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Los Grupos: Un análisis profundo de la Psicología Grupal

Los Grupos - Psicología Grupal

Los grupos suponen una parte esencial de nuestra vida. Si nos paramos a pensar, nos organizamos en grupos prácticamente para todo. Desde la familia, hasta nuestro grupo de amigos, compañeros de trabajo, asociaciones de vecinos, equipo deportivo, etc. En este artículo, nos adentraremos brevemente en la naturaleza y estructura de los grupos, que tanto influyen en nuestra psique.

Los grupos y la formación de la identidad.

Cuando estamos en grupo, inevitablemente nuestras emociones, conductas, pensamientos, ideas, valores… quedan afectados de una forma u otra. Podemos vernos reforzados o rechazados por un grupo debido a nuestra forma de pensar y actuar, y es imposible que la pertenencia a un grupo no nos afecte. De hecho, un ser humano es incapaz de desarrollarse plenamente como individuo si no forma parte de una comunidad concreta.

Parece que organizar la vida en grupo es una necesidad del ser humano y un hecho central de la evolución. Un grupo es algo más que la suma de sus partes. Pero tampoco es que cuente con una ‘mente propia’. Los sujetos se construyen dentro del grupo día a día, son influidos por sus miembros y por el contexto en el que están inmersos. Es más, casi siempre preferimos estar rodeados por otros. En la relación con el resto, podemos dilucidar quiénes somos, cómo deberíamos comportarnos, si estamos haciendo las cosas bien, etc.

«El ser humano tiene la necesidad de organizarse en grupos»

Nuestra identidad depende en gran parte del grupo al que pertenezcamos, pues esta pertenencia nos diferencia de otros individuos. Existen numerosos fenómenos grupales y sociales que han sido objeto de estudio de la psicología social, como liderazgo, influencia, pertenencia, minorías… Las explicaciones y teorías exclusivamente individualistas se quedan cortas para explicar el comportamiento humano y los problemas sociales.

La naturaleza de los grupos: razones para su estudio.

Podemos considerar que un grupo es un conjunto de personas (2 o más) que poseen una identidad compartida, más allá de la individual, y que además tiene un fin o meta común. Un grupo posee una estructura propia, y el estatus, rol, identidad… de las personas dentro del grupo son muy heterogéneos.

La psicología social entiende al grupo, y no al individuo, como unidad de análisis del comportamiento. Se ocupa del estudio del grupo y de las personas dentro de la actividad grupal. Lo que le interesa observar es lo que ocurre alrededor del sujeto y los otros miembros del grupo.

«Los grupos son estudiados por la Psicología Social»

Para la psicología social, los comportamientos de los individuos están influidos y afectados por el contexto. A este punto de vista se le conoce como explicación centrípeta, es decir, una explicación de ‘de fuera a dentro’, donde la conducta del sujeto está más bien determinada por factores situacionales.

Naturaleza de los grupos
(1) – La psicología social estudia la naturaleza de los grupos

En muchos experimentos, existe entre un 20% y un 30% de la varianza no explicada por factores situacionales. Por eso, es necesario igualmente atender a las diferencias individuales.

La perspectiva psicosocial se centra en el 70% restante, donde la situación y el contexto se erigen como el principio explicativo central. Muy pocas conductas sociales son inmunes a la influencia grupal, que se define como los procesos por los cuales, durante las interacciones sociales (directas o simbólicas), los individuos o grupos forman, mantienen, difunden o modifican sus modos de pensamiento y acción. El grupo influye al individuo, y no es necesario que esté físicamente presente para hacerlo.

Características de los grupos.

Un grupo posee una realidad social construida, es decir, su propia realidad grupal. Esta realidad va más allá de los rasgos y características de los individuos, superando la mera suma de estos elementos. Esta realidad grupal se fundamenta en la interacción y la influencia, lo cual genera interdependencia entre sus miembros.

Además, el grupo crea sentimientos de pertenencia, que pueden observarse, por ejemplo, cuando personas externas a tu grupo te atribuyen rasgos de dicho grupo. El grupo tiene una realidad ‘por comparación’, lo que significa que sus individuos se diferencian del resto por poseer características únicas del grupo:

«Yo pertenezco a mi grupo y no a este otro, porque poseo X cosas que el resto no posee».

Sin embargo, el grupo no es una isla; se relaciona con otros grupos y estructuras sociales, formando parte de un contexto social e histórico.

Función de los grupos.

La función del grupo al que pertenecemos influyen considerablemente en nosotros. Esta función puede ser:

  • Emocional: El grupo se organiza para brindar apoyo emocional y soporte a sus miembros.
  • De tarea: El grupo se centra más bien en las actividades y metas a cumplir.

Aunque ambas funciones son importantes, en diferentes grupos suele predominar una sobre la otra, aunque es común que ambas estén presentes.

Funciones de los grupos
(2) – Los grupos pueden tener distintos tipos de funciones

Tipos de grupos.

Al igual que las funciones, el tipo de grupo al que pertenecemos tiene gran influencia en nosotros.

Existen tres tipologías que no son excluyentes. Normalmente, si el grupo es primario no es secundario o si es formal no es informal. Pero sí suele pasar que un grupo sea a la vez de pertenencia y de referencia.

Grupos primarios vs. grupo secundarios.

El grupo primario es de vital importancia para el individuo. Sus valores, ideales, conductas… se ven muy influidas por el mismo. Posee un papel central en sus experiencias, sentimientos de pertenencia, identidad… Sus miembros son importantes para el individuo, con los que fragua vínculos sólidos, duraderos y profundos.

«El grupo primario tiene una importancia decisiva para la persona».

Suelen ser “relaciones cara a cara”, que necesitamos y nos acompañan durante gran parte de la vida. Los elegimos y nos apetece estar las personas que forman parte de él. Su función principal por tanto sería la emocional. Este tipo de grupos suelen cubrir nuestras necesidades vinculares y por lo tanto acudimos a ellos para satisfacerlas. Podrían ser grupos como la familia o los amigos.

En contraste, los grupos secundarios no suelen ser tan importantes para el individuo. Generalmente, estos grupos no son elegidos activamente, sino que vienen impuestos y tienen una influencia menor en la autoconstrucción del individuo. En ellos, se forman vínculos basados más en la realización de actividades y tareas específicas, dejando en segundo plano la función emocional.

Ejemplos de estos grupos podrían incluir amigos no tan cercanos, vecinos, compañeros de universidad o colegas de trabajo en una empresa seleccionada por el individuo (aunque no necesariamente las personas que trabajan allí). Estos grupos pueden ser importantes, pero no ocupan el primer nivel de significación para la persona.

Grupos formales vs. informales

El grupo formal se centra en objetivos específicos de tarea. Para alcanzar metas determinadas, las personas se organizan y forman grupos. Los grupos formales se basan en la necesidad de planificación para responder eficazmente a los requerimientos del entorno. Por ejemplo, los departamentos y organizaciones dentro de una empresa son ejemplos de grupos formados en torno a objetivos específicos.

«La organización y formación de grupos formales permite alcanzar metas y objetivos».

A menudo, dentro de los grupos formales a menudo surgen grupos informales. Estos se desarrollan a través de la interacción cotidiana e informal entre sus miembros. La afinidad personal determina la cercanía o distancia con estos grupos. No están predefinidos por la organización y su formación puede ser espontánea, como grupos de trabajo en una clase que se unen más por afinidad personal que por habilidades para tareas específicas.

Hay grupos formales e informales
(3) – Los grupos pueden ser de tipo formal o informal

Grupos de referencia vs. grupos de pertenencia

Los grupos de referencia son aquellos que admiramos y a los que aspiramos pertenecer. Nos inspiran en la consecución de nuestras metas, valores, acciones e ideas. Los grupos de pertenencia son aquellos de los que ya formamos parte. Por ejemplo, consideremos a una persona que pertenece a un grupo con un nivel académico no muy alto, pero que aspira a estudiar y obtener un título universitario. Esta persona empieza a adoptar valores y modos de vida universitarios para alcanzar nuevas metas y ser parte del grupo universitario.

«Un grupo de referencia es aquel que admiramos y al que aspiramos pertenecer».

No es inusual que los individuos se sientan atraídos frecuentemente hacia grupos a los que no pertenecen originalmente. Esta orientación les ofrece nuevas oportunidades para reconstruirse a sí mismos de maneras distintas y enriquecerse con diferentes perspectivas. Adoptan nuevas formas de pensar, evaluar y actuar. Sin embargo, el cambio no es sencillo.

En los grupos de referencia, se adoptan diversas actitudes, desde las más triviales, como gustos musicales, hasta las más significativas, como la actitud hacia otros grupos. En general, es más fácil cambiar actitudes en un entorno grupal que individualmente, y este proceso es aún más efectivo cuando el grupo de referencia es importante para el individuo. Además, suele ser más sencillo adoptar una nueva actitud que modificar una ya existente.

El experimento del electroshock (Schachter, 1961)

Este experimento buscaba entender cómo el grupo afecta la ansiedad de mujeres que esperaban ser sometidas a descargas eléctricas. Las participantes, voluntarias para la investigación, sabían que las descargas serían algo dolorosas. A las mujeres ansiosas se les preguntó si preferían esperar solas o acompañadas.

La mayoría, unas veinte, con alto grado de ansiedad eligieron estar acompañadas, 9 no tenían preferencia y 3 optaron por la soledad. Entre las que tenían un nivel medio de ansiedad, 10 prefirieron compañía, 18 no tenían preferencia y 2 eligieron la soledad.

Este fenómeno de preferir la compañía en situaciones de alta ansiedad sugiere que:

«Los grupos pueden actuar como reguladores emocionales».

Incluso con una ansiedad menos elevada, tendemos a elegir la compañía en lugar de la soledad. Las explicaciones a los resultados de la investigación se explican en los siguientes puntos.

Fuga.

Se observó que las mujeres preferían la compañía durante la espera como una forma de ‘evadirse’ de la anticipación de las descargas eléctricas. Para explorar esta hipótesis, se realizó una variación del experimento en la que se prohibió a los sujetos hablar con sus acompañantes. Sin embargo, los resultados no variaron significativamente: la mayoría seguía prefiriendo la compañía.

El grupo ofrece consuelo
(4) – El grupo ofrece compañía, apoyo y consuelo

Claridad cognitiva.

El grupo proporciona un punto de referencia para nuestros estados emocionales y conductas. En situaciones inciertas, que suelen generar incomodidad, buscamos compañía para obtener información.

«Conocer lo que piensan, sienten o hacen otros en la misma situación nos ayuda a determinar cómo afrontarla».

Los seres humanos experimentan ansiedad, pero a menudo luchamos para gestionarla adecuadamente. En este sentido, los demás actúan como un espejo, reflejando y orientando nuestras conductas y emociones.

Una variación del experimento mostró que, si los acompañantes simulaban nerviosismo, las mujeres sentían ansiedad, reflejando el estado emocional de aquellos. Lo mismo ocurría si se les pedía actuar calmados, tristes o enojados.

Mera presencia.

La mera presencia de otros puede tener un efecto relajante debido a nuestra naturaleza social, sugiriendo que estar con otros podría reducir la ansiedad. Sin embargo, esta idea fue descartada, ya que se ha observado que

«nuestro estado emocional está influenciado por el de quienes nos rodean».

La experiencia emocional en un grupo varía significativamente dependiendo de si sus miembros están calmados, tristes, enojados, etc.

Distracción.

La presencia de otras personas puede servir como una distracción de pensamientos, sentimientos e ideas desagradables, actuando indirectamente como un reductor de la ansiedad. No obstante, esta teoría por sí sola no tiene un soporte claro, ya que mucho depende de la actitud de quienes nos acompañan. Es cierto que estar involucrados en actividades con otros puede ayudar a escapar de sensaciones negativas, como la ansiedad, gracias a la distracción que proporcionan.

Autoevaluación.

Tal como se mencionó anteriormente, las personas actúan como un barómetro para comparar nuestras emociones, estados de ánimo y conductas. Los demás nos ofrecen un marco de referencia para evaluar nuestros comportamientos y reconocer nuestros pensamientos y emociones. A menudo, nos preguntamos inconscientemente si nuestras reacciones son adecuadas, observando a los demás para validar nuestras acciones y sentimientos.

En el experimento, se observó que las mujeres que autoevaluaban y autorregulaban su ansiedad en relación con los demás tendían a sentir menos ansiedad. Autoevaluación y claridad cognitiva son parte del mismo proceso, donde la primera es un aspecto específico de la segunda. Este experimento condujo al concepto de marco de comparación, que sugiere que

«valoramos nuestro comportamiento y emociones en función de cómo nos comparamos con los demás».

El ser humano se organiza en grupos
(5) – Los grupos son parte inevitable de nuestra vida

Conclusiones

Los grupos son una parte inevitable de nuestra vida diaria. El ser humano, por su naturaleza, tiende a organizarse en grupos, obteniendo beneficios significativos para su supervivencia.

«Formar parte de un grupo es algo inherente al ser humano».

La psicología social estudia los grupos como componentes esenciales de nuestra sociedad, influyendo de manera decisiva en nuestros comportamientos, pensamientos y emociones. Comprender los grupos, sus normas y estructuras, es esencial para entender a los individuos.

Este artículo ha explorado superficialmente lo que son los grupos, sus características y funciones principales. En una segunda parte veremos la importancia del grupo en cuanto a procesos como la comparación, el cambio y la percepción social.


Referencias Bibliográficas

  • Abarca, A. B., Caballero, A., y de la Corte, L. (2005). Psicología de los grupos. Pearson Educación.

Autora.

Sofía Rodríguez Pantoja

Sofía Rodríguez Pantoja es Graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha cursado el Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster en Psicoterapia Humanista Experiencial y en Terapia Focalizada en la Emoción en la Universidad Pontificia de Comillas. También está formada en psicoterapia EMDR y terapia breve por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP). Fue voluntaria en el Centro Joven de Atención a la Sexualidad en Madrid (CJAS Madrid). Actualmente está cursando el Experto en Trastornos Alimentarios por la SEMPyP.

Twitter: @Sofia_psico.


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Galería de Imágenes.

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  • (1) – Imagen de Markus Spiske en Pexels.
  • (2) – Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay
  • (3) – Imagen de RF._.Studio en Pexels.
  • (4) – Imagen de Alex Green en Pexels. 
  • (5) – Imagen de Pexels en Pixabay.

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Sofía Rodríguez Pantoja

Sofía Rodríguez Pantoja es Graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid.
Ha cursado el Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster en Psicoterapia Humanista Experiencial y en Terapia Focalizada en la Emoción en la Universidad Pontificia de Comillas.
También está formada en psicoterapia EMDR y terapia breve por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP). Fue voluntaria en el Centro Joven de Atención a la Sexualidad en Madrid (CJAS Madrid).
Actualmente está cursando el Experto en Trastornos Alimentarios por la SEMPyP.