 minutos (10×15). Para las pieles muy claras se recomienda un FPS50+, para pieles claras un FPS30 y para gente bronceada un FPS 20-15.
Formato de la protección solar.
Cada persona debe elegir el formato de presentación de protección solar más adecuado para su piel.
- Crema: Si se tiene la piel seca, especialmente para el rostro.
- Loción: Con menos grasa que la crema, tiende a aplicarse en zonas amplias.
- Aerosol o spray: Resulta más sencillo de aplicar en los niños.
- Gel: Funciona mejor en zonas vellosas, como el cuero cabelludo o el pecho.
- Barras o sticks: Alrededor de los ojos. También hay barras de protector labial.
- Considerando los ingredientes “sospechosos” de las cremas solares. Es mejor emplear los fotoprotectores formulados con filtros físicos e hipoalergénicos, en lugar de los filtros químicos (se sospecha que pueden aumentar el riesgo de cáncer y deterioran el entorno marino).
Otras consideraciones o cómo entender la etiqueta de la protección solar.
Es importante conocer las características de la protección solar que figuran en la etiqueta y que no siempre son del todo comprensibles:
- Factor de protección solar (SPF o FPS): Grado de protección frente a los rayos UVB.
- Protección UVA (PA): Si aparece rodeado por un círculo es que cumple la recomendación europea (debe ser mínimo un 1/3 de SPF). A más signos “+” en el PA mayor protección.
- Filtro fotoestable: Significa que la protección UVA y UVB se mantiene tras una hora de exposición solar.
- Protección infrarroja (IR): Especialmente recomendado para pieles sensibles. Tiene antioxidantes y reflectores de luz.
- Tecnología Full light: Protege de la luz visible y de la luz infrarroja, radiaciones que representan el 90% del espectro solar. También protege de los rayos UVA y UVB, que representan el 10% restante.
- Waterproof: Su eficacia es igual o mayor a 80 minutos después del contacto con el agua.
- Water-resistant: Tras una inmersión de 40 minutos queda el 70% del valor del protector solar en las condiciones de laboratorio.
- Sweatproof: Resistente al sudor, ideal para deportistas.
- Rubproof: Resistante al roce.
(3) – Las personas de piel pálida deben tomar especiales precauciones.
Normas y consejos para un bronceado saludable.
A la hora de conseguir un bronceado ideal sin poner en riesgo nuestra salud debemos seguir una serie de pautas
- Aplicar la crema o la leche bronceadora correctamente: Distribuir de forma homogénea 20 minutos antes de salir, no cuando se está a pleno sol. Es recomendable que el fotoprotector corporal y facial sean diferentes, pues la piel es distinta. No olvidar zonas como el cuello, las manos o el empeine de los pies.
- Tener precaución con la medicación: Algunos medicamentos pueden ser fotosensibilizantes, como ciertos antihistamínicos, antiinflamatorios o diuréticos.
- No dejar agua en la superficie de la piel: Estas gotas actúan como pequeñas lupas, aumentando los efectos nocivos del sol.
- Tener en cuenta la pérdida de eficacia: Es necesario emplear el protector cada dos horas aproximadamente y renovar después de cada baño, ya que el producto se va degradando y perdiendo su eficacia.
- Vigilar la fecha de caducidad: Una vez ha caducado, puede emplearse la crema como hidratante, pero no como protector solar.
- Tener en cuenta la temporada del año y la distancia del ecuador: Durante los meses de primavera y verano los rayos ultravioleta son más potentes, ya que el trayecto es más corto a través de la atmosfera, aunque este factor es menos importante cuando se está cerca del ecuador. La distancia del ecuador –la latitud– influye en la exposición, ya que cuanto más cerca se está de la línea del ecuador más intensa es la radiación solar, dado que el ángulo de incidencia de los rayos es más directo.
- Evitar las horas de máxima radiación: Los médicos recomiendan no tomar el sol entre las 12 y las 17 horas, ya que es la franja horaria de mayor insolación. Lo recomendable es exponerse al sol de forma gradual, evitando los bronceados en tiempo récord.
Evitar las cabinas de bronceado.
Dedicamos un epígrafe individual a las cabinas de bronceado por uso cada vez más extendido y el riesgo que conllevan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda el uso de cabinas de bronceado, a pesar de que el 10% de la población Europea Occidental los utiliza (más información sobre las pieles más vulnerables ). De hecho, según la OMS, las personas que se broncean de esta forma antes de los 35 años tienen hasta un 75% más de riesgo de desarrollar melanoma. Además, el Centro Internacional de Investigadores sobre el Cáncer (CIIC) encontró que existe un riesgo de 2,5 veces más de desarrollar carcinoma de células escamosas y un riesgo 1,5 vecesmayor de carcinoma de células basales.
“La OMS no recomienda el uso de cabinas de bronceado con fines estéticos, pues en 2009 declaró cancerígenos los solárium y sus dispositivos, basándose en determinados estudios”.
En dermatología se emplean equipos de fototerapia (dispositivos de radiación ultravioleta artificial) para tratar diversas enfermedades como psoriasis, eccema, vitíligo o micosis fungoide. No obstante, la exposición está controlada por el personal médico, por lo que no es comparable con el uso de cabinas de bronceado.
(4) – La OMS desaconseja el uso de cabinas de bronceado.
Otros consejos.
Además de todo lo anteriormente expuesto es aconsejable seguir algunas pautas de comportamiento a la hora de buscar el bronceado ideal.
- Ser prudente aún permaneciendo a la sombra: Tener en cuenta que las reverberaciones del agua o de la arena reflejan la radiación solar más de un 20% y un 17% respectivamente. También puede ocurrir este efecto de reflejo en la nieve (hasta el 80%), el césped (25%) o el asfalto (4%). Las nubes tampoco tienen por qué frenar la radiación ultravioleta. Es importante recordar que la sombrilla tampoco protege del 100% de estos rayos, al igual que ocurre con la ropa.
- Permanecer a oscuras tras la exposición: El permanecer un rato a oscuras o en penumbra tras la exposición hace que la piel descanse y se fabrique mejor la melanina.
- Cuidar la piel tras la exposición: Usar cremas regeneradoras (p. ej. aloe vera o rosa mosqueta) y emplear cremas hidratantes o antiedad, así como aftersun.
- Recordar que cuanto mayor es la altura mayor es la potencia de radiación: Se estima que, aproximadamente, un 10% más cada 1.000 metros. Recordar que una historia que quemaduras, especialmente durante la infancia, es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel.
- Usar gafas de sol: Así se protegen los ojos de las radiaciones solares, previniendo posibles efectos adversos como las cataratas.
- Tomar alimentos ricos en betacarotenos: Los antioxidantes como la zanahoria, el tomate o la calabaza actúan como fotoprotectores internos, aunque debe mantenerse el uso de crema solar y la hidratación.
- Acudir al médico ante las lesiones cutáneas y ante cambios morfológicos de lunares o manchas: Si bien la mayor parte de lunares no son malignos, debe vigilarse si éstos cambian de color o aumentan de tamaño, si son irregulares, sangran o producen picor.
¿Cómo puede tratarse la tanorexia o adicción al bronceado?
Cuando se piensa que se ha podido desarrollar una adicción al bronceado, es recomendable acudir al psicólogo, el cual procurará abordar la sintomatología comentada, así como tratar el origen que causa esta sobreexposición solar.
“La tanorexia requiere un abordaje terapéutico en el que a menudo es necesario tratar síntomas de ansiedad y depresión, aparte de las conductas de carácter obsesivo-compulsivo”.
Para ello, la terapia psicológica buscará:
- Hacer consciente a la persona del problema: Aunque muchas personas son conscientes de que emplean demasiado tiempo o técnicas poco apropiadas para broncearse, no todas son conscientes del alcance del problema y de su relación con su autoestima.
- Restringir la exposición solar excesiva: Eliminar las prácticas de riesgo, fijando horarios de exposición solar y realizando una correcta fotoeducación para favorecer el cambio.
- Enseñar a gestionar el control de impulsos: En este caso, se trata de que la persona aprenda a gestionar su impulso de tomar el sol sin llegar a sentir ansiedad al decidir no tomar el sol.
- Mejorar la visión del propio cuerpo y la autoestima: Cuestionar la importancia del aspecto físico en la valía personal, así como trabajar la distorsión corporal acerca de la tonalidad de la piel es fundamental para poder solucionar la tanorexia. Promover conductas de autocuidado también será necesario para mejorar la autoestima de la persona.
- Abordar los trastornos concomitantes: No es extraño que la persona con tanorexia también tenga problemas de ansiedad o depresión a causa de la adicción al bronceado. Asimismo, es necesario trabajar otros posibles problemas que hayan podido influir en el origen de la tanorexia, tales como el trastorno obsesivo-compulsivo o el trastorno afectivo estacional.
(5) – Quemaduras solares por no seguir las normas de protección
El polo opuesto: El miedo al sol o la tanofobia.
La tanofobia es una fobia caracterizada por un miedo irracional al sol y a los efectos que éste puede tener en la propia salud. De esta forma, la persona con miedo al sol evita exponerse a los rayos solares, lo que puede ocasionar diferentes trastornos y enfermedades a raíz de la falta de vitamina D: problemas óseos o cánceres asociados a dicho déficit, como el de colon o el de próstata; trastornos emocionales como la tristeza o el decaimiento; etc.
“La tanofobia es el extremo opuesto a la tanorexia o adicción al bronceado”.
Referencias Bibliográficas.
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- Cómo elegir el protector solar adecuado para mi piel. (2020). Prima-Derm. Enlace.
- El mejor protector solar: aprende acerca de las opciones de protectores solares. (2019). Mayo Clinic. Enlace.
- Fernández, M. (2020). ¿Sabes leer (bien) la etiqueta de la crema solar? Saber Vivir. Enlace.
- Fernández-Rúa, J. M. (2021). Adicción al Sol: la clave está en los genes. Biotech Magazine & News. Enlace.
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- Linde, R. (2018). Selena Gómez y otros 23 famosos que se pasaron con el bronceado. Harpers Bazaar. Enlace.
- Radiación solar: Las preguntas más frecuentes. (2013). Rincón de la Salud de Fraternidad-Muprespa. Enlace.
- Tripathi, R. et al. (2020). Heritability of tanning addiction: A twin concordance study. Journal of the American Academy of Dermatology, 83 (5), 1521-1523.
- Una mujer es acusada de causar quemaduras a su hija de 6 años al exponerla a rayos UVA. (2012). 20 Minutos. Enlace.
Autora.

Mª Victoria Orbe Valls es psicóloga general sanitaria. Está graduada en Psicología por el CES Cardenal Cisneros (Universidad Complutense de Madrid), cuenta también con los másteres de Psicología General Sanitaria (Universidad Antonio de Nebrija) y Sexología Clínica y Terapia de Parejas (Instituto Superior de Estudios Psicológicos), así como con formación en Mindfulness y grafopsicología. En la actualidad compagina su actividad como psicóloga con la divulgación científica. Ha colaborado en el Blog de Nuestro Psicólogo en Madrid.
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